Minusvalorados, ninguneados y engañados. Así se sienten algunos de los científicos e investigadores que todavía están en España. Alertan de una fuga de cerebros, pero también de patentes, lo que supondrá un coste mayor para acceder a fármacos y tratamientos.

Minusvalorados, ninguneados y engañados. Así se sienten algunos de los científicos e investigadores que todavía están en España. Alertan de una fuga de cerebros, pero también de patentes, lo que supondrá un coste mayor para acceder a fármacos y tratamientos.

Minusvalorados, ninguneados y engañados. Así se sienten algunos de los científicos e investigadores que todavía están en España. Alertan de una fuga de cerebros, pero también de patentes, lo que supondrá un coste mayor para acceder a fármacos y tratamientos.

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