Marisa Paredes: "La gente con un mínimo sentido democrático no puede dormirse, hay que luchar"

Marisa Paredes, en la alfombra roja de la 35 edición de los Premios Goya.

Con toda una vida dedicada a la interpretación en cine, teatro y televisión, es Marisa Paredes (Madrid, 1946) una de nuestras actrices más valiosas y reconocidas. Chica Almodóvar para envidia de Joaquín Sabina (ya saben, aquella vieja canción), a lo largo de sesenta años ha trabajado junto a los más ilustres dramaturgos y cineastas de nuestro país, con una proyección internacional que llegó hasta Francia, Italia y México. Premio Goya de Honor en 2018, suma ahora a su palmarés el Premio infoLibre 2023, que en sus dos ediciones anteriores fueron para Emilio LledóIñaki Gabilondo.

- ¿Qué le dice este Premio infoLibre 2023 que le entregamos este jueves? 

Tengo que reconocer que me emocionó de una manera que no se puede imaginar. Me han dado muchos premios en mi vida, afortunadamente, todos en relación con mi profesión y alguno con significado social, pero realmente este me conmueve. No me lo esperaba en absoluto, porque supuestamente no estaba yo en este "concurso", por así decirlo, entre comillas. No voy a decir que no me lo merezco, porque creo que cualquier persona que luche y que sea coherente, y yo lo soy, y que tenga una cierta proyección que aproveche para que eso se vea en otras cosas y no solo en las películas, se lo hubiera merecido. Cualquiera de mis compañeros que luchan se lo hubiera merecido. Y lo recibo de un periódico que a mí me parece casi el único decente que hay (junto a elDiario y, en esta etapa actual, quizás El País), por eso me siento muy halagada, orgullosa y feliz.

Iba al teatro y veía a los obreros que protestaban delante del Ministerio de Trabajo para pedir mejoras, cuando estaba prohibido hacer huelga, y ahí estaba yo que me tenía que ir al teatro pero me quería quedar con ellos aunque me dieran de hostias

- Con este Premio infoLibre distinguimos los valores de defensa de la igualdad, de los derechos humanos, del compromiso cívico-político. ¿Qué le hace sentir ser galardonada por todo esto?

Esto es precisamente lo que me emociona, claro que sí. Pero es que a mí eso me viene desde la cuna. Yo soy hija de trabajadores y en mi familia lo que siempre se dijo es que había que ser fiel a uno mismo, a quiénes somos, de dónde venimos, dónde nacemos, qué es lo que queremos conseguir, que es un mundo mejor y en paz. Mi madre siempre decía 'por Dios, que no venga otra guerra'. Nadie militaba en ningún partido, pero todo el mundo tenía muy claro que había que luchar por conseguir las cosas honradamente. Una de las cosas que yo más he sentido en mi vida fue no poder seguir estudiando a partir de los once años, porque teníamos que tener alguna beca y en casa hacía falta todo el dinero que pudiéramos traer. Soy la última de cuatro hermanos y en cuanto teníamos la capacidad suficiente, todos a trabajar para aportar lo que fuese. Esta coherencia mía viene de ahí. Yo iba al teatro y veía a los obreros que protestaban delante del Ministerio de Trabajo para pedir mejoras salariales, cuando estaba prohibido hacer huelga, y ahí estaba yo, que me tenía que ir al teatro pero me quería quedar con ellos aunque me dieran de hostias. Eso está en mi sangre, es una cuestión de la clase a la que uno pertenece, que a mí nunca se me olvida. Siento de dónde vengo y por eso lucho, por eso estoy.

Hemos luchado, hemos vivido la dictadura terrible durante cuarenta años con todo su horror, y no puede ser que mi nieta pueda volver a esa situación ni por asomo

- Qué importante es todo lo que nos enseñan y transmiten nuestros padres desde bien chiquititos.

