Martí Fluxá, el lobista de la vivienda y las armas salido de la Casa Real y el Ministerio del Interior

Ricardo Martí Fluxá, en la parte derecha del monitor, durante una conversación telemática con Felipe VI en 2020.

¿Cómo debe ser la separación entre la política y los negocios? Algunos reclaman un muro infranqueable. Otros, una pasarela. ¿Y dónde queda el papel del expolítico en el resbaladizo terreno de los lobbies? Lo seguro es que hay material para el debate en un tema que apasiona por abarcar asuntos tan profundos como el conflicto de interés, la exigencia de coherencia en la trayectoria, la utilización –o no– en beneficio personal de los contactos adquiridos como servidor público y los límites que deben aplicarse a la actividad profesional de quien ha pasado por un despacho oficial.

En ocasiones la opinión pública escruta con minuciosidad un caso. Lo hemos visto con Isabel Pardo de Vera, ex secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana con el PSOE, que ha renunciado a presidir el lobby inmobiliario Asval tras el escándalo provocado por la publicación de la noticia sobre su nombramiento. Otras veces, como veremos ahora, la actividad lobista del expolítico suscita menos atención.

infoLibre ha publicado más de 30 casos de hombres y mujeres que, en una pausa o tras el abandono de su actividad política, desempeñan tareas en el negocio de la influencia ante las administraciones, sea por cuenta propia o ajena. Pero esos 30 no agotan la cuenta. El mismo día de la publicación del artículo, llegó a la redacción el aviso de varios casos más. ¿Cuántos son en total? Sería aventurado dar una cifra.

Lo seguro es que hay un caso que es caso aparte.

¿Por qué? Porque atañe a un veterano expolítico, ya en edad de jubilarse pero sin aparente intención de hacerlo, que es el único que puede presumir de ser, al mismo tiempo, defensor ante el Gobierno de dos sectores a priori tan dispares como la seguridad/defensa y el inmobiliario. Lo cual ilustra una característica del negocio de la influencia: es más importante el quién que el qué, dado que se trata de dos sectores –armas y vivienda– que a priori no tienen nada en común... salvo su necesidad de interlocución con las administraciones. Y de eso, y de contactos con el poder, sabe mucho Ricardo Martí Fluxá (Madrid, 1950), que desempeñó altas responsabilidades en la Casa Real con Juan Carlos I y en el Ministerio del Interior con Jaime Mayor Oreja y que hoy es presidente de la Asociación de Empresas Tecnológicas de Defensa, Seguridad, Aeronáutica y Espacio (Tedae) y de la Asociación de Consultoras Inmobiliarias (ACI).

¿Se agota ahí su hoja de ocupaciones? No, Martí Fluxá es mucho más: figura como presidente de la Fundación Ankaria y del Instituto de Empresa y Humanismo de la Universidad de Navarra, del Opus Dei; como patrono de la Fundación Casas Históricas y Singulares y de la Fundación Ramón Gaya; como apoderado de la Fundación Pro Real Academia Española; como asesor del Patronato de la Fundación Botín; como patrono de la Fundación Juan March... Todo ello, además de una engrasada relación y un acceso no infrecuente a la Casa Real, conforma la red de redes de Martí Fluxá, el veterano de la política que ahora pide más inversión en armamento y menos intervención sobre el alquiler, evitando siempre llamar la atención sobre sí mismo.

Sí, es un nombre que quizás no suene a quien lee a estas líneas, pero el examen de su trayectoria y posición dice mucho sobre la naturaleza del poder en España. infoLibre ha tratado por diversas vías de recabar para este artículo la versión de Martí Fluxá, sin éxito.

Casa Real y Ministerio del Interior

¿Cómo empezó? Miembro de la carrera diplomática, como veinteañero ya despuntaba. En 1976, dos años antes de la aprobación de la Constitución, era director de Coordinación y Asuntos Técnicos del gabinete del ministro de Exteriores, Marcelino Oreja. En los 80 pasó por los equipos ministeriales de Martín Villa y Calvo Sotelo y fue diplomático en Nairobi, Londres y Houston. Todo ello antes de que empezara el meollo de su trayectoria: entre 1993 y 1996 fue jefe de Protocolo de la Casa Real, con la que desde entonces jamás ha cortado los lazos.

Tras la mayoría absoluta de José María Aznar en 1996, recibió la llamada de Mayor Oreja, sobrino del que había sido su jefe Marcelino Oreja. Amigo desde la juventud de Martí Fluxá, el nuevo ministro del Interior quería incorporarlo como secretario de Estado de Seguridad. Aceptó y allí estuvo entre 1996 y 2000.

