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Palestina: Conan el Bárbaro

Emilio Menéndez del Valle

Robert E. Howard (1906-1936) fue un escritor norteamericano de aventuras históricas y fantásticas. De gran éxito en el pasado siglo. Su obra más difundida es Conan el Bárbaro. Conan vive en la ficticia Era Hiboria, creada por Howard, comprendida entre los años del hundimiento de Atlantis —isla que el autor ideó basándose en el mito de la Atlántida— y las migraciones de los arios. Howard hace viajar a Conan desde su Cimmeria natal por la mayor parte de su mundo. Un Conan que es ladrón, asesino, mercenario, pirata, soldado, general y, finalmente, rey de Aquilonia, el más poderoso de los reinos occidentales. 

Conan no se anda con chiquitas. Howard pone en su boca: “La barbarie es el estado natural de la  Humanidad. La civilización es artificial, un capricho de los tiempos. La barbarie ha de triunfar siempre al final”. 

¿Ha reaparecido Conan en Palestina? ¿Piensa Netanyahu que la barbarie es el estado natural de la Humanidad? Aparentemente, quiere imponerla en Gaza y después en toda Palestina. Desde luego su ejército está actuando de forma bárbara en Gaza y Cisjordania y su diplomacia en Naciones Unidas también. Sí, yo también condeno —como la inmensa mayoría de quienes pertenecemos a la civilización nada artificial— los bárbaros asesinatos de civiles israelíes perpetrados por Hamás, entre ellos judíos que vivían en los kibutzim atacados y defendían la paz y el entendimiento entre ambas comunidades, judía y palestina. Pero también entiendo y comparto las palabras de António Guterres, secretario general de la ONU, vilipendiado por el actual Gobierno de Israel por decir que “los ataques de Hamás no se producen en el vacío. El pueblo palestino lleva 56 años de ocupación asfixiante”. 

Gaza ha sido bombardeada por Israel en numerosas ocasiones. En concreto, en 2008, 2009, 2012, 2014, 2021 y 2022, si bien no con el nivel de intensidad, crueldad, inhumanidad y saña de esta vez. Miles de civiles palestinos desarmados, muertos, miles de niños palestinos, que jamás olvidarán el horror soportado junto a los cadáveres de pequeños seres de su misma edad. Niños de los que probablemente surgirán en el futuro infinidad de “terroristas”

Israel ordena a los centenares de miles de civiles palestinos que habitan en el norte de la Franja que la abandonen en un plazo de horas y se dirijan al sur porque la va a bombardear masivamente. En medio del terror, caos migratorio en automóviles, carretas, burros, a pie… Se inicia el éxodo y aviones israelíes atacan un convoy, de civiles, insisto. 70 muertos, 200 heridos. Ya en el sur, Israel anuncia que lo va a bombardear igualmente y exige que los miles de civiles lo abandonen. Que se vayan. ¿A dónde? ¿Al este, al oeste? La Franja tiene una extensión de 365 km cuadrados, con una longitud de norte a sur de 45 km y una anchura de este a oeste que oscila entre los 6 y 12 km. Comienza de nuevo la huida hacia la frontera con Egipto (11 km de frontera), hacia el ya famoso paso de Rafah. Pero allí están ya hacinados miles de civiles sin poder atravesarlo, en condiciones miserables. ¿Qué pueden hacer? 

La venganza no es una opción política y en ella está empeñado Netanyahu, no en una solución política

May Golan es la recientemente nombrada por Netanyahu cónsul general en Nueva York y tiene la respuesta. En una entrevista, declara: “Quiero decirles algo que viene de lo más profundo de mi corazón. En este momento, mi mensaje al mundo —especialmente al mundo porque los ciudadanos de Israel conocen mi opinión— es que no me importa Gaza. Literalmente me dan igual.  Pueden salir y seguir nadando en el mar”. Crueldad, inhumanidad, saña. 

Naftali Bennett, ex primer ministro (2021-2022), ultrasionista, representante de los colonos ilegales que agreden a palestinos en Cisjordania, muy bien conectado con Estados Unidos, es preguntado en otra entrevista por los bebés palestinos que podrían morir en las incubadoras si Israel continúa cortando la electricidad a Gaza. Airada respuesta: “¡¿Va a seguir preguntándome sobre los civiles palestinos?! ¡¿Qué le pasa, no ha visto lo que ha sucedido?! ¡Estamos luchando contra nazis!… No voy a dar electricidad o agua a mis enemigos”. Crueldad, inhumanidad, saña. 

