Aldama, el juez Hurtado y Feijóo votan contra Sánchez en el Congreso del PSOE

Como es sabido, las derechas políticas, mediáticas y judiciales tienen una capacidad tremenda para instalar los temas de conversación en el debate público. Han metido en un cajón la ley de amnistía que rompía España, han hecho un paréntesis en la avalancha de okupaciones que invadían nuestras casas cuando salíamos de puente y parecen haberse olvidado de aquella alarma que vaticinaba toda una oleada de inmigrantes ilegales que este otoño romperían nuestras fronteras. Estos días se trataba de utilizar los hilos de varios casos judicializados con alguna o ninguna sustancia para expandir la sensación de que el PSOE llega a su 41º Congreso con Pedro Sánchez, su familia y unos cuantos colaboradores implicados en una enorme trama de corrupciones. “Semana horríbilis para el presidente”, titula alguna cabecera. “España vive el momento de mayor degradación política desde 1978”, clama Feijóo. Y uno cree que tiene razón, pero por razones muy diferentes a las suyas.

Me explico (o al menos lo intento).

Las novedades conocidas esta semana en los asuntos principales que llenan portadas con el cintillo de ‘Corrupción’ son las siguientes:

1.- Víctor de Aldama ha ido al programa de Carlos Herrera en la COPE para sustanciar esas graves acusaciones en el caso Koldo que le han servido para obtener la libertad provisional pese a que una semana antes se le había negado por riesgo de fuga en el otro caso por el que estaba en prisión, el de los hidrocarburos, todo un entramado de sociedades en paraísos fiscales con el que se estafó a Hacienda (o sea a todos nosotros) más de 180 millones de euros. Por gentileza del fiscal Luis Pastor (ex asesor de gobiernos del PP), Aldama ya está en la calle y acude a la emisora episcopal. Sugiero que escuchen ustedes la entrevista (pinche aquí). Una vez repetidas sus historias sobre reparto de sobres a Ábalos, Koldo, Santos Cerdán y alguno más, sin aportar ninguna otra prueba que su testimonio, Aldama responde a las preguntas de un Herrera ansioso por amplificar la detonación hasta el mismísimo despacho del presidente del Gobierno. Para sorpresa de Herrera, lo que hace Aldama (“el hombre que estaba allí”) es lo siguiente: niega que hubiera cualquier irregularidad en el rescate de Air Europa, de hecho dice que se hizo tarde y no por influencias de Begoña Gómez; niega que hubiera “maletas cargadas de oro” en el avión que trajo a Barajas a la venezolana Delcy Rodríguez; niega haber estado jamás en La Moncloa: vio a Sánchez un momento para hacerse una foto en un mitin y coincidió con él en un cumpleaños de Ábalos con otras 60 personas; niega cualquier relación entre la trama de los hidrocarburos y la financiación del PSOE; niega conocer más nombres de la ‘trama Koldo’ que los que ya ha citado; niega que saliera adelante ningún proyecto empresarial de las reuniones que mantuvo con la entonces vicepresidenta Teresa Ribera sobre la España vacía… Y dice haber coincidido con María Jesús Montero en una videoconferencia en la que ni siquiera hablaron entre ellos. Repasen hemeroteca o videoteca. Portadas digitales y en papel y horas de televisión. ¿Alguien ha rectificado una sola coma de todo lo publicado y ahora desmentido por el principal corruptor del caso Koldo? La respuesta es no.

2.- La jueza que investiga a David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, le ha citado a declarar después de Reyes. En el auto conocido esta semana, nos enteramos de que uno de los dos mimbres en que se basa la acusación del sindicato Manos Limpias (personado en todos los casos judicializados contra el Gobierno) se cae. Hubo un “error de cálculo”, y la UCO certifica que David Sánchez no enriqueció su patrimonio con casi millón y medio de euros en acciones del BBVA. Se confundieron y en realidad esas acciones están valoradas en 68.000 euros (ver aquí). Y sobre el segundo mimbre del caso contra David Sánchez, la posibilidad de que su plaza como director musical en Extremadura fuera creada a propósito para él en el año 2017 (cuando su hermano volvió a la carretera tras su forzada dimisión), tendrá que demostrarse con documentos y testimonios, porque hasta ahora sabemos que nadie reclamó esa plaza cuando se abrió el concurso pertinente. ¿Ha rectificado alguno de los medios que abrieron sus cabeceras con “el pelotazo del hermano de Sánchez” que en realidad era un bulo? La respuesta es no. 

