Precariedad laboral
De la calle a la oficina: las denuncias de los 'riders' de Deliveroo se trasladan a la plantilla de atención al cliente
A las numerosas denuncias de los riders de Deliveroo se suman, ahora, las de la plantilla de atención el cliente. La precariedad que critican se ha trasladado de la calle a las oficinas, donde los trabajadores dicen sufrir numerosas irregularidades y vulneración de sus derechos como trabajadores por parte de la empresa. La última polémica: el despido de José [nombre ficticio], un compañero que, tras encadenar dos contratos temporales de seis meses, iba a firmar su nuevo contrato indefinido. Y no es el único, antes que a él esto les ocurrió a otros dos empleados. No duda en calificar de "locura total" el año que pasó trabajando en la empresa, que denuncia cometía fallos constantes en el pago de las horas extra y nocturnidades. "He trabajado en varias oficinas de atención al cliente pero nunca me he encontrado una tan absolutamente desastrosa", critica. Precisamente por este motivo, decidió afiliarse a la sección sindical de Deliveroo en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), de reciente creación y, aseguran, sin reconocimiento por parte de la compañía.
¿Cuál fue el motivo del despido? Hay dos versiones muy distintas. Por un lado, está la de José, que asegura a este diario que era un empleado "molesto" para la empresa. Molesto porque, asegura, tenía que reclamar constantemente los fallos en las nóminas, que no reflejaban ni las horas extra ni las horas nocturnas. Por otro lado está la de la empresa, que asegura a infoLibre que, simplemente, se terminó el contrato y se decidió no renovarlo.
Pero hay más. Al rescindir su contrato se celebró un acto de conciliación. Durante el encuentro, "al que no acudió la empresa", asegura el trabajador, Deliveroo aceptó que se trataba de un despido improcedente. Sin embargo, lo que pedía José, que era su readmisión y el pago de las horas extra y nocturnidades pendientes –además de los primeros seis días durante los cuales trabajó pero no estuvo dado de alta–, fue rechazado por la compañía, que ofreció 1.000 euros al ya exempleado. José no aceptó el acuerdo y ahora llevará el caso a los juzgados. Fuentes de Deliveroo, en cambio, defienden que esa cantidad ya suplía los retrasos en los pagos. "No es una oferta económica", aseguran, "hemos liquidado de esta forma las incidencias que hubo con él, que se trataron de un error".
Sin embargo, el caso no es único. A José se unen otros trabajadores y, sobre todo, los ridersriders. No han sido pocas las polémicas que ha suscitado lo que han intentado bautizar como "economía colaborativa" que, una vez más, se ve salpicada por quejas de los empleados. Y hasta por la Inspección de Trabajo, que en València determinó que los repartidores de la empresa son trabajadores asalariados y no autónomos, como pretendía la empresa. El control absoluto de todos los aspectos en los que se desarrolla el trabajo y la necesidad de mantener un contacto permanente con la empresa para llevar a cabo las entregas, desdijo a Deliveroo en su afán por desmarcarse de la relación de trabajo clásica: no "despedían", sino que "desconectaban", y sus empleados no "trabajaban", sino que "colaboraban".
Convenio y nóminas incorrectas
La primera irregularidad que denuncian es el contrato. Fuentes sindicales de CNT aseguran a infoLibre que todos están en "fraude de ley". ¿Por qué? Porque, siendo una empresa de transporte, sus trabajadores firmaron un convenio de "empresas y despachos". "Y, aun teniendo mal el convenio, nos pagan por debajo de lo que estipula", lamentan estas fuentes.
La empresa, por su parte, rechaza estas críticas. "Los trabajadores tienen el convenio que han firmado", aseguran. "Esto es así aquí y en todas las empresas de atención al cliente", zanjan.
Y no cobran lo que tendrían que cobrar porque, insisten, la empresa no les reconoce en la nómina ni las horas extra ni las horas nocturnas trabajadas. José, que insiste una y otra vez en que esto era recurrente, afirma que Deliveroo acababa pagando lo que debía, pero "después de protestar mucho". "Un día decían que habían cambiado de gestoría, otro que había sido un error...", recuerda. Y este continúa siendo el discurso de la compañía: "Ha habido alguna incidencia con el pago de las nóminas, pero sólo administrativa. Siempre se han resuelto y han sido con un número muy reducido de personas", afirman. Pero fuentes sindicales informan de que la empresa ha llegado, incluso, a pagarles las horas nocturnas con un ticket de 15 euros para cenar. "Nos pagaban las nocturnidades con comida", denuncian.