Nadie mejor que António Guterres está defendiendo la causa moral palestina, por supuesto con el máximo respeto a la existencia del Estado de Israel, como no podía ser de otra manera dado que preside la Organización que lo creó en 1948. Ninguna autoridad habla con mayor claridad y legitimidad sobre lo que está ocurriendo. De ahí que, sumido en la máxima preocupación, invocara hace unos días el artículo 99 de la Carta de las Naciones Unidas, que reza: “El Secretario General podrá llamar la atención del Consejo de Seguridad hacia cualquier asunto que en su opinión pueda poner en peligro el mantenimiento de la paz y seguridad internacionales”. Invocación lógica y oportuna dada la evidencia de que esa paz y seguridad se hallan en riesgo, por lo menos en la región. 

Poco parece importarle a este Israel esa amenaza. La amenaza es Guterres y contra él están volviendo a cargar. Eli Cohen, ministro de Exteriores del Gabinete ultra de Netanyahu: “La permanencia en el cargo de Guterres es una amenaza a la paz mundial. Su petición de activar el artículo 99 y de un alto el fuego en Gaza constituye un apoyo a la organización terrorista Hamás y un respaldo al asesinato de ancianos, el secuestro de niños y la violación de mujeres” (!!). Gilan Erdan, embajador israelí ante la ONU, que ya vituperó al secretario general hace días, dice ahora que ha alcanzado “un nuevo nivel de bajeza moral. Ha decidido activar esta cláusula inusual solo cuando le permite poner presión sobre Israel, que está combatiendo a los terroristas nazis de Hamás. Es una nueva prueba de la distorsión moral y de su sesgo contra Israel”. Resulta insólito que representantes diplomáticos de este Israel osen utilizar la expresión bajeza moral. ¿De qué moralidad pueden hacer gala? 

¿Y qué decir de la actitud de los Estados Unidos? Impide con su veto a la resolución presentada por Emiratos, inspirada en el artículo 99 invocado por Guterres, que se produzca un alto el fuego, al tiempo que suministra a Tel Aviv abundante armamento para que continúe la destrucción generalizada y centenares de muertos adicionales en Gaza. Un portavoz dice, sin la menor alusión a las miles de muertes civiles, que “Israel persigue objetivos militares legítimos”

Washington sostiene que Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, es su aliado para el futuro político tras la guerra. Pero quién puede sorprenderse de que Abbas, ante estos recientes acontecimientos, haya declarado: “La política de Estados Unidos lo hace cómplice de los crímenes de genocidio, limpieza étnica y crímenes de guerra cometidos por las fuerzas de ocupación israelíes contra los palestinos en Gaza, Cisjordania y Jerusalén”. Otro aliado, este muy especial, Turquía, miembro de la OTAN, acaba de manifestar por boca de su presidente, Erdogan: “El Consejo de Seguridad es el Consejo de Protección de Israel. ¿Es esto justicia?” En referencia a los cinco miembros permanentes con derecho a veto, añade: “El mundo es mayor que cinco. Otro mundo es posible, pero sin los Estados Unidos”. 

Avi Shlaim, quien con ILan Pappé, ambos judíos, encabeza la escuela de los denominados nuevos historiadores israelíes, que han documentado con fuentes oficiales el proceso de limpieza étnica iniciado tras la independencia de Israel, llega a la misma conclusión que Mahmud Abbas: “Las potencias occidentales denunciaron a Hamás y su barbarie, y la calificaron de organización terrorista. Pero no miran la respuesta israelí y no critican a Israel. Así que serán cómplices del ataque israelí a Gaza y del ataque a civiles. Básicamente, le dan vía libre a Israel para hacer lo peor en lugar de pedir un alto el fuego”. 

La política de décadas de deshumanizar a los palestinos, de considerarlos objetos, no personas, ha llevado a la deshumanización del propio Israel, que no da señal alguna de respeto por la humanidad de los sufrientes civiles palestinos, miles de niños incluidos, no combatientes. Shlaim dice que “los israelíes no miran el pasado. Sólo miran lo que les pasó”. 

Netanyahu parece perseguir la “solución final” para el “problema” palestino. ¿No era también una “solución final” la que buscaba Hitler para el “problema” judío?. La venganza no es una opción política y en ella está empeñado Netanyahu, no en una solución política. La sociedad israelí, al menos su parte ilustrada, debería tenerlo en cuenta. Y prestar atención al lema que al hispanista e historiador británico, John Elliott, le gustaba divulgar: “Hay que estudiar historia porque la ignorancia lleva al recelo y al odio”.

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Emilio Menéndez del Valle es embajador de España.

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