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Sanitarios van a la huelga por el plan de Ayuso para desmantelar las urgencias, un caso inédito en España

Un cartel en el que se lee: 'Urgencias cerradas, tu salud vendida' en el SUAP del Centro de Salud Mar Báltico, a 1 de julio de 2022, en Madrid.

Los trabajadores de los servicios de urgencias de atención primaria (SUAP) y de los servicios de urgencias rurales (SAR) de la Comunidad de Madrid han dicho basta. Este viernes, los cinco sindicatos presentes en la Mesa Sectorial (Sindicato de Enfermería Satse, CCOO, Amyts, CSIT y UGT) registraron una convocatoria de huelga indefinida frente al "fracaso" de las negociaciones relativas a la organización de los servicios de urgencias extrahospitalarias, 37 de los cuales —todos los SUAP— permanecen cerrados desde el 22 de marzo de 2020, hace más de dos años. El paro comenzará el próximo 25 de octubre.

Los trabajadores afectados se quedan casi sin adjetivos para calificar lo que está ocurriendo. "Vergonzoso", "un atropello", "un despropósito", "un maltrato continuado". Quienes pronuncian estas palabras, José —que prefiere utilizar un nombre ficticio— y Purificación, saben perfectamente de lo que hablan porque han sufrido, desde que comenzó la pandemia, los sucesivos traslados y cambios de funciones que la Comunidad de Madrid, dicen, les ha ido imponiendo.

Los dos son enfermeros y los dos fueron enviados al hospital milagro de Ifema en la primera ola de la pandemia. Ambos, también, comenzaron después una nueva etapa en el Wizink Center, improvisado vacunódromo cuya tarea más tarde fue asumida por el nuevo Hospital Enfermera Isabel Zendal, que a día sigue siendo su centro de trabajo, aunque la presión asistencial, según coinciden, es mínima. "Aquí no hay nada que hacer. Hay una veintena de sanitarios del Summa vacunando a alrededor de 100 personas al día. Es vergonzoso", se queja Purificación. Todos ellos, antes, trabajaban en un SUAP.

Cuando estos se cerraron, los sindicatos y profesionales se esperaban lo peor: nunca volverían a abrir. Vieron confirmados sus peores pronósticos el pasado mes de junio, cuando el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso anunció que después del verano estos centros desaparecerían y se convertirían en 17 centros bautizados como "Puntos de Atención Continuada (PAC)". De ellos, el plan contemplaba que solo diez tuvieran médicos, tal y como informó la propia Comunidad en una nota de prensa. La idea era que se ubicaran en las dependencias de antiguos SUAP y funcionaran igual que lo hacían estos. Los otros siete, en cambio, iban a convertirse en centros de "Cuidados de Enfermería" abiertos 12 horas los fines de semana y festivos.

Ya entonces, lo que el Ejecutivo regional vendió como un "nuevo modelo de urgencias extrahospitalarias" con el que se llevaría a cabo una "reorganización de la atención sanitaria fuera del horario habitual de los centros de salud de la región", los sindicatos lo tacharon de "ataque" a la sanidad pública. Así que Ayuso se desdijo diez días después. Los 37 SUAP serían reabiertos. ¿Cuándo? No lo especificó. ¿De la misma manera que antes de la pandemia? Tampoco lo explicó.

Las respuestas han llegado ahora. Será entre el 24 y el 25 de octubre y de una manera radicalmente distinta. Este jueves se lo comunicaron, en la reunión de la Mesa Sectorial de Sanidad, a los sindicatos, que terminaron levantándose de la mesa al escuchar la propuesta. En el encuentro estuvieron presentes el viceconsejero de Asistencia Sanitaria, Fernando Prados, la gerente asistencial de Atención Primaria, Sonia Martínez Machuca, y la directora general de Recursos Humanos, Raquel Sampedro.

En ningún momento, según han denunciado las organizaciones sindicales, se presentó ningún modelo por escrito. "En esta reunión, tal y como ha ocurrido en las dos anteriores, la Administración sigue sin presentarnos un proyecto escrito y global sobre este asunto. Se limita a recriminar que no hayamos hecho un plan para presentárselo a la Consejería. Desde los sindicatos entendemos que este es el trabajo ineludible de los gestores y no el nuestro, que consiste en velar porque ningún aspecto lesione derechos de los trabajadores", denunciaron en una nota de prensa conjunta. Y añadieron: "No consideramos que la negociación haya sido iniciada en ningún momento. Ya en la primera reunión la administración dejó claro que si no había acuerdo en esta Mesa, el proyecto se implantaría de todas formas".

