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Comunidad de Madrid

Los barracones en las escuelas de Madrid también entienden de clases: más de la mitad instalados están en zonas de rentas bajas

El consejero de Educación, Enrique Ossorio, visita una de las aulas prefabricadas.

Las aulas prefabricadas en los patios escolares siempre han formado parte de la estampa habitual de la educación madrileña como solución temporal a unas obras de ampliación de los centros que nunca terminaban de llegar. Al menos así fue hasta febrero de 2019, cuando la Consejería de Educación quiso poner punto y final a la era de los barracones retirando el último módulo que quedaba en pie en la región –en concreto, en el Instituto Neil Armstrong de Valdemoro–. Pero con la llegada de la pandemia, y la necesidad de reducir ratios para evitar contagios, este tipo de aulas provisionales han proliferado de nuevo en los colegios e institutos de la capital. Sobre todo, en aquellos ubicados en los barrios más humildes. En total, el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso ha instalado ya este tipo de barracones en una docena de centros de la ciudad de Madrid. La mayor parte, se alzan en distritos como Villaverde, San Blas-Canillejas, Vallecas o Vicálvaro.

Hasta la fecha, el Gobierno madrileño ha instalado más de dos centenares de aulas prefabricadas en un total de 63 centros educativos distribuidos por toda la comunidad autónoma, según los datos facilitados por la Consejería de Educación a infoLibre. La mayoría de ellos, el 50,8% se encuentran ubicados en la zona sur de la comunidad autónoma, seguida por la capital (19%), el este (15,9%), el norte (9,5%) y el oeste (4,8%). En la ciudad de Madrid se han instalado barracones en cinco Colegios de Educación Infantil y Primaria (CEIP) y en siete Institutos de Educación Secundaria (IES). En total, una docena que se distribuyen por media docena de distritos diferentes. Sin embargo, lo cierto es que más de los centros educativos que han requerido de este tipo de infraestructuras para reducir ratios se encuentran ubicados, precisamente, en barrios donde la renta bruta anual es notablemente inferior a la media de toda la capital, según los últimos datos de la Agencia Tributaria correspondientes a 2018 recogidos en la Estadística de los declarantes del IRPF de los mayores municipios por código postal.

En aquel ejercicio, los ingresos que se percibían de media en Madrid –antes de quitar impuestos– se encontraban en los 40.083 euros al año. Muy por debajo de esa cifra se sitúan zonas como la de Villaverde-San Cristóbal de los Ángeles, Orcasitas-San Fermín o Campamento, tres códigos postales donde la renta bruta es de 23.307, 24.771 y 27.525 euros, respectivamente. Allí se encuentran ubicados cuatro de los centros con barracones: el colegio El Greco y los institutos Blas de Otero, El Espinillo y Ciudad de los Ángeles. Por debajo de los 30.000 euros está también Vicálvaro-Valdebernardo (29.750 euros), donde se levanta el IES Joaquín Rodrigo. También están bastante alejados de la media, según los datos de la Agencia Tributaria, los barrios de Villa de Vallecas o San Blas: 31.463 y 33.903 euros. Códigos postales en los que se sitúan tres centros más en los que ya se han instalado los módulos prefabricados para los alumnos: el colegio Ángel Nieto y los institutos Las Musas y Jane Goodall.

De la docena de centros, cuatro se escapan de esta tónica. Cerca de la media de renta bruta de la capital se encuentran zonas como Delicias o Arganzuela, donde se ubican dos de los centros con estas aulas prefabricadas: Tomás Bretón y Antonio Fraguas Forges. Y por encima está Barajas-La Alameda de Osuna. En este código postal, donde se encuentra los CEIP Ciudad de Guadalajara y Margaret Thatcher, la renta bruta media se sitúa, según los últimos datos disponibles, en los 47.318 euros.

