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La nueva legislatura

Cayetana Álvarez de Toledo se suma a la rebelión interna de quienes no entienden que Feijóo hable con Junts

Cayetana Álvarez de Toledo, el candidato del PP a la Alcaldía de Barcelona, Daniel Sirera, y Alberto Núñez Feijóo, en un acto de la campaña electoral municipal.

La unidad en torno a Alberto Núñez Feijóo sigue formalmente intacta, pero las discrepancias sobre su estrategia política no dejan de aflorar. Gota a gota, las manifestaciones críticas con sus decisiones salen a la luz.

La última en opinar, después de varios días manteniendo un silencio inusual, ha sido la que fuera portavoz del partido en el Congreso Cayetana Álvarez de Toledo. La también diputada por Barcelona es una de las voces más reconocibles del ala radical del partido, en sintonía habitual con la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Ambas son, además, las dirigentes del PP más apreciadas en Vox.

Álvarez de Toledo publicó este lunes en el diario El Mundo un extenso artículo manifestándose en contra de la decisión de Feijóo de incluir a Junts en la ronda de contactos que el candidato del PP está llevando a cabo para intentar conseguir los apoyos que le faltan en el objetivo de salir bien parado de la votación de investidura a la que se someterá a finales de mes en el Congreso de los Diputados.

La igualdad de Feijóo

En el texto, la dirigente conservadora elogia con ironía que Feijóo esté haciendo bandera política de la igualdad entre los españoles, sobre todo por su identidad “galleguista” y su “moderación” constitucionalista. Para ella, sentarse a hablar con Junts equivale a “blanquear a un prófugo de la Justicia, legitimar las cesiones de Sánchez”, devaluar el gesto de impedir que los independentistas se hiciesen con la alcaldía de Barcelona o “erosionar la vapuleada credibilidad del PP catalán”. “Un suicidio. O, peor, un crimen. Una forma de dejar a España sin oposición y sin alternativa”.

Álvarez de Toledo espera de la bandera de la igualdad izada por el candidato a la investidura todo lo contrario: “Un giro en la relación del PP con los partidos nacionalistas periféricos”, incluido el PNV, que considera “incompatible con la igualdad que Feijóo se ha comprometido a defender”.

“Otra ventaja para el PP de enarbolar la bandera de la Igualdad es que facilita una de sus tareas más urgentes, que es aclarar sus tratos con Vox. Hasta ahora hemos mantenido con Vox una relación bipolar”, recrimina en el artículo. “Unos días lo encumbramos como socio preferente de Gobierno; otros nos sumamos a su demonización. Un regalo para Sánchez. Nada afianza más al Frankenstein que las dudas del PP sobre un aliado hoy inevitable”.

Nada con Junts

Por último, y antes de acabar su artículo emplazando a Feijóo a oponerse al uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, remata diciendo que si Feijóo es sincero no debe explorar nada con Junts. “Sólo el liderazgo de un constitucionalismo catalán vigoroso puede dar al PP los escaños que le faltan para llegar a La Moncloa. Y por eso, conociendo bien el intrincado funcionamiento de los partidos, hasta qué punto nimias diferencias personales o tácticas pueden degenerar en crisis absurdas, y admitiendo que me meto donde no me llaman y que hablo de un amigo, diré, sin el más mínimo temor a equivocarme, que nadie está más capacitado para impulsar la Política de Igualdad de Feijóo en Cataluña que Alejandro Fernández”.

La defensa de Fernández, que él mismo le agradeció a través de las redes sociales, anticipa la fractura a la que se asoma el PP catalán si Feijóo consuma sus planes de prescindir de quien ha sido presidente del partido en la comunidad en los últimos años. Un político que no ha dudado en airear su disidencia con el líder del partido en relación con Junts, un punto de vista que comparten otros dirigentes que, de momento, guardan silencio.

Sobre este asunto no ha hablado todavía en público la presidenta de la Comunidad de Madrid, aunque sí sobre la decisión de Feijóo de ofrecer un acuerdo a Pedro Sánchez para presidir España durante dos años.

La oferta le causó “preocupación”, confesó a la vuelta de sus vacaciones. “Es hora de que abramos los ojos, porque la base social del PSOE ha cambiado. Ya no es la igualdad”, advirtió al propio líder del PP en un acto de partido en Collado Villalba (Madrid). “No nos damos cuenta de ese cambio y estamos apelando de manera bisoña a un partido cuyos principios se esfumaron” y a “unos supuestos valores socialistas que ya no existen”.

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Entretanto, la dirección del PP sigue mirando para otro lado, en un intento de poner sordina a las críticas. La respuesta oficial sigue siendo que el partido “no es una secta” y que en él hay diferentes opiniones. 

“Me parecen muy razonables muchas de las cuestiones que plantea Cayetana”, declaró el portavoz del comité de dirección, Borja Sémper, tratando de quitarle hierro a sus reproches. “Yo estoy encantado de estar en un partido político como este, que no es una secta, en la que nuestros dirigentes, sus diputados, pueden manifestarse con libertad. No se les pasa la guillotina y todas las opiniones son bien recibidas y escuchadas”.

Escuchadas sí, pero no atendidas. Feijóo mantiene intacta su hoja de ruta, tanto su ofrecimiento a Sánchez como la decisión de hablar con el partido de Carles Puigdemont.

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