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El ocaso del 'pasaporte covid': insuficiente para frenar a ómicron y una traba para positivos sin PCR

Cartel que exige el 'pasaporte covid' a la entrada de un establecimiento en la Comunitat Valenciana.

En mayo de 2021 vivimos un breve lapso de tiempo en el que cundió la esperanza: Europa parecía salir de la pandemia con una transmisión bajo mínimos y con la creación del Certificado Covid Digital de la UE o pasaporte covid, que estandarizaba la nueva normalidad en cuanto a viajes: los países aceptarían sin trabas a todo aquel que lo presentara y que, así, demostrara haber recibido la pauta completa de vacunación, o en su defecto haber pasado la enfermedad o la realización de un test de resultado negativo. Luego reinó delta, golpeó ómicron y se evidenció que las vacunas ayudan, muchísimo, pero que no suponen el fin de la pandemia. El cuestionamiento del pasaporte covid y su utilidad no es solo cuestión de negacionistas: también de epidemiólogos.

Cataluña y Asturias ya han dado un paso atrás. La sexta ola parece remitir poco a poco en cuanto a transmisión del virus, y ambas comunidades han decidido esta semana que no renovarán la obligatoriedad del pasaporte covid para acceder a determinados interiores. Ambas autonomías han decidido que no se trata solo de una relajación de las medidas por la mejora de la situación: hay cada vez más dudas sobre su utilidad en relación al coste político que conlleva, al tratarse de una imposición práctica de la vacuna.

La exigencia del Certificado Covid Digital para acceder a discotecas, bares, restaurantes u hospitales se empezó a plantear y a ejecutar en España en noviembre con dos principales objetivos: reducir el número de contagios y fomentar la vacunación, de récord en España pero aún con margen de mejora. Los dos planteamientos se han demostrado parcialmente erróneos. En primer lugar, y como es evidente, la actuación no ha frenado la transmisión en las comunidades que han optado por pedirlo. La variante ómicron pasa de vacunado en vacunado con mucha más facilidad que delta y aunque una persona que no haya recibido el pinchazo puede desarrollar un cuadro más grave, con mayor carga viral y mayor transmisibilidad, el virus no se detiene ni con Pfizer ni con Moderna.

Era algo que ya sabíamos desde el principio: las farmacéuticas jamás prometieron que los productos resultantes serían esterilizantes, ni con un 100% de eficacia contra la enfermedad grave ni contra el contagio. Pero sí se esperaba que la reducción de la carga viral resultante de un contagio estando vacunado fuera muy baja, permitiendo cortar casi por completo la transmisión. Delta y, sobre todo, ómicron vinieron a demostrar que el covid-19 tiene más de una vida. "Los no vacunados pueden concentrar más casos, pero en términos absolutos hay más casos en el 90%. Sigues dejando circular el grueso de la incidencia", aseguraba el epidemiólogo Pedro Gullón en noviembre sobre la obligatoriedad del pasaporte covid, sin la nueva variante en el debate público.

Gullón también cree que las decisiones con respecto al certificado covid no han espoleado demasiado la campaña de vacunación. "Ha tenido un efecto mas bien residual", considera. Los datos le dan la razón, pero es difícil sacar conclusiones en claro sobre la influencia del pasaporte covid en los que rechazaban hasta ahora la administración de la vacuna. Desde principios de noviembre hasta la semana pasada, el porcentaje de personas de 30 a 39 años con al menos una dosis –el más rezagado y uno de los más susceptibles a las restricciones en bares y restaurantes– ha pasado del 78,40% al 85,90%.

La mejora es evidente y celebrable, pero el ritmo ha sido lento y constante, sin notarse un antes y un después de la imposición. Con una excepción: el porcentaje aumentó casi cinco puntos en toda España en este tramo del miércoles 12 al jueves 13 de enero, probablemente debido a una infranotificación corregida. Tampoco se nota una diferencia entre las comunidades que nunca lo impusieron y la media española.

Me he contagiado, pero no me hicieron PCR: ¿ahora qué?

La sexta ola ha traído consigo un problema adicional con respecto a la obligatoriedad del pasaporte covid para hacer una vida normal en la mayoría de las comunidades y países de Europa. La pauta completa para validar el documento caduca a los nueve meses del último pinchazo: pasado ese lapso, el certificado de vacunación solo será aceptado en la Unión Europea con tres dosis.

Desarticulada una red que vendió pasaportes covid y PCR falsos a 1.600 personas, entre ellos a Omar Montes

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Sin embargo, la Comisión de Salud Pública decidió esta semana recomendar a los que se hayan contagiado de covid-19 después de recibir la pauta completa esperar cinco meses hasta el refuerzo, ante la evidencia incontestable de que la inmunidad generada tras el paso de la enfermedad es mejor que la que surge tras cualquier inoculación. Esto no es un problema para los contagiados si pueden obtener el certificado de recuperación, otra modalidad del pasaporte covid que abre todas las puertas... si se cuenta con un diagnóstico a través de una prueba PCR. No todos los positivos durante esta sexta ola han sido detectados con este test: muchos han optado por una prueba para realizar en casa ante la saturación de los centros de salud, o la propia Atención Primaria ha optado por el método basado en antígenos, fiable ante la presencia de síntomas.

Por lo tanto, si no se ha recibido la tercera dosis y se ha pasado la enfermedad sin hacerse una PCR, el certificado covid caducará a los nueve meses del segundo pinchazo. El afectado tiene dos opciones: o bien desoír el consejo de los expertos y las autoridades y recibir el booster aunque no sirva para nada, o bien quedarse sin viajar y sin entrar, por el momento, a bares y restaurantes de once comunidades autónomas. Sin la tercera dosis, además, no podrá acceder a República Checa o a establecimientos de ocio y restauración en Alemania, aunque haya conseguido el certificado de recuperación.

La trampa, por el momento, no tiene solución. El protocolo europeo sigue sin aceptar test de antígenos como válido para obtener el pasaporte covid. El Ministerio de Sanidad asegura a infoLibre que está peleando en el seno del club comunitario para "incorporar los test de antígenos como prueba diagnóstica de recuperación". En todo caso, es poco probable que un autotest hecho en casa pueda servir para certificar un contagio, fácilmente falseable; el problema de fondo es un certificado covid digital que garantiza mucha menos seguridad de la prometida a costa de la libertad.

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