La cárcel de Carabanchel, lugar de memoria y solar urbanístico entre protestas de las asociaciones

Hace 17 años, el 23 de octubre de 2008, se iniciaba el derribo de la Prisión Provincial de Madrid, mejor conocida como la cárcel de Carabanchel, por parte del Gobierno de Zapatero. Ahora, la calificada por algunos como la ‘estrella de la muerte del franquismo’, ha sido declarada lugar de memoria democrática por el Gobierno de España. Sin embargo, este reconocimiento no ha satisfecho a las asociaciones vecinales que llevaban tiempo reclamándolo y que, además, se muestran críticas ante el plan de Vivienda diseñado para este lugar.

El reconocimiento como Lugar de Memoria Democrática de la antigua cárcel de Carabanchel llega después del de la Casa de Correos de la Puerta del Sol y la tapia del cementerio de La Almudena. La declaración, recogida en el Boletín Oficial del Estado, describe la antigua prisión como un “símbolo del terror de Estado” de la época del franquismo. Construida entre 1940 y 1944 por un millar de presos republicanos y con una superficie de unos 172.000 metros cuadrados, se consolidó como un símbolo del sistema represivo de la dictadura. Personalidades de la lucha antifranquista y del sindicalismo como Marcelino Camacho, Nicolás Sartorius o Enrique Múgica pasaron por sus celdas. Se estima que hubo más de doscientas ejecuciones en el interior de sus muros entre 1944 y 1975.

El centro penitenciario tenía un diseño panóptico, vertebrado en seis galerías radiales que confluían en una cúpula de 32 metros de diámetro, elemento característico del complejo. Según el BOE, en la actualidad los únicos vestigios de la cárcel son la puerta de ingreso, un tramo de muro exterior y el antiguo hospital penitenciario, que ahora es el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche. Sin embargo, la Plataforma por un Centro de Memoria de la Cárcel de Carabanchel echa en falta “los restos subterráneos de celdas y galerías” en la descripción de la declaración. 

Esta plataforma, que hace casi tres años ya solicitó este estatus para la prisión, ha tachado en un comunicado el reconocimiento como “corto e indefinido”. “Dejaron caducar nuestra solicitud, lo que nos sentó mal porque la declaración tenía que haber sido de oficio al tratarse de un lugar simbólico y emblemático”, declara a infoLibre Jesús Rodríguez, miembro de la plataforma. 

Preguntado por los vestigios enterrados, Rodríguez afirma: “En 2016 hubo una inspección con georradar y en el informe queda claro que hay escombros grandes de algo, justo coincidiendo donde estaba la cúpula”. Precisamente, una de las reclamaciones de las asociaciones vecinales ante el plan de derribo era mantener la cúpula. “Por ese simbolismo, tiene un valor bastante notable, podría servir de base expositiva”, razona. Según la plataforma, también se ha conservado bajo tierra el sótano del centro del control, en el que se encontraría la sala del garrote vil.

Sin embargo, la principal estructura que se conserva de la antigua cárcel es el edificio del actual CIE de Aluche, para el que las asociaciones exigen su cierre. “El CIE no deja de ser una cárcel donde se priva de libertad a unas personas que no han cometido delito alguno, tan solo una falta administrativa; es decir, una prisión tan injusta como la histórica”, justifican en un comunicado.

El proyecto urbanístico

Recientemente ha sido noticia el proyecto del Ministerio de Vivienda para construir 508 nuevos hogares, empleando 27.000 metros cuadrados de los 172.000 del solar de la antigua cárcel. Según ha informado el ministerio, estas viviendas serían de alquiler asequible y su construcción correrá a cargo de la Entidad Estatal de Vivienda. En relación con este plan existe cierta discrepancia entre los miembros de la plataforma. “Habrá gente a la que le parezca bien el que se construya vivienda, pero estamos a un kilómetro y medio de la Operación Campamento y siempre hemos dicho que se podría haber aumentado la edificabilidad ahí”, afirma Rodríguez.

“Con la historia que tiene este solar, se podría haber dedicado plenamente a verdaderos equipamientos para la sociedad, en una zona con muchas carencias de este tipo”, añade. Además, una parte del terreno –5.315 metros cuadrados– está reservada para la construcción de 50 viviendas por la promotora Pryconsa. En este plan de urbanismo también está prevista la construcción de un hospital y la reubicación de la sede de Instituciones Penitenciarias. “Este plan urbanístico, aunque lo quieran vender como algo muy positivo, es malo partiendo de la base de que estamos hablando de un terreno totalmente público”, continúa.

El plan de un centro de memoria

Según el BOE, una de las medidas que se llevarán a cabo tras el reconocimiento de lugar de memoria es crear un “centro memorial dedicado al conocimiento y la divulgación (...) de la represión franquista y de los derechos humanos”. Esto, que responde a las demandas de la Plataforma por un Centro de Memoria de la Cárcel de Carabanchel, debe ocurrir “cuanto antes”, según Rodríguez. “Se nos está muriendo la gente, hace poco se ha muerto una de las personas que estaba en la lucha con esto, una mujer que fue presa [Felisa Echegoyen, conocida popularmente como Kutxi]”, prosigue.

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Una de las opciones planteadas era el CIE –el antiguo hospital penitenciario–, pero fue rechazada. Otra alternativa era el futuro edificio previsto para Instituciones Penitenciarias y unirlo con los vestigios de la cúpula. “Ese sería nuestro sueño”, afirma Rodríguez, que comenta que la inspiración proviene del edificio Topografía del Terror de Berlín.

Ahora, 17 años después del inicio de su derribo, le llega el tan reclamado reconocimiento. La Plataforma lo ha celebrado, pero también ha recordado la “vergonzosa” demolición. “Hoy, los mismos que derribaron la cárcel de Carabanchel dicen que es un Lugar de Memoria”, publica en X la cuenta @SOSCarabanchel.

“Todavía nadie ha pedido perdón, nadie ha dicho ‘nos equivocamos’, fue una soberbia por parte de las instituciones”, declara Rodríguez.

Hace 17 años, el 23 de octubre de 2008, se iniciaba el derribo de la Prisión Provincial de Madrid, mejor conocida como la cárcel de Carabanchel, por parte del Gobierno de Zapatero. Ahora, la calificada por algunos como la ‘estrella de la muerte del franquismo’, ha sido declarada lugar de memoria democrática por el Gobierno de España. Sin embargo, este reconocimiento no ha satisfecho a las asociaciones vecinales que llevaban tiempo reclamándolo y que, además, se muestran críticas ante el plan de Vivienda diseñado para este lugar.

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