Más horas, distinto horario y menos personal

Pero, ¿en qué consiste ese proyecto? Se trata de un cambio radical en la organización de las urgencias extrahospitalarias tal y como se conocían antes de la llegada de la pandemia, algo que, sostienen sindicatos y trabajadores, terminará afectando también a la atención que se ofrece desde los centros de salud de la región. Para entenderlo, es imprescindible recordar el funcionamiento de los SUAP y los SAR. Ambos servicios, unos en las ciudades y otros en las áreas rurales, eran los encargados de cubrir los periodos en los que los centros de salud permanecen cerrados. Es decir: ofrecían asistencia sanitaria en horario de tarde y noche de lunes a viernes y continuada los fines de semana y festivos. Según las memorias de la Comunidad de Madrid correspondientes a 2019, durante ese año fueron atendidos 753.678 pacientes en los SUAP y 337.626 en los SAR. Estos últimos, por otro lado, no cerraron durante la pandemia.

En el resto de comunidades tampoco cerraron las urgencias. Como asegura el presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp), Marciano Sánchez Bayle, a infoLibre, en otras comunidades se produjo una merma de la atención o del personal, pero nunca algo como lo que ocurrió en Madrid. "En todas partes ha habido recortes o reducciones, pero en ningún sitio se ha producido lo mismo que en Madrid", señala. Desde Metges de Cataluña lo confirman, al igual que hacen desde CCOO en la Comunitat Valenciana y en Andalucía, donde su secretario general de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Andalucía, José-Pelayo Galindo, explica que actualmente las urgencias de atención primaria están en conflicto por la mejora de las condiciones laborales.

Volviendo a Madrid, en el nuevo plan del Gobierno conservador de Ayuso desaparecen tanto los SUAP como los SAR. En su lugar, se crearán 78 Puntos de Atención Continuada (PAC) que, en síntesis, no funcionarán como servicios de urgencias. De todos ellos, 14 tendrán un horario de 15 a 8 horas y el resto abrirán de 17 a 00 horas. Como norma general, según explicó CCOO a través de una nota de prensa, estarán dotados de un profesional de medicina, uno de enfermería y un celador, todos ellos provenientes de los antiguos SAR. Los trabajadores de los SUAP, por su parte, se dividirán: los que están trabajando en el Zendal formarán parte de un punto de atención continuada; los que están en Unidades de Atención a Domicilio (UAD), seguirán desempeñando ese trabajo. En resumen: los PAC tendrán menos personal de los que había en el anterior modelo.

La jornada en estos centros será de 1.642,50 horas anuales, 100 más que ahora, que está establecida en 1.536, según informa Purificación. Además, las horas nocturnas formarán parte de ella y, por tanto, no generará un complemento en el salario mensual.

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Pero esto, además, tiene otra derivada. Según sospechan los profesionales, el cierre de los centros de salud en horario de tarde se pone encima de la mesa, al igual que ya lo hizo en 2019 con la puesta en marcha de un plan piloto que luego resultó ser permanente en el que 14 centros comenzaron a echar la persiana a las 18.30 horas.

"El plan es incendiario, apoteósico. La gente que vive lejos de su nuevo centro y salga a las 00 no sabe cómo podrá volver a casa. Y nos cambian radicalmente el horario", se queja Purificación. Es el caso de José. "Yo todavía podría moverme, pero hay quienes no disponen de coche que ven muy difícil la situación", apunta. Ninguno de los dos sabe todavía cuál será su próximo destino y tampoco auguran conocerlo en el corto plazo. Pero ya se han hartado. Esperan poder ir a la huelga, aunque son conscientes de que el establecimiento de los servicios mínimos lo dificultará todo.

"Yo antes era enfermera y solo quiero volver a serlo", lamenta Purificación. "Solo queremos trabajar", añade José. Por ahora, su sentimiento es unánime: no descartan dejar marcharse a otra comunidad o, incluso, dejar la profesión. "Todo esto es electoralista, quieren abrir los SUAP y los SAR que había antes para que la población lo vea, pero a nosotros nos maltratan psicológicamente. ¿Cómo vamos a atender a nadie así?", censura Purificación.

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