Así es. Mi madre es la primera feminista que yo conozco, luchando y trabajando y al mismo tiempo siendo alguien que quería la libertad por encima de todo y que sabía además que las mujeres tenemos derecho a todo. Me decía 'yo me sentí mujer en la República porque tuve la posibilidad de votar', que era una cosa que se prohibió cuando llegó el fascismo. Ser una misma, tener una identidad, ser mujer, ser persona... todo eso mi madre me lo transmitió de una manera muy clara solamente con sus hechos. El día que salté en el mitin de Yolanda Díaz mucha gente pensaba que yo era de Sumar, pero no soy de nada, soy de mí, soy de nosotros, de todos... estábamos a punto de las elecciones, aterrados, y coincidió que estaba en A Coruña. De manera que sin papel ni nada salté y hablé de mi nieta porque lo que podía pasar no podía pasar. Hemos luchado, hemos vivido la dictadura terrible durante cuarenta años con todo su horror, y no puede ser que mi nieta pueda volver a esa situación ni por asomo. Ni mi hija, que nació en 1975 y estaba Franco en la agonía y me acuerdo que lloré y dije 'bendito sea que mi hija no va a conocer esto' mientras los fachas ya andaban con las banderas por la calle diciendo 'Franco Franco' y sus barbaridades. Este argumento que hice en el mitin de Yolanda es mi vida entera saliendo por ahí. 

- Participó en aquel mitin en A Coruña y días después en el cierre de campaña de Sumar en Madrid. Conseguimos parar a la ultraderecha en las elecciones generales de julio, pero estamos viendo que hay que seguir muy vigilantes.

Hombre, pero claro. ¿Quién nos lo hubiera dicho esto hace veinte o diez años? Nadie. Pero está ahí. Hay claramente un movimiento en el mundo que tiende a las ultraderechas. Por eso hay que tener muy claro que nada es para siempre y por eso los derechos hay que defenderlos siempre. Y la gente con un mínimo de sentido democrático no puede dormirse, hay que luchar.

Tenemos una democracia que no se puede tirar por la borda, y la están amenazando, cuestionando, vapuleando y pisoteando

- Por eso también firmó aquel manifiesto antes de las elecciones por la libertad de expresión y contra la censura de obras culturales promovida por Vox, y estuvo hace unos días en la Puerta del Sol protestando contra el recorte de derechos LGTBI en las leyes de la Comunidad de Madrid.

Claro que sí. Y siempre que pueda estaré en todas las marchas que pueda haber por los derechos que se quieran pisotear o retirar. Nos ha costado mucho y nos seguirá costando, pero de eso se trata en la vida. A mí me tenía un poco preocupada el silencio en el que estábamos todos, sesteando, antes de las elecciones. Pero bueno, ¿qué pasa, aquí no sale nadie? ¿No nos damos cuenta de dónde estamos y de lo que está pasando con el terrible griterío de unas gentes que reclaman algo que no es verdad, que es libertad?¿Pero desde cuándo la palabra libertad la ha usado la gente que va contra la libertad? ¿Pero qué truco es este? ¿Qué fake new más terrorífica? ¿De qué va esta señora? ¿De qué va alguien que supuestamente es más progresista que nadie porque lo que reclama siempre es para ellos y para los suyos? ¿Cómo que los ricos no tienen que pagar más? Claro que tienen que pagar más. ¿Pero cómo que los bancos no tienen que devolver la deuda y el rey emérito lo que ha robado? Lo que quiero decir es que hay que seguir y seguir y seguiremos hasta donde podamos todo el tiempo. José Luis Sampedro, que es uno de mis faros, como Emilio Lledó, decía algo muy claro: "Si la gente supiera que de verdad el poder está en ellos, no se conformarían ni se asustarían". Porque el problema es que se tiene miedo. ¿Miedo de qué? Estamos en una democracia, señores. Es ahora cuando se puede salir a la calle, antes no se podía y salíamos. ¿Ahora en democracia hay algo por lo que salir a la calle y no se sale? ¿Pero qué es esto? ¿Qué es este conformismo y este silencio? ¿Por qué? Pero si ahora se puede gritar, justamente porque hemos conseguido y tenemos una democracia que no se puede tirar por la borda, y la están amenazando, cuestionando, vapuleando y pisoteando. 