Descansos reclamados por la empresa
"Los pocos descansos que nos tomábamos nos los reclamaban diciendo que, por convenio, no nos correspondían", recuerda José. "Nos decían que nos los regalaban", continúa. Según explica, el tipo de trabajo exige a los trabajadores que se tomen descansos visuales cada cierto tiempo, pero la empresa ponía problemas. "En mi caso, supuestamente tenía descansos de 15 minutos, aunque me acababa cogiendo cinco", asegura. "Mi jefe me llegó a decir incluso que estaba descansando demasiado", critica.
Muchos de sus compañeros, según relata, llegaban a no tomarse ningún descanso en toda la jornada laboral o, si lo hacían, era mucho inferior a lo que les correspondía. Y lo hacían por "miedo" a ser otro empleado "molesto". Pero además, el propio trabajo en sí, según asegura José, es "muy estresante". "Como había muy poco personal, terminábamos hablando por chat con hasta 12 personas a la vez, además de coger el teléfono", explica. "Si no contestábamos a los mensajes por coger la llamada nos ponían pegas, y si no atendíamos rápidamente las llamadas por contestar a los chats, también". Esta situación, sumada a la imposibilidad de hacer descansos durante la jornada, terminaba por hacer que "muchos compañeros" llegaran a salir "llorando" del trabajo.
Impedir la actividad sindical
Todas estas irregularidades son denunciadas por los trabajadores, pero de forma individual. Los riders, al no ser reconocidos como trabajadores por la empresa –a pesar de la sentencia de la Inspección de Trabajo de València que advierte que sí lo son–, no pueden asociarse y no forman parte de ningún sindicato. La plantilla de atención al cliente, en cambio, sí lo ha hecho. Recientemente crearon la sección sindical de Deliveroo en la CNT, aunque sus miembros aseguran que no los reconocen. "La empresa se ha negado a reunirse con nosotros. Les mandamos un burofax avisando de la constitución del sindicato, pero nos dijeron que no lo reconocían", aseguran fuentes sindicales.
Todo esto tiene un porqué. "El formato de la empresa no admite la presencia de sindicatos porque saben que estos denunciarían todas las vulneraciones de los derechos de los empleados, la precariedad de sus salarios y la falta de dignidad en el trabajo", explica Gonzalo Pino, secretario de política sindical de UGT. "Son empresas que viven a costa de la devaluación salarial. Y, por tanto, existe una confrontación entre ellas y los sindicatos", añade. De hecho, José no vincula directamente su despido con su pertenencia a la sección sindical de CNT, pero sí explica que junto a él había otros cuatro trabajadores que también cumplían un año de contratos temporales que, al contrario que él, sí fueron renovados.
Los mensajeros de Deliveroo y de Foodora promueven la creación de un “frente” europeo
Ver más
Ahora, además, se enfrentan a un nuevo problema: la externalización de las contrataciones. Según confirman fuentes sindicales, desde hace poco han sabido que la empresa ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que, a partir de ahora, el personal sea seleccionado y contratado a través de empresas de trabajo temporal (ETT). Para Pino, esta noticia no es más que un nuevo ejemplo de la devaluación y precarización del empleo que representa esta empresa. "A medida que se les va cercando por su forma de negocio se van reinventando. Ahora tratan de sacar a esos trabajadores reconocidos hacia la subcontratación para demostrar que no son una empresa", explica. "Es el ejemplo de la precarización llevada al extremo", coincide Javier Pueyo, adjunto a la Secretaría Confederal de Juventud y Nuevas Realidades del Trabajo de CCOO.
La empresa, por su parte, rechaza el término "subcontratación" y habla, exclusivamente, de "externalización de las contrataciones". "Se pasa a contratar a las personas que trabajan aquí a través de un externo, pero seguirían siendo trabajadores de nuestra empresa. No estamos externalizando los servicios de atención al cliente", afirman desde Deliveroo en conversación con este diario.
Pero para los sindicatos, todas estas cuestiones no son más que un ejemplo más del nuevo modelo de negocio, aquel que denominan como "economía colaborativa" pero que, en realidad, esconde empleos precarios, según entienden. Y Deliveroo, con la suma entre las protestas de sus repartidores y las de sus trabajadores de oficina, constituye un buen ejemplo. "De colaborativo no hay nada. Se están lucrando de los trabajadores", denuncia Pueyo, que advierte del peligro de que este tipo de empleos se extiendan, peligrosamente, hacia otros sectores. Mientras tanto, el último informe publicado por Adecco afirma que tanto los teleoperadores como los preparadores de pedidos serán dos de los empleos más demandados durante este año.