Universidad

Los alumnos pagan 457 euros anuales más que en 2009 para estudiar en la universidad

Estudiantes se manifiestan en 2014 contra la subida de las tasas universitarias.

Los ingresos totales con los que cuentan las universidades públicas españolas para su funcionamiento disminuyeron un 20,2% entre 2009 y 2015: de 10.120 millones de euros a 8.072. En esa caída han influido los recortes de la financiación pública de las comunidades autónomas y el Estado, que redujeron sus aportaciones en un 27,7%. En contraposición, aumentaron los esfuerzos económicos realizados por los estudiantes y sus familias, que pagan 457 euros anuales más que en 2009 para poder ir a la universidad. Los fondos aportados por los alumnos pasaron de 955 euros anuales a 1.412 euros. El aumento fue, por tanto, del 48%. 

Estas son las principales conclusiones del informe ¿Quién financia la universidad? Comparación entre comunidades autónomas en España, Europa y la OCDE [consultar, aquí], realizado por el Observatorio del Sistema Universitario y presentado este martes en la Universidad Complutense de Madrid. El documento incide además en la disparidad existente entre autonomías, que ha aumentado en un contexto de financiación menguado, especialmente en lo relativo a la financiación pública y a los ingresos por las matrículas.

Por ejemplo, la financiación pública fluctúa entre los 8.429 euros por estudiante del País Vasco y los 4.730 de la Comunidad de Madrid. Y en cuanto a los ingresos por tasas y precios públicos, el valor mayor se da en Cataluña, con 2.123 euros de media por estudiante, que destaca de manera significativa respecto al resto de comunidades, y le sigue Madrid, 1.715 euros. El importe en Cataluña 2,55 veces superior al mínimo registrado, el de Galicia, que alcanza los 832 euros.

Respecto a la estructura de ingresos destaca el caso de Cataluña, donde uno de cada cuatro euros que recaudan sus campus públicos lo ponen los alumnos a través de las tasas. En Madrid, este porcentaje es del 23,6%. En contraposición, en el País Vasco es donde los ingresos por el pago de las matrículas suponen un menor porcentaje sobre el total, apenas llega al 9%. Esa distribución de fondos tiene mucho que ver con los recortes de los fondos públicos, pues cuanto menos dinero ponen las administraciones, más tienen que desembolsar los alumnos. Así, mientras en el País Vasco la financiación pública sobre el total de ingresos es del 84,9%, en Cataluña es del 60,2%. 

Estos datos evidencian que los universitarios han sido los más perjudicados por el decreto de "racionalización del gasto educativo" que, en 2012, promovió un cambio en las formas de pago en los campus públicos al dar a las autonomías la posibilidad de establecer la parte del coste educativo que asume directamente el estudiante en base a unas horquillas.

Desde entonces, en primera matrícula, el crédito de estos estudios se podía posicionar entre el 40 y el 50% del coste real que supone impartirlo. Asfixiadas por el déficit, algunas autonomías llevaron esta norma hasta el extremo. Esta circunstancia supuso, en un contexto de pérdida de poder adquisitivo de las familias, un aumento generalizado de los precios. 

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Más lejos de la OCDE

Los recortes también han alejado la financiación de los campus públicos de la media de las economías más desarrolladas. En 2009, el gasto total por estudiante en las universidades españolas era superior a las medias de la OCDE y la UE21. Desde entonces dichas medias han crecido, pero en España el valor ha disminuido. Como resultado, en 2014 España el gasto por estudiante se situó un 16,8% por debajo de la media de la UE22 y un 13,1% por debajo de la media de la OCDE

Además, España es el sexto país de 28 que gasta una proporción más pequeña de su riqueza en universidades (1,08% del PIB). Esto es un 79,2% de la media de la OCDE (1,37%) y un 85% de la de la UE22 (1,27%) e implica que sólo dos de las comunidades autónomas alcanzan la media de la UE22 y sitúa a cinco de ellas por debajo de todos los países de la OCDE.

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