Desde los sindicatos, que en su día celebraron enérgicamente el fin de la era de los barracones en la región, recuerdan que todavía quedan por llegar algunos de los módulos prometidos para disminuir las ratios. “Como con tantas otras cuestiones relativas al inicio del curso, van con un retraso absoluto”, apunta en conversación con este diario Isabel Galvín, secretaria de Enseñanza de CCOO Madrid, quien recuerda que el arranque del curso escolar ha sido un éxito desde el punto de vista estrictamente sanitario gracias al trabajo de los equipos directivos, el personal docente y los alumnos. “El consejero suspende totalmente. Ni conoce la educación en la región ni se le espera para intentar comprender las necesidades educativas que hay en la comunidad autónoma ahora mismo”, señala Galvín, quien no se olvida del millar de profesores de refuerzo a los que han decidido no renovarles el contrato, como sí se ha hecho en otras comunidades autónomas.

Desde UGT, su homóloga Teresa Jusdado no esconde el temor del sindicato a que estas infraestructuras acaben sustituyendo a la construcción de edificios de obra nueva o a la mejora de las instalaciones ya existentes. Es un miedo que comparten también algunos padres. A finales de octubre, por ejemplo, la plataforma Instituto en Rejas ¡YA! se concentró frente al instituto Jane Goodall para exigir la paralización del barracón que se había comenzado a instalar y para reclamar al Gobierno regional que licitase de una vez las obras para llevar a cabo la ampliación de las instalaciones que les había sido prometida. “Las experiencias con barracones en otras zonas, cuando eran solo alquilados, ha sido tener que convivir con ellos durante años. Este es comprado”, señalaba su portavoz a Madridiario.

229 de 249 ya instalados

Más de 44.700 alumnos estudian este curso en barracones

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A fin de rebajar las ratios para disminuir el riesgo de contagios, el Ejecutivo regional anunció dentro de su plan para la vuelta al cole la instalación de 250 barracones en los centros. Aulas que, aunque “estigmatizadas”, eran a ojos de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, “muy oportunas” como “solución temporal” para ampliar espacios y descongestionar las clases mientras se llevaban a cabo las ampliaciones y obras nuevas –una inversión de más de 100 millones– comprometidas por el Gobierno de la Comunidad de Madrid. Al final, el Ejecutivo madrileño terminó adquiriendo 249 módulos prefabricados por los que desembolsó 21 millones de euros a empresas como Algeco Construcciones Modulares, Alquibalat, Abc Arquitectura Modular, Normetal Construcción Modular o Cedan Jobs –entre las propias aulas y los trabajos necesarios para ponerlas en servicio–.

De ellos, a día de hoy, concluido el primer cuatrimestre, están listos para su uso 229. Quedan, por tanto, una veintena todavía por levantar en distintos colegios e institutos de la región. “Las aulas prefabricadas se siguen instalando en la actualidad y se espera que estén todas en los próximos días”, explican a este diario desde el departamento que dirige Enrique Ossorio.

La Consejería de Educación asegura que el hecho de que no estén aún colocadas todas las aulas prefabricadas prometidas no se ha visto traducido en clases más abarrotadas de lo deseado. “En absoluto, los centros educativos han reorganizado sus espacios para que las ratios no superaran en ningún caso lo establecido. Se han reducido en la Comunidad de Madrid hasta 18 alumnos en Educación Primaria y 20 en 1º y 2º de Educación Secundaria Obligatoria”, señalan. Algo que rechaza Galvín, que recuerda que desde el sindicato han presentado “reclamaciones individuales” por este asunto. En una línea similar se pronuncia Jusdado: “Si después de cuatro meses todavía no están instalados todos esos módulos, ¿dónde se han tenido a todos los grupos que deberían ocuparlos? Quizá en gimnasios con poca ventilación. Nos constan centros donde grupos de pedagogía terapéutica han estado dando clase en los pasillos”, señala la portavoz de Educación de UGT Madrid.

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