Aguirre declara ante el juez que no sabía nada de cuentas y señala al exgerente como el que lo decidía todo

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Una Esperanza Aguirre decidida a presentarse como por completo ajena a cualquier ilegalidad que afecte a la financiación del PP madrileño y a hacerlo enfrentándose sin ambages a la Fiscalía lleva declarando desde poco después de las 10 de la mañana ante el juez Manuel García Castellón. Aguirre, que se ha proclamado muy austera, no ha cesado de repetir que no sabía nada del dinero que manejaba el partido ni intervenía en  los gastos de campaña.

Quien sabía de eso era el gerente del partido, Beltrán Gutiérrez, que daba cuentas –y lo ha repetido así– ante el partido nacional pero que no sabe a quién. La posición de Gutiérrez, a quien este jueves también señalaron el antiguo delfín de Aguirre y su sucesora al frente de Fundescam, se complica por días en esta pieza del caso Púnica, donde el juez y la Fiscalía investigan el desvío de millones de euros públicos en favor del PP –más de 25, según Anticorrupción– mediante un "plan preconcebido" a cuyo frente sitúan a Aguirre como quien ejercía la "supervisión". En la pieza sobre financiación, el juez investiga los delitos de cohecho, falsedad electoral, malversación, falsificación, prevaricación, tráfico de influencias e incluso organización criminal.

La expresidenta, que se ha negado a responder varias preguntas de la Fiscalía bajo el argumento de que no se ciñen a lo que aparece en el auto de imputación ha remarcado tanto su desconocimiento de la actividad económica del PP que el juez ha llegado a decirle que si era un cargo sin funciones. Aguirre ha respondido remarcando que su cargo era muy importante pero solo político.

En su declaración ha negado de manera rotunda que convocase la reunión de 2004 en la que su equipo conoció al dueño de Over Marketing y diese órdenes en su favor. Acusa a la Fiscalía de tomarse Fundescam como si fuera el Watergate y justifica la cláusula del 1% para publicidad de hospitales porque hacía mucha falta la propaganda institucional. Esa cláusula, ha dicho, gozaba del beneplácito de la Administración central.

Manuel García Castellón, atribuye a Aguirre la "supervisión" de un "plan preconcebido" destinado a desviar ingentes cantidades de dinero público –Anticorrupción los cifra en más de 25 millones– y ponerlos "al servicio del partido".

El plan delictivo en cuya cúpula los investigadores colocan a Esperanza Aguirre giraba en torno a la publicidad. O propaganda para el partido al margen de la Ley Electoral y con grave daño para las arcas públicas. En forma de mítines, encuestas, vídeos y lo que resultara necesario en cada campaña, ese fue el sistema de desvío que, por ejemplo, permitió al PP gastar en 2011, año de autonómicas y municipales como 2007, más del doble de lo autorizado: 6,2 millones frente a los 3.229.342 de máximo legal.

La imputación a Aguirre se produjo el 2 de septiembre. Pero las sospechas ya planeaban desde antes sobre la expresidenta de Madrid. Un ejemplo: el 13 de abril de 2017, durante el interrogatorio al exgerente del PP, Beltrán Gutiérrez, y cuando se estaba abordando el papel de la fundación Fundescam, pieza clave en la financiación de las campañas electorales, el entonces instructor de la causa, Eloy Velasco, le espetó esto al imputado : "Y al frente [del Gobierno] estaba la misma persona que al frente de la fundación, o sea, Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Y resulta que con esto se enmascaran gastos electorales". Al frente del Gobierno estaba Aguirre. Al frente de Fundescam, también.

Un mes antes, en marzo de 2017, quien entonces aparecía como el principal político envuelto en Púnica, Francisco Granados, antiguo número 2 del PP madrileño y cuya cuenta suiza destapó la trama, escribió desde prisión una carta a Esperanza Aguirre que publicó okdiario. Granados incorporó el siguiente párrafo: "Una de tus frases preferidas (...) es: 'Todo se puede delegar menos la supervisión' (...) Absolutamente nada, ni en el partido ni en el Gobierno, se ha hecho jamás sin que tú lo ordenaras o, al menos, dieras el visto bueno". Granados, a quien el juez define junto con Ignacio González y el exgerente del PP, Beltrán Gutiérrez, como parte del trío en que se apoyaba Aguirre para ejecutar aquel plan que el auto de imputación refleja como delictivo, es uno de los que ha declarado que la financiación paralela existía.

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Aguirre: "Mi inocencia prevalecerá"

Esperanza Aguirre ha afirmado tras declarar  ante el juez Manuel García Castellón que está satisfecha por haber dado su versión de los hechos que se le atribuyen en la trama Púnica y convencida de que se hará justicia. "Mi inocencia prevalecerá", ha asegurado.

"Lo que he explicado es que nunca he hecho ni he consentido, ni he conocido, ni he dejado de ejercer la diligencia necesaria para evitar ningún hecho que fuera una irregularidad y mucho menos, una ilegalidad, en el supuesto de que se hubieran cometido", ha señalado en una breve declaración sin preguntas a su salida del tribunal.

Una Esperanza Aguirre decidida a presentarse como por completo ajena a cualquier ilegalidad que afecte a la financiación del PP madrileño y a hacerlo enfrentándose sin ambages a la Fiscalía lleva declarando desde poco después de las 10 de la mañana ante el juez Manuel García Castellón. Aguirre, que se ha proclamado muy austera, no ha cesado de repetir que no sabía nada del dinero que manejaba el partido ni intervenía en  los gastos de campaña.

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