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El futuro del PSOE

Díaz llama al PSOE a “ejercer como partido de Gobierno” y “ocupar la centralidad” del tablero

Foto de familia del Consejo de Política Federal del PSOE, este 13 de julio de 2015 en Sevilla.

Susana Díaz no es la secretaria general del PSOE pero este lunes se comportó como tal. Mandando a los poderes de su partido distintos recados de qué debe ser y cómo debe operar el PSOE. Sin medias tintas. Y entre esos mensajes, sobresalió este: que ahora que está al frente de los Ejecutivos de siete comunidades y de más ayuntamientos ha de "ejercer como partido de Gobierno" y "ocupar la centralidad"

Mil veces repitió la jefa de la Junta de Andalucía esa consigna en el arranque del Consejo de Política Federal del PSOE –antiguo Consejo Territorial–, que ella preside y que reúne a los barones y presidentes autonómicos del partido. Lo hizo al lado de, secretario general, Pedro Sánchez, al que apenas miró durante la intervención inicial en abierto, y el secretario de Organización, César Luena, en el hotel Renacimiento de Sevilla. Díaz expresó (y así lo reconoció) lo que tantas otras veces ha dicho: que el PSOE no debe "disfrazarse" de lo que "no es", sino que ha de aparecer como lo ha hecho "siempre". Más ahora que venció en las andaluzas del 22 de marzo, que ganó mayor "representatividad" en las autonómicas y municipales del 24 de mayo y que ahora asume el reto de demostrar que sabe gobernar "de otra manera" para poder ganar las generales, "sean cuando sean". Pues bien, amonestó, esa representatividad hay que "ejercerla como partido de Gobierno" y ocupar la "centralidad política en España".

"Estoy convencida de que los que llegáis como presidentes a este Consejo vais a estar a la altura del partido que somos", subrayó, dirigiéndose así a los recién llegados: Ximo Puig (Valencia), Guillermo Fernández Vara (Extremadura), Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), Javier Lambán (Aragón), Francina Armengol (Baleares), que se suman a la propia Díaz (Andalucía) y al asturiano Javier Fernández, ausente de la reunión, que aún está en funciones porque no ha logrado cerrar su investidura. 

"Tranquilidad" y "seguridad"

El uso del término "centralidad" tampoco es inocente ni casual, porque ese espacio, el de la "centralidad", es el que aspira a ocupar Podemos, al que la presidenta no citó. Pero insistentemente llamó a los suyos a no olvidarse de ese "terreno de juego". Ahora que se habla de "líneas rojas", dijo, el PSOE ha de preocuparse de la "centralidad", de situarse entre la "insensibilidad de la derecha que tanto sufrimiento ha provocado" y la "irresponsabilidad de otros [leáse Podemos] que ofrecen respuestas falsas a problemas reales". El PSOE debe afanarse, pues, en dar "tranquilidad" y "seguridad" a la "inmensa mayoría del país". Y de ese espacio, en el que los socialistas son "reconocibles" para los ciudadanos, no debe moverse. 

Díaz recordó que el PSOE tiene la oportunidad de poner en práctica sus medidas en más territorios, aplicar políticas "concretas" y más sensibles con los problemas de los españoles, y hacerlo "con honradez y mucha transparencia" para cerrar la "grieta" de desconfianza hacia los políticos. Para gobernar "de manera distinta", además, "hay que hacer reformas", aseguró. Tanto en la educación como en la sanidad, para blindarlas, como para garantizar el acceso a la dependencia o a la vivienda. Y también en el plano territorial. 

El tiempo que viene, asumió, no está "exento de dificultad", por la fragmentación del arco político. Pero el PSOE, como cree Díaz y reiteran sus compañeros, está "en mejores condiciones" para el diálogo, tanto "con la derecha" como "con la izquierda". O sea, tanto con Podemos como con Ciudadanos. Y aunque no se prefiguran "grandes mayorías", sí se percibe que "la gente pide a gritos un cambio", subrayó. 

Cambio porque los cuatro años de Mariano Rajoy en la Moncloa se resumen, para la baronesa andaluza, en un aumento de la "brecha de la desigualdad" en el Estado del bienestar, un desigual trato fiscal y un proyecto común, el de España, "debilitado". Díaz enlazó en ese punto con el paralelismo con la crisis griega, en la que el jefe del Ejecutivo ha jugado un papel "irrelevante" que le "abochorna". 

