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Purga en la Agencia Tributaria

Malestar en el Gobierno por la última crisis abierta por Montoro en Hacienda

Malestar en el Gobierno por las última crisis abierta por Montoro en la Agencia Tributaria

El Gobierno quiere pasar página de la última polémica desatada en la Agencia Tributaria después de que el pasado viernes, en la celebración del 35 aniversario de la Constitución, el ministro de Hacienda vinculara la purga en el organismo a cuestiones ideológicas. Así lo han trasladado fuentes del Ejecutivo a este diario, que consideran que se trata de una "batalla perdida" y de un "error de estrategia" por parte de Cristóbal Montoro.

En este sentido, la consigna trasladada desde La Moncloa a sus altos cargos es la de dejar que este asunto pase a un segundo plano. Algo que, no obstante, se antoja complicado puesto que los partidos de la oposición creen que el titular de Hacienda debe rendir cuentas sobre los últimos episodios que han tenido como protagonista a la Agencia Tributaria. Una puerta que dejó abierta la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, el pasado jueves en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Cuando la número dos del Gobierno hizo estas declaraciones, Montoro no había relacionado todavía las reestructuraciones de personal en el organismo con la cercanía de los protagonistas a uno u otro partido político.

La acusación del ministro

Todo sucedió el pasado 6 de diciembre en los pasillos del Congreso de los Diputados tras los actos oficiales del 35 aniversario de la Constitución Española, una jornada cuyo acto central fue el discurso del presidente de la cámara, Jesús Posada. Cristóbal Montoro, que estaba entre los ministros asistentes, fue el protagonista de varios corrillos informales con periodistas. La crisis en la Agencia Tributaria estuvo entre los temas más comentados por los informadores. Y el ministro no tuvo reparo a la hora de sostener que si para algo le ha servido la cadena de ceses y dimisiones en la agencia ha sido para darse cuenta de que los cargos de máxima responsabilidad estaban ocupados por personas que ocuparon esos mismos puestos en la etapa socialista.

"El equipo estaba lleno de socialistas", llegó a decir Montoro mientras se quejaba de que cuando el PP pierde las elecciones, los socialistas apartan a cualquier persona que haya tenido relación con el Gobierno anterior. Según dijo, son trasladados a organismos similares en las comunidades autónomas.

Además, añadió que los "relevos" nada tienen que ver con los casos Cemex o Nóos. Y que las fugas de personal tienen como trasfondo que a algunos "no les gusta" el director general, Santiago Menéndez.

En este contexto, el Ejecutivo pretende desviar esta cuestión del foco de la actualidad intentando no entrar más en un tema sobre el que ya se han visto obligados a dar alguna explicación. Sólo un día después, el PP tenía que salir a defender que la Agencia Tributaria cuenta con "los mejores profesionales, con equipos muy capaces, con una formación excelente y de la máxima profesionalidad". 

La autora de estas declaraciones fue la portavoz de Hacienda del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, Ana Madrazo, que a su vez venía a responder a las declaraciones del secretario de Formación del PSOE, Rafael Simancas, quien había acusado al ministro de Hacienda de buscar la "pureza de sangre" en la Agencia Tributaria y de no querer allí "ningún carné distinto al del PP, porque no quiere testigos incómodos para sus manejos y manipulaciones".

La respuesta de los técnicos

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El mismo día de las polémicas declaraciones de Montoro, el sindicato de técnicos de Hacienda Gestha salió inmediatamente al paso de las acusaciones en declaraciones a infoLibre. El presidente, Carlos Cruzado, lamentó que el ministro "hable de la Administración tributaria dividiéndola con etiquetas políticas de PSOE o de PP, en lugar de procurar que la Agencia Tributaria se dedique a lo que debe, que es perseguir el fraude, de forma imparcial y efectiva".

Para Gestha, las declaraciones de Montoro disimulan y cubren un asunto fundamental: qué ha sucedido en la Unidad de Grandes Contribuyentes. En esa unidad ha habido un cese fulminante, el de la inspectora Dolores Linares. Su superior, Ignacio Ucelay, dimitió tras conocer la destitución de Linares por mantener el criterio de sanción a la multinacional cementera Cemex, que podría haber supuesto una multa de hasta 450 millones de euros. "Falta por explicar qué ha sucedido ahí" ha dicho Cruzado. Gestha ha reclamado que Montoro despeje todas las dudas sobre las supuestas relaciones entre antiguos colaboradores y socios de Montoro con labores de asesoría a Cemex.

Las fuentes consultadas destacan además una circunstancia que desmiente la relación entre los ceses y la adscripción política que Montoro atribuye a los cesados: tanto Ignacio Ucelay (el superior de la inspectora cesada por el asunto Cemex) como Luis Jones, director de la Inspección y número dos de la Agencia Tributaria, ambos dimitidos, fueron nombrados por la ex directora general de la Agencia Beatriz Viana, a su vez elegida por el propio Montoro tras el triunfo del PP en 2011.

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