ADIÓS A UN REFERENTE DE LA CULTURA

La hija de la portera que defendió las causas más nobles: del ‘no a la guerra’ al 8M y los derechos LGTBIQ+

Marisa Paredes, en una manifestación del 8M.

"La gente con un mínimo sentido democrático no puede dormirse, hay que luchar". Palabras de Marisa Paredes que definen su modo de ver y enfrentarse a la vida. Lo confesaba en una entrevista con este medio, publicada el 20 de noviembre del año pasado, unos días antes de recibir el Premio infoLibre por su trayectoria profesional y por su compromiso social.

Paredes nunca rehuyó del activismo y de la política. Y siempre llevó por bandera la lucha por la igualdad y por los derechos sociales. Poniendo su voz, hablando claro en público. Una mujer que consideraba que su posición como artista era vital para hacer llegar el mensaje a todos los rincones. Sin miedo a las represalias, dando la cara.

“Soy feminista, soy de izquierdas, soy madrileña, soy luchadora. Palestina no estás sola. Viva Palestina. No en mi nombre. No pasarán, no pasarán, no pasarán”, dijo en un acto reciente en Madrid contra el genocidio en Gaza. En estos últimos años alzó su voz por esta cuestión, pero también sobre otras como la propia defensa de la democracia ante el avance de la ultraderecha y la tala de árboles en Madrid, que ocurría en la propia plaza de Santa Ana, el lugar donde ella nació. Y siempre lo recordaba: era la hija de una portera que veía pasar como un sueño a los grandes intérpretes camino del Teatro Español.

"Hay que tener miedo a la guerra"

Paredes fue, además, uno de los rostros más visibles a principios de siglo del ‘no a la guerra’, el movimiento contra la decisión unilateral del Gobierno de José María Aznar de enviar militares a Irak con la falsa excusa de armas de destrucción masiva por parte de Sadam Husein. Ella presidía la Academia de Cine cuando se celebró la gala marcada por aquellas protestas. En su discurso, indicó: “No hay que tener miedo a la cultura ni al entretenimiento ni a la libertad de expresión. Ni mucho menos a la sátira, al humor. Hay que tener miedo a la ignorancia y al dogmatismo. Hay que tener miedo a la guerra”. 

Unas palabras que siempre llevó en su mente. En 2018 recibió el Goya de Honor donde reivindicó: “He sido presidenta de esta Academia. He dado premios, he leído discursos. Algunos conflictivos como aquel del ‘no a la guerra’. Hoy lo volvería a repetir”. El auditorio le dedicó una enorme ovación en ese momento.

Paredes también fue siempre una luchadora por los derechos de las personas LGTBIQ+, acudiendo incluso a protestas como la que se celebró este año frente a la Puerta del Sol por el recorte de las leyes trans y LGTBi por parte del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. La actriz se pronunció en estos últimos años en contra de las políticas del Partido Popular en Madrid. Incluso tuvo un encontronazo con la presidenta madrileña en la capilla argentina de Concha Velasco en el Teatro de La Latina. “¿Qué hace aquí? Fuera”, indicó a la prensa aquella tarde. 

Los derechos de las mujeres fueron una lucha de Paredes desde joven. Era habitual en las manifestaciones del 8M y fue una de las protagonistas este año del Día de la Mujer en el Instituto Cervantes. Allí dejó su legado para la posteridad portando una vieja chapa a favor de la amnistía en 1976. En la Caja de las Letras dejó las películas de Pedro Almodóvar Tacones lejanos y La flor de mi secreto (incluyendo hasta la invitación a la fiesta posterior). Asimismo, depositó una copia de la adaptación cinematográfica de El coronel no tiene quien le escriba y un programa de Comedia sin título, de Federico García Lorca, además de cuadernos con anotaciones personales, una mascarilla para protegerse del covid del festival de Cannes y utensilios de maquillaje.

"Vuelven a censurar, a quitar obras de teatro"

Marisa Paredes nos mira

En esta última época de su vida Paredes se volcó con las fuerzas progresistas y siempre mostró su crítica al avance de la ultraderecha en España. Se implicó de lleno en la campaña del 23J y estuvo en el arranque de la campaña de Sumar en A Coruña junto a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Se fijó entonces en los recién formados gobiernos del PP y de Vox tras el 28M: “Ahora vuelven a censurar, vuelven a quitar obras de teatro, vuelven a decir que hay determinadas cosas que no se pueden decir. ¿Pero qué es esto? ¿Cómo pueden tener realmente tanto miedo a la libertad y a la cultura? Es algo que tiene que ver con la represión, con una sensación de impunidad, que les hace pensar que son dueños de este país, que son dueños del alma de la gente, que son capaces verdaderamente de hacer las mayores barbaridades con la mayor tranquilidad. No tiene realmente un sentido moral de la vida, no conocen lo que es la moral. Ahí están unos enemigos realmente de la libertad”.

Paredes también quiso apoyar al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuando se tomó cinco días de reflexión sobre su futuro por el acoso de la derecha. La actriz participó el domingo 28 de abril, pocas horas antes de conocer la decisión final del secretario general del PSOE, en un acto con varias personalidades bajo el título de Por la decencia democrática. Durante su intervención, manifestó: “Es verdaderamente emocionante ver por fin que la gente sale a la calle y que hacemos actos de apoyo a la democracia. A Pedro y a la democracia. Era terribles y desasosegante esa sensación de soledad, de impotencia y de dolor. De decir: ¿no vamos a hacer nada? ¿Pero verdaderamente no tenemos el sentimiento hondo y profundo de que el país está en un momento peligroso y que hay que salir a la calle para gritar que no queremos volver atrás?”

La actriz luchó por un mundo mejor. Y como confesó en aquella entrevista con infoLibre: “Hay claramente un movimiento en el mundo que tiende a las ultraderechas. Por eso hay que tener muy claro que nada es para siempre y por eso los derechos hay que defenderlos siempre. Y la gente con un mínimo de sentido democrático no puede dormirse, hay que luchar”.

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