La comparación con Grecia

El caso heleno sirvió a Díaz para representar la necesidad de la "centralidad" entre dos polos. Europa, dijo, está "atrapada" entre la "insensibilidad de Angela Merkel" y la "irresponsabilidad" del Gobierno de Alexis Tsipras. Pues bien, lo que quiere la jefa de la Junta "para Europa" lo quiere "para España". O sea, que así como no desea una Europa sin Grecia, también quiere una España en la que todos los ciudadanos estén "a gusto". Díaz también denunció que la socialdemocracia está "débil" en el Viejo Continente, por muchos esfuerzos que hayan hecho el francés François Hollande y el italiano Matteo Renzi. Es más, vino a decir, ha estado ausente entre los dos extremos. 

Atenas también vino bien a Díaz para atacar a Podemos. Se preguntó dónde está "el aparataje" de los que "utilizaron a los griegos como escudos políticos", ahora que se ha llegado a un acuerdo que supondrá más sacrificios para la población helena y no habrá referéndum para preguntarle si lo acepta. Así que los socialistas, insistió la presidenta, no deben tener "ningún complejo": lejos de la "austeridad" a ultranza que predica la derecha y lejos de los que "no han dicho la verdad". 

Conclusión: "El PP da miedo por lo que ha hecho y otros por la incertidumbre a la que nos llevan". Ahí estaría el terreno de juego para Díaz: entre el PP y Podemos. 

A los de Pablo Iglesias les acusó de hablar "en nombre de la gente" pero de estar más "preocupados de cómo quedan ellos" que en los ciudadanos. Volvió a la carga por no haber permitido que se formase Gobierno en Andalucía durante 80 días y de poner palos en la rueda a Javier Fernández, y eso "no es casualidad". Quiere que "donde el PSOE es un proyecto mayoritario no se consolide". 

Igualdad y unidad

Por último, Díaz se refirió a la reforma territorial. Recordó la esencia de lo que supusieron, para ella, los documentos aprobados en Granada, en julio de 2013 –con Alfredo Pérez Rubalcaba como secretario general–, y en Zaragoza, en noviembre de 2014, con Pedro Sánchez al frente: la defensa de la "unidad de España y la igualdad de los ciudadanos". La presidenta señaló que no entiende una sin la otra, porque ambas son santo y seña de los socialistas en sus 135 años de vida, y la igualdad en concreto está en su "ADN". "La igualdad enriquece y la unidad nos fortalece como país", enfatizó. Eso sí, lo que no consentirá, advirtió, es la "tentación" de volver al modelo anterior de que los centros de decisión eran unos pocos y se dejaba el resto de los territorios "en abandono". Insistió en que los socialistas dieron un paso "muy importante" en 1978 y no pueden volver atrás. 

A la entrada del Consejo de Política Federal, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, defendió que su apuesta por que la reforma constitucional del PSOE incluya la denominación de España como un Estado plurinacional es "perfectamente compatible" con la defensa de la igualdad y la unidad que siempre remarca Díaz. Los barones del partido se muestran abiertos al debate pero piden no hacer batalla sobre los nombres, porque "lo fundamental" es salir de la crisis, informa Europa Press. 

Díaz aplaudió la creación, por parte de Sánchez, de un consejo de sabios para la reforma constitucional, que presentó la semana pasada, y que tiene además a un andaluz al frente, al catedrático Gregorio Cámara. Es una buena propuesta, indicó, porque Rajoy deja "inacabados" varios proyectos, como la conviencia en Cataluña, el reparto de competencias, el cambio en el modelo de financiación autonómica ("injusto")... 

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Sánchez: "Me siento igual de respaldado"

Así las cosas, el PSOE afronta las próximas generales con "fortaleza", con un "gran candidato" –dijo de Sánchez– que cuenta con "el apoyo de todo el partido, unido", con un proyecto "fortalecido", "claro y nítido", que defiende una "recuperación justa", la bandera del Estado del bienestar y la igualdad. Un reconocimiento explícito nada baladí dada la frialdad de las relaciones de la presidenta y del secretario general. Pero ahora toca cerrar filas antes de las generales. "Tenemos condiciones para ofrecer a los ciudadanos lo que merecen, un PSOE transformador, reformista", que lidera la lucha por la unidad, la igualdad, el progreso, la "seguridad y la tranquilidad", que podrá encabezar un "Gobierno cercano, sensible y transparente".

Poco después, preguntado Sánchez en rueda de prensa si se sentía más apoyado por el pronunciamiento público de Díaz, respondió parco: "Me siento igual de respaldado y agradecido". 

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