Carmen Calvo, de mano derecha de Pedro Sánchez a diputada díscola por la ley trans
La de la ley trans ha sido una de las batallas políticas más enquistadas en el seno del Gobierno de coalición. Aquello que se presentaba como el paso determinante hacia la consolidación de los derechos del colectivo, fue sin embargo el principio de una serie de desencuentros continuados entre los socios de gobierno. El debate sobre la norma se convirtió en un auténtico campo de batalla: el departamento de Irene Montero insistía en blindar el derecho a la autodeterminación de género sin condiciones, mientras que el ala socialista, con Carmen Calvo a la cabeza, templaba el entusiasmo de sus compañeros al reprochar la ausencia de garantías y de una base jurídica sólida. La amenaza de un recurso en el Tribunal Constitucional ha pesado sobre la normas desde el inicio de su concepción.
El criterio de Igualdad se acabó imponiendo, lo que coincidió con la salida de Calvo del Ejecutivo de coalición. Tras meses atascada en el trámite parlamentario, la norma salió adelante este jueves con 188 votos a favor, 150 en contra y siete abstenciones, entre ellas la de Carmen Calvo. El PSOE ha abierto expediente sancionador contra la exvicepresidenta por romper la disciplina del Grupo Socialista en el Congreso y abstenerse en la votación. La instrucción puede durar semanas y la diputada se expone a una multa de 600 euros, que es la máxima que prevé el reglamento interno.
Calvo actualmente preside la Comisión de Igualdad de la Cámara Baja, donde se ha tramitado el texto. Tras la votación, aseguró que "asumiría" las consecuencias de sus actos y explicó que se había decidido por la "opción más compleja": "Es lo que hay que hacer en los días difíciles", sintetizó. La exvicepresidenta aclaró que está "de acuerdo con que exista una ley, pero no esta ley. Por eso no puedo coincidir con el no de las derechas, que no están nunca para proteger a estos colectivos", zanjó. La exvicepresidenta fue la única diputada socialista que se abstuvo en la votación.
El disenso escenificado entre Igualdad y Carmen Calvo guarda relación con la división en el seno del movimiento feminista. El sector que representa la socialista mantiene que la autodeterminación de género "desdibuja a las mujeres como sujeto político y jurídico, poniendo en riesgo los derechos, las políticas públicas de igualdad y los logros del movimiento feminista". Un argumento compartido por figuras del “feminismo clásico” como la exportavoz del PSOE, Ángeles Álvarez, la líder del Partido Feminista, Lidia Falcón o la escritora Carmen Domingo.
Sin embargo, la actual secretaría de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, sí respalda la ley trans, al igual que otros diputados socialistas como el secretario LGTBI, Víctor Gutiérrez, o el diputado del PSC, Arnau Ramírez. Fernández accedió al cargo en el congreso federal de Valencia, celebrado en octubre de 2021. Su nombramiento tuvo que ver mucho con la sensibilidad de su generación, con un concepto del feminismo no tan clásico y para tender puentes con los postulados queer. Su relación con Irene Montero y Ángela Rodríguez Pam, de Unidas Podemos, es mucho mejor que la que había con Carmen Calvo. La postura de los socialistas más jóvenes con la ley trans, por ejemplo, es mucho más proclive que la de algunas feministas clásicas.
Calvo recrudece sus críticas tras su salida del Gobierno
Con su salida del Ejecutivo de coalición, sus críticas también se volvieron más recurrentes. El pasado mes de septiembre, en una entrevista con el diario El Mundo, aseguró que la ley trans “puede destrozar la potente legislación de igualdad de nuestro país”. A su juicio, la norma “puede tener problemas de interpretación y aplicación con este giro que se pretende”, en relación a la autodeterminación de género.
En el programa de Hora 25, en el que colabora cada lunes, Calvo evitó contestar a la pregunta lanzada por el exsecretario general de Podemos, Pablo Iglesias, sobre si las mujeres trans son mujeres. Calvo alegó que se trataba de una cuestión que se estaba “debatiendo” en ese momento en su partido. Una posición que contrasta con lo que decía cuando ejercía el cargo de vicepresidenta. Entonces no dudaba en afirmar que "las mujeres trans son mujeres", como sucedió en una entrevista que concedió a TVE en 2020.
La socialista también evitó pronunciarse sobre la marcha de la exdiputada Carla Antonelli, la primera mujer trans diputada de su partido. “Sin comentario ninguno, vamos. Sin comentario ninguno”, fue la escueta respuesta de Calvo. Esas declaraciones llegaron días después de la marcha de Antonelli del PSOE al hilo de las "maniobras" de la formación para torpedear la ley trans en el Congreso.
De consejera con Chaves a mano derecha de Sánchez
La ley trans sale adelante en el Congreso con la abstención de Carmen Calvo
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Calvo fue consejera de Cultura de la Junta de Andalucía desde 1996 hasta 2004 con Manuel Chaves como presidente y ministra de Cultura entre 2004 y 2007 en la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. Tras su cese como ministra, ejerció como vicepresidenta primera del Congreso y, en 2011, pidió su ingreso en la Universidad de Córdoba (UCO) como profesora titular de Derecho Constitucional. Su vuelta a la primera línea de la política se produjo en las primarias del PSOE del 2017, cuando apoyó a Pedro Sánchez frente a Susana Díaz.
En 2018, tras la moción de censura de Sánchez a Mariano Rajoy, se convirtió en la mujer más poderosa del Ejecutivo al compatibilizar el cargo de vicepresidenta del Gobierno y el de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática con la cartera de Igualdad. Las elecciones de noviembre de 2019 propiciaron el acuerdo de coalición con Unidas Podemos y, aunque trató de evitarlo hasta el final, finalmente tuvo que cederlo en favor de Irene Montero.
Calvo actuó como la mano derecha de Sánchez, si bien en los últimos meses en el Ejecutivo fue perdiendo peso tras acusar el profundo desgaste de su figura. Desde su puesto mantuvo varios enfrentamientos con Pablo Iglesias mientras el que fuera líder de Unidas Podemos estuvo en la Vicepresidencia de Derechos Sociales. También encabezó las negociaciones en la Generalitat cuando Quim Torra residía el Govern y que dieron lugar a la reunión de Pedralbes pero que acabaron en ruptura en febrero de 2019.