El servicio militar vuelve a ser una realidad en el continente europeo. El Ministerio de Defensa belga ha enviado este lunes una carta a casi 150.000 jóvenes de 17 años para reclutarlos de forma voluntaria y realizar la mili durante un año. Como incentivo, quienes acepten la formación recibirán una remuneración de unos 2.000 euros al mes. Una propuesta similar ya fue adoptada por el Gobierno alemán en agosto con el objetivo de conseguir "el Ejército más grande de Europa".
Además de Alemania y Bélgica, varios países europeos han reimplantado el servicio militar en un contexto marcado por la invasión rusa de Ucrania y el rearme. Lituania fue la primera en hacerlo, en 2015, restableciendo un servicio de nueve meses para hombres de entre 19 y 26 años tras haberlo abolido en 2008. Le siguió Suecia, que en 2017 recuperó una mili mixta, selectiva y limitada a unos 5.500 reclutas al año —hombres y mujeres— después de haberla suprimido siete años antes. En 2024 se sumó Letonia, que exige doce meses de servicio a los hombres de entre 18 y 27 años, elegidos por sorteo.
Por otra parte, la mili se ha mantenido en varios países europeos desde antes del siglo XXI. En Finlandia, el servicio militar obligatorio existe desde 1951 y Estonia lo mantiene desde 1991. Esta tendencia no se limita al norte: Grecia y Chipre también lo han conservado.
España, sin embargo, dio por concluido el servicio militar obligatorio en 2001, durante el segundo mandato de José María Aznar, y el tema no forma parte del debate público. El actual Ejecutivo, formado por PSOE y Sumar, rechaza cualquier posibilidad de recuperar la mili. Una posición que también comparte el Partido Popular. Solo Vox ha planteado en varias ocasiones su reimplantación, aunque sus propuestas en el Congreso se han centrado más en reforzar el sistema de reservistas voluntarios y en respaldar al ejército profesional. El líder de Vox, Santiago Abascal, defendió en 2019 la idea de una mili obligatoria, pero no ha precisado ni su duración ni sus condiciones desde entonces.
Los españoles no apoyan la reactivación de la mili
Ese consenso político se refleja también en la opinión pública, muy distinta a la del resto de Europa. Según datos de la encuestadora británica YouGov, el 69% de los franceses y el 59% de los alemanes apoyan la recuperación del servicio militar, frente al 23% y 34% que la rechazan, respectivamente. En el Reino Unido el respaldo alcanza el 43%, y en Italia el 49%, con porcentajes de oposición más equilibrados. En España, en cambio, solo un 42% la apoya y un 52% se opone, lo que refleja una clara distancia respecto a sus vecinos europeos.
"La reactivación del servicio militar opcional en países como Bélgica o Alemania responde a un contexto geopolítico más tenso y a la necesidad de reforzar el reclutamiento", explica Cecilia Serrano, investigadora del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra. A su juicio, el envejecimiento demográfico y la baja natalidad han podido influir en la decisión, pero el principal motor es la sensación de amenaza que perciben los países del centro de Europa en un entorno cada vez más inseguro. En las últimas semanas, Rumanía y Polonia han registrado incursiones de drones rusos y los avistamientos de aparatos no tripulados han provocado cierres en aeropuertos de Copenhague, Múnich, Berlín y Bruselas.
En España, en cambio, el rechazo a este tipo de medidas sigue siendo mayoritario. Ana Sofía Cardenal, profesora de Estudios de Derecho y Ciencia Política de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), explica que "la sociedad española muestra un menor interés por la política internacional" debido a su contexto histórico y la distancia física que les separa de los conflictos. Cardenal subraya, por ejemplo, que el consumo de noticias sobre la guerra de Ucrania fue significativamente más bajo en España que en el resto de Europa tras el inicio de la invasión rusa.
La desconexión generacional con lo militar
El apoyo al servicio militar en España también varía notablemente según la edad. Apenas un 32% de los jóvenes de entre 18 y 24 años lo respalda, frente a un 44% entre los mayores de 55. Serrano señala que la Generación Z busca "un desarrollo profesional más flexible" y "valora la independencia", por lo que tiende a rechazar estructuras jerárquicas como la militar. Según la investigadora de la Universidad de Navarra, los jóvenes "consideran improbable que un conflicto afecte directamente a España" y se "muestran más preocupados" por problemas internos como la vivienda o el empleo.
Sin embargo, advierte que los gobiernos podrían aprovechar la precariedad económica juvenil para presentar el servicio como una alternativa atractiva. "Incentivos como los sueldos mensuales de 2.000 euros pueden atraer a parte de una juventud atrapada en una precariedad estructural marcada por salarios bajos y alquileres inasumible que dificultan cualquier proyecto de vida estable", matiza.
España, el país menos preocupado por la defensa
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Los últimos Eurobarómetros confirman que la brecha española no se limita al rechazo a la mili, sino al ámbito de la defensa en general. En la edición de marzo de 2025, solo un 20% de los españoles consideraba que la seguridad y la defensa debían ser una prioridad de la Unión Europea —la cifra más baja del continente junto con Malta—. En la encuesta anterior, de otoño de 2024, el porcentaje apenas alcanzaba el 23%, muy lejos de países como Polonia (49%), Alemania (38%) o Francia (36%). En España, la mayoría sigue situando la educación y la sanidad muy por encima del gasto militar, una jerarquía de prioridades que se mantiene estable desde hace años.
Para Frédéric Mertens, director del grado en Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Valencia, esa distancia no es casual ni reciente. "En España existe una falta de percepción de la amenaza global, lo cual se explica por el hecho de que el país no participó en las guerras mundiales", señala.
Además, Mertens recuerda que España arrastra un profundo antimilitarismo, heredado de la oposición a la dictadura franquista. "Debido a una opinión pública reacia a los temas militares, los gobiernos de la España democrática no han llevado a cabo una labor educativa para explicar los peligros del mundo en que vivimos ni el papel del ejército como elemento disuasorio y de último recurso", concluye.
El servicio militar vuelve a ser una realidad en el continente europeo. El Ministerio de Defensa belga ha enviado este lunes una carta a casi 150.000 jóvenes de 17 años para reclutarlos de forma voluntaria y realizar la mili durante un año. Como incentivo, quienes acepten la formación recibirán una remuneración de unos 2.000 euros al mes. Una propuesta similar ya fue adoptada por el Gobierno alemán en agosto con el objetivo de conseguir "el Ejército más grande de Europa".