Las familias

"Todas las familias felices se parecen, las desdichadas lo son cada una a su manera". Lo leí la otra tarde en un azucarillo, lo firmaba un tal Tolstoi. Luego dirán que no se aprende en los bares. Atiendan: las cloacas del Estado han obligado al chorbo de Ayuso a facturar en falso. Maxwell Cremona SL, el nombre que pondría a su empresa el mismísimo Homer Simpson. Maldición, ¡una resma de panfletos izquierdistas intenta menoscabar el honor de nuestra abnegada presidentriz! Malvados bolcheviques, cómo gustan hozar en la tragedia. Cruzaron el Rubicón: todo el mundo sabe que la famiglia es lo más importante para Isabel, seguida muy de cerca por el gremio de hosteleros con grifos de Mahou.

Aprovechando un atril en Leganés, la doña quiso poner los puntos sobre las íes. "Siento me que enfrento a todo. Vengo solo en mi coche: no tengo secretaria… no tengo a nadie detrás, ni al lado. Me enfrento a todo el poder político, ¿quién me lo iba a decir? De una parte y de otra, y lo tengo que hacer solo. Soy un mero peón que se inserta en una lucha política sin reglas que se fundamenta en la eliminación de cualquiera y de cualquier modo. La cacería de algunos pseudomedios a la que he estado sometido anteriormente parece que ahora se ha legitimado, y eso justifica que se redoblen los ataques. En estos días, he tenido que ser conocedor de cómo se ha presionado a allegados míos, personas que nada tienen que ver con la política", etcétera, etcétera. Para rematar con algo de su cosecha, la lideresa ha añadido una pizquita liberal: "Tengo derecho a dormir en la cama que considere". Rotundo elogio del concubinato, otra destructora de la sacrosanta institución del matrimonio. ¿Las raíces cristianas? Para comer jamón. Los de Abogados Cristianos ultiman una querella; el requeté de Ferraz le dará una serenata de avemarías a los pies del ático.

"Todo está bien", se decía la doña. Viéndola tan desamparada, un grupo de valientes periodistas, epígrafe de moderados, salió a su rescate. "Es inaudito", dicen. "Nunca nadie se atrevió a tanto". Ana Mato, incrédula, pasa un pañito al Jaguar de su contrario para dejarlo tan reluciente como la cocorota de Juan Guerra. Achís. ¿Mónica Oltra? Felizmente divorciada. La infanta Cristina dice que ni recuerda, ni sabe, ni le consta; Tania Sánchez respira hondo y Begoña Gómez calienta por la banda. Novísima maniobra, ya ven.

La 'lideresa' ha añadido una pizquita liberal: "Tengo derecho a dormir en la cama que considere". Rotundo elogio del concubinato, otra destructora de la sacrosanta institución del matrimonio. ¿Las raíces cristianas? Para comer jamón

¿Y Koldo? Confesando en OkDiario. Una ka más y se obra el milagro. Su único delito, dice, es ser una magnífica persona. Hay que hacer de la necesidad virtud, camaradas. Ya lo dicen los oxigenados del youtú: el que es pobre es porque quiere. A los comisionistas habría que darles la orden de Carlos III como poco: las tradiciones hay que respetarlas. Un famoso traficante de armas limpia su nombre en el frontispicio de una benemérita fundación sita en el centro de Madrid. ¿La diputación de la Grandeza? Una mitad de bastardos (viva don Juan de Austria) y otra de comerciantes de esclavos. Nobleza obliga.

Hablando de lores: la princesa de Gales se ha aficionado al Photoshop sin pasarse el Paint. Qué pericia, amigos, no se veía algo así desde que doña Cecilia apañó el Ecce Homo. Tras su misteriosa operación abdominal, ha estado a un tris de reaparecer con seis dedos y cuatro rodillas. La prensa británica atribuye al nietísimo la amistad entrañable de una lady de nombre hiperconsonántico («marquesa de Cholmondeley», no lo intenten sin la supervisión de un logopeda). Si las princesas desapareciesen cada vez que les adornan la diadema con una cornamenta no quedaba monarquía en pie. Los sagaces usuarios de la interné se han entregado al frenesí especulativo. Me saltaré las sospechas más sensatas para ir a las interesantes: la han secuestrado los marcianos, está de vacaciones en la Atlántida o los reptilianos atacan de nuevo. Usted escoja.

La otra mañana, en la radio, discutían sobre el derecho a la intimidad médica de esta fauna. Siendo que cobran por existir, no estaría de más saber si están a punto de causar baja en el registro de los vivos.

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