Una campaña a 40 grados: menos mítines, más presencia en los medios y el calor como arma del PP

Pedro Sánchez, durante una conversación con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en la sede del PSOE en Madrid.

España vive una ola de calor a pocos días de que arranque la campaña electoral para el 23 de julio. Nunca unos comicios generales se habían celebrado un mes de julio, por lo que la estrategia de los partidos también se adapta a este factor y hasta el propio tiempo y la fecha vacacional se ha convertido en un arma política para la derecha.

La elección de la fecha corresponde a los plazos mínimos fijados por la ley electoral tras la decisión de Pedro Sánchez de adelantar las elecciones tras los resultados de las municipales y autonómicas del 28 de mayo. El jefe del Ejecutivo decidió que había que dar la palabra los ciudadanos lo más rápidamente posible, con la idea de que no tenía sentido convocar para después del verano, ya que apenas quedarían unos meses para el final oficial de la legislatura (los comicios iban a ser en principio en diciembre).

Ya la propia fecha ha sido usada por el Partido Popular como elemento para desgastar a Pedro Sánchez, señalando que se busca desincentivar la votación. Incluso la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sembró dudas sobre fraude electoral por ser un 23 de julio: “El fin es que la gente esté despierta, que esté desmovilizada, que falten interventores, apoderados, intentar a las bravas y a la desesperada llegar y cambiar las cosas”.

Pero al contrario de esta idea, la convicción que tiene el presidente del Gobierno es que va a haber un alta participación. En su entrevista con Jordi Évole en laSexta, Sánchez cifró entre un 73% y 76% ese dato, lo que sería muy superior a las elecciones municipales del pasado mes de mayo, que fue del 63,91% (una de las más bajas de la historia). De cumplirse esa cifra, sería superior a la media de todas las generales en tiempos democráticos y no se habría visto tal movilización desde las elecciones que ganó José Luis Rodríguez Zapatero en 2008. En el cuartel general del PSOE, además, creen que ya notan en las encuestas la movilización del electorado progresista y que se ha taponado la transferencia de apoyos hacia el Partido Popular.

Los partidos se han lanzado a una campaña, por lo tanto, diferente. En el PSOE, según fuentes consultadas, se enfoca de una manera muy mediática. Habrá actos del presidente, pero su hoja de ruta pasa principalmente por acudir a los medios de comunicación y explicar su políticas. Con la idea principal de pinchar esa burbuja del antisanchismo. Por eso, una de las principales novedades es la apuesta del jefe del Ejecutivo por estar en medios hostiles, como es el caso de las entrevistas con Carlos Alsina en Onda Cero o con Pablo Motos en El Hormiguero. “Las campañas se adaptan a los tiempo y las meteorología que les tocan”, indican fuentes de Ferraz, que recuerdan que si hubieran sido en diciembre, a nadie se le hubiera ocurrido tampoco hacer mítines al aire libre con cero grados.

El Partido Popular también está adaptando su estrategia, poniendo el foco también en los medios de comunicación y con actos de carácter sectorial, como el de economía en Barcelona de Núñez Feijóo del lunes. Pero especialmente está usando la ola de calor para atacar al jefe del Ejecutivo. El líder de los populares subió el tono este martes protestando por los “40 grados” que habrá esa jornada y con unas polémicas declaraciones: “Está claro lo que busca, que los españoles hartos de él se queden en casa y no vayan a votar. Ayer falleció la primera víctima por incremento de la temperatura. Pues bien para ello puso las elecciones en julio. Pero no a principios de julio, no. En la segunda quincena de julio. Y no un día extraído al azar. Un día donde en cuatro comunidades hay puente. Por lo tanto, nos lleva a votar el 23 de julio con millones de españoles fuera de su domicilio y con cuarenta grados en la mayoría de las comunidades autónomas. Y con buena parte, insisto, de los españoles de vacaciones”.

Desde Sumar, se ha puesto sobre la mesa otra posibilidad para la jornada electoral debido al calor: ampliar el horario de las votaciones hasta las diez de la noche. Así consta en el escrito remitido este martes por parte del partido de Yolanda Díaz a la Junta Electoral Central, que podría estudiarlo en su reunión de este miércoles, aunque se puede dilatar la decisión si se piden alegaciones, según fuentes conocedoras. 

Asimismo, Sumar ha pedido garantizar agua y climatización en los colegios electorales, además de sombras en los exteriores ante la previsión de colas y así evitar golpes de calor. La vicepresidenta segunda y titular de Trabajo lleva días advirtiendo de que su campaña será diferente y no tendrá tanta importancia el clásico mitin, apostando también por los medios, debates y actos sectoriales en los que tengan un gran protagonismo las propuestas que lleva para el 23 de julio.

Desde el Gobierno central se han mostrado contrarios a modificar los horarios, como ha dejando patente tanto el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Política Territorial y portavoz, Isabel Rodrígez. El Ejecutivo siempre recuerda que esto está perfectamente estipulado en la ley de régimen electoral.

En el artículo 84 de la LOREG se fija de esta manera: “Extendida el acta de constitución de la Mesa, con sus correspondientes copias, se iniciará a las nueve horas la votación, que continuará sin interrupción hasta las veinte horas. El Presidente anunciará su inicio con las palabras: “Empieza la votación”. 

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En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes, Rodríguez se mostró convencida de que habrá una alta participación y animó a ello a los ciudadanos. Dejó también la siguiente reflexión: “Para quienes no nacieron en democracia y durante muchos años no pudieron votar, no hay tormenta, nieve, frío ni calor que les impida ir a votar”. La portavoz también recordó que “aún no hya una previsión exacta” y que se “falla mucho” en las previsiones, a la vez que insistió en que se ha adoptado un plan estival con recomendaciones para cualquier actividad en los horarios de máximas temperaturas. Todo ello pensado “con especial atención a personas mayores y más vulnerables”. No es la primera vez que se vota en julio, recordó la dirigente socialista. Las últimas elecciones, por ejemplo, convocadas por Núñez Feijóo en Galicia fueron precisamente en ese mes en 2020.

En los partidos son conscientes de que esta campaña será vital porque cada vez los ciudadanos eligen más tarde su papeleta. A pesar de que la mayoría de encuestas da una clarísima victoria al bloque de las derechas, los partidos de izquierdas creen que habrá factores que pueden cambiar la balanza, como la sucesión de pactos del Partido Popular y de Vox a lo largo y ancho de España.

Asimismo, estos días de precampaña coinciden con la celebración del Orgullo LGTBI en muchas ciudades de España, con lo que la izquierda pretende movilizar a parte de su electorado a la vista de retrocesos y de las primeras medias contra el colectivo en administraciones de la derecha, como la eliminación de concejalías de Igualdad y la retirada de banderas en instituciones. Una campaña también diferente al coincidir con la Presidencia española de la UE, que arranca ya el fin de semana.

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