¡Insostenible!

Reutilizar envases (y no reciclar) es lo más ecológico

Pepe Galindo

Cuando se habla de ecología, suele pensarse en reciclar y en el cambio climático, pero suele olvidarse lo más importante. Hoy queremos aclarar que reciclar NO es tan ecológico. Es como si alguien dijera que es ecológico tirar una botella a la basura porque es mejor que tirarla al mar o quemarla. Hacer algo mejor que otra cosa no lo convierte en ecológico. Además, aunque reciclar ahorra CO2, está lejos de estar entre las acciones más ecológicas.

¿Reciclar es lo más ecológico?

Cuando reciclamos, primero ya hemos consumido unos recursos para fabricar algo, y segundo, hemos demostrado que somos incapaces de reutilizarlo. Por lo tanto, solo nos queda reciclar para evitar que ese material se pierda (algo básico en economía circular).

Sobre los productos que llegan a los puntos limpios ya hemos hablado en otro artículo en nuestro blog. En él dábamos recomendaciones interesantes, así como una breve explicación sobre las diferencias entre reutilizar y reciclar.

Ante la avalancha de envases (principalmente de plástico) que invaden nuestros mares, montes, ríos, calles, etc., muchos piensan que hay que reciclar más nuestras botellas, latas de bebidas, envases de yogur, botes de detergentes, tetrabriks... Veamos por qué reciclar no es lo más ecológico y una propuesta para evitar este problema.

Lo más ecológico es reducir y reutilizar

Lo primero que hace cualquier ecologista es intentar REDUCIR al máximo el consumo de productos envasados (esa es la primera erre de la regla de las 3 erres). Algunas ideas son comprar productos sin envases (a granel) o en envases grandes.

Cuando un producto ya lo hemos consumido, ¿qué es lo más ecológico que podemos hacer con su envase? Lo más ecológico es devolver el envase al fabricante, para que lo vuelva a utilizar: a eso se le llama REUTILIZAR. Así, un mismo envase puede usarse miles de veces.

¿Cómo podemos asegurar que los envases se devuelvan al fabricante? La respuesta es el Sistema de Depósito Devolución y Retorno (SDDR) que consiste en pagar un pequeño depósito por los envases que compramos y recuperar ese dinero si los devolvemos: Si lo devuelves, no pagas. Así se hacía en España hace unos 40 años con botellas de leche, cerveza, gaseosa... hechas de vidrio retornable, el envase más ecológico (si se reutiliza).

El SDDR es fundamental para conseguir que la gente perciba la obligación de devolver el envase. Desgraciadamente, sin SDDR la gente tira los envases en cualquier lugar (véanse las islas de plástico en los océanos). Las tasas de reciclaje demuestran que el sistema actual en España de contenedores de colores (SIG) es un fracaso. Ciertamente, es mejor que nada, pero dista mucho de ser un sistema ecológico y sensato. Para colmo, muchas de las toneladas de envases de plástico que se recogen en España no llegan a reciclarse jamás, porque muchas plantas de reciclaje arden en extrañas circunstancias. Después de todo el esfuerzo, todo queda en humo y contaminación. ¿Quién puede asegurar que los envases de plástico recogidos con SDDR no arderán y serán finalmente reciclados?

En algunos países hay máquinas para el SDDR que te dan dinero por cada envase que introduzcas. Puede ser buena idea pero no olvidemos que los aparatos electrónicos contaminan mucho en su fabricación y apenas se pueden reciclar. Por otra parte, estas máquinas ahorran trabajo humano y, por supuesto, deben admitir envases retornables para reutilizarlos (no para reciclarlos).

Nuestra propuesta en dos puntos

Lo que proponemos es muy simple y se basa en dos actuaciones:

 

  1. SDDR para envases reutilizables.
  2. Las empresas pagarán una tasa por cada envase NO reutilizable que pongan en circulación.

Los envases no reutilizables pueden (y deben) tener también su SDDR, pero si la tasa que pagan las empresas es elevada, este tipo de envases tenderán a desaparecer. Esta tasa puede ser pequeña durante unos pocos años, pero debe subir progresivamente. Las empresas tendrán así tiempo para hacer que sus envases sean reutilizables.

Para otros tipos de envases, como los de caramelos o bolsas de magdalenas, podemos seguir manteniendo los contenedores amarillos, los cuales habría que recoger menos veces e incluso podrían habilitarse también para todo tipo de plásticos (como juguetes, adornos...) que irían al punto limpio, en vez de a la basura como ocurre ahora.

Las máquinas para el SDDR (si se opta por ellas) deberían estar situadas en lugares públicos, igual que los actuales contenedores de reciclaje, pues no sería justo hacer pagar a los pequeños comercios por unas máquinas que, sin duda, son caras. Además, el SDDR es independiente de estas máquinas. Son debates independientes dado que se puede aprobar un SDDR sin instalar ninguna máquina. Esto es importante, ya que algunos defensores del SDDR han sido acusados de tener más interés en el negocio de las máquinas que en reutilizar envases. Es el caso de la organización Retorna, gran defensora del SDDR, y de sus opositores de la plataforma sddr.info. En sus webs hay bastante material para ambas posturas, pero al leerlo no hay que preguntarse solo qué sistema reciclaría más, sino qué sistema reutilizaría más. La respuesta está en los dos puntos de nuestra propuesta hecha más arriba.

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Es curioso que hasta la reina de Inglaterra ha prohibido envases de plástico en sus propiedades. Los nuevos envases de palacio deben ser "biodegradables o compostables", pero no incluye los envases más ecológicos, los reutilizables. Está bien reducir el plástico, pero no a costa de aumentar el consumo de otros recursos.

Resumiendo, deberíamos acostumbrarnos de nuevo a los envases de vidrio para la leche y a verlos con buenos ojos también para otros productos: detergente líquido, yogur, zumos, batidos... y comprar más a granel. El SDDR es ventajoso usado para REUTILIZAR. Lo ecológico es reciclar lo menos posible porque no sea necesario. Hay que cambiar el discurso sobre el reciclaje, porque muchos piensan que el problema está en que no se recicla, y el problema real está en que se producen muchos envases de usar y tirar (que encima no se reciclan). Puede que la cesta de la compra pese algo más con los envases retornables, pero... ¿queremos hacer algo por el planeta sin poner nada de nuestra parte? __________________

Pepe Galindo escribe en Blogsostenible y es autor de 'Salvemos Nuestro Planeta'.

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