3.- Juan Lobato es la primera víctima política del caso del fraude fiscal del novio de Isabel Díaz Ayuso. Ya era débil su liderazgo en el PSM y ha tenido que dimitir después de conocerse que acudió a un notario con los mensajes intercambiados hace ocho meses con su compañera Pilar Sánchez Acera, también subordinada del entonces jefe de gabinete de Pedro Sánchez. Este viernes, Lobato ha declarado ante el juez que investiga nada menos que al fiscal general del Estado por la filtración de un correo del defraudador fiscal protegido por su pareja, la presidenta madrileña, y su mano derecha, Míguel Ángel Rodríguez. La clave de este caso, en lo que se refiere al autoinmolado Lobato, está en el cronograma de los mensajes y en las palabras utilizadas. No es lo mismo decir “está publicado en los medios” que “lo tienen los medios” o “está en los medios” (ver aquí). En los próximos días saldremos de dudas (o no). Pero de momento no hay constancia de que el fiscal general filtrara ese correo a Moncloa y Moncloa a Lobato. El magistrado Ángel Hurtado, el mismo que en su día no quiso condenar al PP por la Gürtel, sigue tomando decisiones al modo Peinado. Por ejemplo, reclamando a instancias de una asociación acusadora grabaciones de cámaras que no existen en la sede de la Fiscalía General para comprobar si Álvaro García Ortiz había manipulado su móvil. El problema es que el juez no comprobó que a la hora en la que otro fiscal “delator” vio a García Ortiz “manipulando” su móvil, este ya había sido clonado por los agentes de la UCO y se lo habían devuelto a su titular (ver aquí). ¿Han rectificado esos puntillosos acusadores tras destaparse el bulo? La respuesta es no.

Cuando Feijóo clama que “España vive el momento de mayor degradación política desde 1978” lo que intenta es equiparar estos casos que afectan a Sánchez y al PSOE nada menos que con la Gürtel, la Kitchen, la policía patriótica o la financiación dopada que el PP utilizó durante tres décadas.

Así que esta “semana horríbilis” para el Gobierno en el plano judicial (que se completa con alguna diligencia en el caso de Begoña Gómez para comprobar si su asistente en Moncloa hace gestiones que no debiera) está plagada de “bombas” que, hasta el momento, contienen menos dinamita que fuegos artificiales. Si se observan los matices, la letra pequeña, lo que dice o no dice Aldama, lo que confiesa la UCO sobre el hermano de Sánchez o lo escrito en los whatsapps desvelados por Lobato en un ataque de pánico a ser acusado de revelación de secretos, a lo mejor no hay materia para que vayan pa’lante tantos como a Ayuso y MAR les gustaría.

Cuando Feijóo clama que “España vive el momento de mayor degradación política desde 1978” lo que intenta es equiparar estos casos que afectan a Sánchez y al PSOE nada menos que con la Gürtel, la Kitchen, la policía patriótica o la financiación dopada que el PP utilizó durante tres décadas. Documentada judicialmente. Con sentencia firme como beneficiado “a título lucrativo”. Una condena que fue la argamasa de la moción de censura que apeó a Rajoy y llevó a Sánchez al Gobierno en 2018. Es cierto que ese origen de los sucesivos gobiernos progresistas eleva al máximo la exigencia de honestidad y de compromiso contra la corrupción. Y tiene la oposición todo el derecho y hasta la obligación de controlar que así sea. Pero lo que define este momento como el de “mayor degradación política” es precisamente el comportamiento del propio Feijóo –de la mano de Vox– deslegitimando al Gobierno salido de las urnas y sin más hoja de ruta que la de “echar a Sánchez por todos los medios”, como confesó públicamente el inefable Miguel Tellado (ver aquí). Y a la tarea de degradación democrática se han sumado los medios amigos y algunos jueces y fiscales que presumen de “patriotas” y aplican grandes dosis de “creatividad” en sus funciones. “El que pueda hacer, que haga”.

P.D. Haría mal el PSOE si se limita este fin de semana en Sevilla a hacer visible su cierre de filas ante los ataques virulentos desde la oposición política, mediática y judicial. La ola reaccionaria y populista que azota al mundo exige propuestas convincentes y atractivas que le pongan freno. La victoria de Trump en Estados Unidos y el auge de los movimientos ultraderechistas en Europa apelan a la socialdemocracia a resetearse en fondo y forma, si quiere conectar con las clases medias y los sectores más precarizados. No basta con defender los avances sociales conseguidos. Hacen falta proyectos de futuro que ofrezcan eficacia, certidumbres y esperanza (nada más y nada menos) a capas sociales y generaciones jóvenes desencantadas con la democracia y cautivadas por los autoritarismos.

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