ITP Aero, Atecma, Guggenheim

El paso –voluntario– de Martí Fluxá a la empresa se da cuando le ofrecen la presidencia de la firma de motores y componentes aeronáuticos ITP Aero, que había quedado vacante al jubilarse un compañero de su padre en la carrera de Ingeniería. Dijo que sí porque no quería, como contó a El Mundo en 2021, depender de un partido político para ganarse la vida. Permaneció de 2000 a 2017 en la jefatura de ITP, empresa contratista de Defensa que actualmente factura unos 1.000 millones al año. En paralelo, Martí Fluxá hacía carrera como inversor, empezando en 2000 como presidente de Marco Polo Investments. Tiene sentido: la inversión es un sector en el que las relaciones son esenciales.

Y Martí Fluxá ha sido y es un hombre de relaciones. Aunque, eso sí, afirma no haberse casado con nadie. A pesar de haber trabajado con UCD y el PP, no ha militando en ningún partido, según contó en 2016 a Cinco Días en una entrevista en su despacho que daba cuenta de las fotos del diplomático con su exjefe Juan Carlos I colocadas junto a las de su mujer y tres hijos.

Durante su etapa al frente de ITP ya se estrenó como representante sectorial, en concreto en la presidencia de la Asociación de Constructores de Material Aeroespacial (Atecma), cargo que ya ocupaba en 2005. La entidad se disolvió en 2009, siendo su presidente Martí Fluxá, para integrar sus empresas en Tedae.

En paralelo a todo ello, era ya patrono del Museo Guggenheim Bilbao (2000-2017) y miembro del Consejo Rector de la Academia Europea de Ciencias y Artes (2000-2015). Ese es Martí Fluxá: empresas, asociaciones gremiales, entidades en las que se encuentran política y negocios.

Tedae, la voz por la inversión en defensa

Atecma fue sólo el prólogo. Desde 2020 el ex secretario de Estado preside la asamblea general, la junta directiva y el consejo asesor de Tedae, un lobby de la seguridad y la defensa que representa a empresas con una facturación anual de más de 11.000 millones de euros. Nacida en 2009 y con sede en Madrid, Tedae tiene como fin facilitar a sus asociados las "relaciones" con la Administración. Es el encargo ideal para Martí Fluxá, cuya asociación participa en en la elaboración de las normativas y presupuestos que afectan al sector, asesora a organismos oficiales y difunde información a favor de sus más de 80 empresas, entre ellas Airbus, Navantia e Indra.

Sus cargos en Tedae convierten a Martí Fluxá en un interlocutor de primera línea con el Ministerio de Defensa y también en la voz más destacada del lobby armamentístico. Y él hace oír esa voz, reivindicando más dinero público. "La inversión para garantizar la seguridad y libertad de nuestros ciudadanos, es decir, la Defensa, nunca es suficiente", declaró en 2021 a La Razón, usando un argumentario al que la invasión de Ucrania ha dado alas. El presidente de Tedae suele reiterar que es necesario "estabilizar el presupuesto". Para las cuentas de 2023 reclamaba "entre 2.000 y 3.000 millones más". "Tenemos que estar preparados, si vis pacem parabellum", dijo hace un año a Radio Euskadi, rescatando la máxima latina que podría traducirse por "si quieres la paz, prepárate para la guerra".

La voz de las consultoras (y los fondos de inversión)

Martí Fluxá simultanea la presidencia de Tedae con la misma responsabilidad en la Asociación de Consultoras Inmobiliarias (ACI), cargo en el que aterrizó en el año de su fundación, 2013.

Así que ahí está Martí Fluxá, tanto en las armas como en el ladrillo.

ACI aglutina a las ocho empresas líderes de la consultoría inmobiliaria en España: BNP Paribas Real Estate, Catella, CBRE, Cushman&Wakefield, JLL, Knight Frank, Savills y Colliers. Juntas, estas firmas no sólo representan el 90% del mercado en España, sino que son responsables de una masiva producción de informes, diagnósticos y propuestas a favor del negocio inmobiliario. Son constructoras de sentido común favorable a los intereses de las principales ramas del negocio inmobiliario, especialmente los inversores. A pesar de que se las llama "consultoras", las empresas integradas en ACI prestan otros servicios como gestión de proyectos o canalización de inversiones.

Con sede en Madrid, ACI es socio de The District, el encuentro inmobiliario de Barcelona que reúne a inversores, bancos y lobistas y que en su última edición en septiembre fue boicoteado por el movimiento antidesahucios por considerar que encarna las posiciones más lesivas para el derecho a la vivienda. La asociación también es partner del Rental Housing Forum, un encuentro de empresas del sector inmobiliario celebrado en octubre en Madrid y que sirvió como exhibición del apetito inversor en torno al negocio del alquiler.

Tanto en una cita como en otra gozan de posición prominente los fondos de inversión, que se benefician del discurso de las consultoras, alineadas con sus intereses. No en vano, los socios de ACI declaran su voluntad de lograr "atracción de inversión" al sector inmobiliario. Esta es una idea básica de la asociación: España debe ser seductora para los fondos internacionales; por lo tanto, deben rechazarse las medidas que devalúen los activos inmobiliarios, especialmente las destinadas a reducir los precios del alquiler.

Contra la Ley de Vivienda y por la "colaboración público privada"

ACI es interlouctor de la Administración y declara su voluntad de influir en la "toma de decisiones políticas que puedan afectar al sector". Y una decisión política que puede afectar al sector es la Ley de Vivienda, contra la que la asociación de consultoras ejerció una incesante labor desde antes de su aprobación. Martí Fluxá era una de las voces destacadas de este frente. Aquí, sus citas: "Las inversiones no construirán en los lugares que tengan esa legislación restrictiva" (The Objective, 2021). “Hemos visto cómo la limitación de precios [del alquiler en otras ciudades] ha [...] retraído la oferta” (Ejeprime, 2021). "No es bueno para atraer la inversión" (El Economista, 2022). "[La ley] desincentivará proyectos [para] ampliar la oferta" (El Independiente, 2023). Poco antes de aprobarse la ley en abril, ACI lanzó una nota de "alerta" sobre sus efectos negativos, como poner "en peligro la inversión" y provocar una "pérdida para la economía general".

Así que ya están identificadas las dos grandes demandas de Martí Fluxá como referente sectorial. En seguridad/defensa, más inversión pública. En vivienda, facilidades para la inversión privada, incluidas licencias rápidas o una mera "declaración responsable" para construir, más suelo urbanizable, "seguridad jurídica" y "colaboración público privada".

Neinor, HMB, Asval

Aunque su terreno natural como empresario ha sido la seguridad/defensa, Martí Fluxá también ha entrado en el ladrillo. Y a lo grande. Desde 2017 es presidente no ejecutivo de Neinor Homes, que se presenta como la "compañía cotizada líder en el mercado de promoción residencial en España".

En Neinor se dan cuatro características que vertebran la actividad de Martí Fluxá: 1) Cifras abultadas. 1.800 millones de euros de patrimonio, 750 millones de ingresos en 2022. 2) Relación estrecha con la Administración. Neinor posee un 25% de la empresa público-privada de vivienda de Barcelona. 3) Contacto directo con la élite. En la dirección de Neinor Martí Fluxá coincide con Felipe Morenés, socio fundador de un accionista de la compañía, el fondo luxemburgués Stoneshield. 4) Tareas de lobby. Con Martí Fluxá como presidente, Neinor se incorporó en 2020 a Asval, el lobby de propietarios de vivienda que tiene detrás al fondo estadounidense Blackstone. Precisamente al lobby al que no se incorporará ahora Isabel Pardo de Vera.

Las fundaciones y el "capital relacional"

Martí Fluxá extiende su red de relaciones al ámbito de las fundaciones, en las que se prodiga desde hace más de veinte años. Como ha expuesto en su artículo Poder económico y poder político: la élite empresarial española en perspectiva histórica Juan Antonio Rubio Mondéjar, profesor en el Departamento de Teoría e Historia Económica de la Universidad de Granada, las fundaciones son expresiones de "capital relacional", una de las dimensiones del poder y la influencia. Y de eso sabe Martí Fluxá, cuyo currículo en el terreno de las fundaciones y otro tipo de entidades privadas es extenso.

Entre 2000-2017 fue patrono del Museo Guggenheim Bilbao, cargo que entre 2006 y 2009 compaginó con la presidencia de la Fundación de Casas Históricas y Singulares de España, en cuyo patronato aún figura junto al Duque de Alba. Martí Fluxá tiene también una larga vinculación con el Museo Nacional Reina Sofía, donde figuró como presidente del patronato de 2017 a 2020. Siguiendo en el ámbito cultural, es presidente de la Fundación Ankaria y consejero de la Fundación Ramón Gaya.

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Más. Es apoderado de la Fundación Pro Real Academia Española, una de las responsabilidades que a lo largo de su trayectoria lo han llevado a visitar con asiduidad esa misma Casa Real de la que fue jefe de Protocolo en los 90.

Ya tras su etapa política, las comunicaciones oficiales de la Casa Real dejan rastro de sus visitas desde hace más de veinte años. Ha ido, por ejemplo, como representante del Museo Reina Sofía, pero también de la Asociación de Constructores de Material Aeroespacial (Atecma), que luego se integraría en Tedae. De modo que han sido comunes sus encuentros tanto con –su antiguo jefe– Juan Carlos I como con su hijo, primero como príncipe y luego como rey. Con el actual jefe del Estado comparte la condición de Guardia Civil Honorario.

Martí Fluxá es también presidente del Instituto de Empresa y Humanismo, de la Universidad de Navarra, del Opus Dei, que pretende "contribuir a solucionar los problemas que plantea la creciente complejidad de nuestra sociedad". Y ya metido de lleno en el sector bancario, que no le es ajeno porque ha estado vinculado a Caja Navarra, el polifacético lobista, empresario y expolítico es asesor del Patronato de la Fundación Botín y patrono de la Fundación Juan March.

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