- Cuatro meses después, ya tenemos presidente del Gobierno con mayoría en el Parlamento pero, al mismo tiempo, la derecha retuerce palabras tan severas como dictadura. ¿Qué le hace sentir este juego perverso?

Tenemos presidente, al fin, sí. Los que hablan de dictadura no saben lo que es una dictadura. Si hubieran vivido de verdad una dictadura sabrían que ellos no podrían estar en la calle gritando, porque la dictadura calla la boca, mete en la cárcel, tortura y niega. Exactamente lo que quieren hacer estos que juegan a decir que esto es una dictadura. ¿Qué sabe usted lo que es una dictadura? El problema viene de la educación, de esa posibilidad absolutamente fundamental que tiene el ser humano de crecer, de entender, de pensar, de criticar. Porque yo soy la primera que critica cuando las cosas que hace la izquierda no están bien, pero está claro que es un gobierno progresista lo que hace falta para que un país avance. Lo otro no. Lo otro ya sabemos lo que es, lo que programa y lo que pretende, que es negar todos los derechos de verdad que se han conseguido y que han hecho que los pueblos avancen. Como decía Emilio Lledó el año pasado al recoger vuestro premio, 'si olvidamos la utopía volvemos a las cavernas'. Eso es lo que quieren, volver a las cavernas, pero no estamos para tonterías y sabemos perfectamente lo que es una dictadura, que es justo lo contrario de lo que estamos viviendo.

Me parece muy evidente que si la censura aparece otra vez significa dictadura. La censura es dictadura. A uno le puede molestar lo uno o lo otro, vale, pues no vaya usted a verlo

- ¿Cómo vivió el pasado verano de censuras culturales constantes por parte de PP y Vox en los ayuntamientos?

Ese fue el momento en el que salté. Lo viví aterrada en el sentido de pensar que verdaderamente algo terrible volvía y ponía en cuestión la libertad. La libertad creadora. Tienen tanto miedo a la cultura porque ésta es la denuncia, la crítica, la broma sobre las cosas. La opinión, diferente o no, pero en todo caso algo que tiene que hacer pensar. La cultura es Lorca, Goya, Picasso, Lope de Vega... la cultura es lo que queda de una sociedad para que la gente lo contemple. Por ejemplo, estuve el otro día viendo otra vez el Guernica con un amigo... pues ahí está el Guernica, lo cuenta todo, ya no hay más que hablar. Y eso es la cultura. Si la gente tiene una educación puede entender que Orlando, de Virginia Woolf, es una novela extraordinaria que plantea una situación perfectamente reconocible que no molesta a nadie. Y si molesta a alguien es porque no sabe leer. A mí me parece muy evidente que si la censura aparece otra vez significa dictadura. La censura es dictadura. A uno le puede molestar lo uno o lo otro, vale, pues no vaya usted a verlo. Es tal la confusión que la gente pretende sentir sus valores como absolutos, pero no hay una verdad absoluta. Si la hubiera, seguro que estaría en la gente que tiene necesidades, los inmigrantes... Es muy claro que lo que hace falta es educación, educación, educación. Esto es lo único que puede mejorar la sociedad.

Lo que hace la falta de cultura es embrutecer, anular, aniquilar el pensamiento

- Además de la educación, ¿qué puede hacer la cultura para que sea más habitable este mundo de crispación, polarización y confrontación constante?

Sé lo que puede hacer la no cultura, la falta de cultura, que es embrutecer, anular, aniquilar el pensamiento. La cultura es pensamiento, es denuncia, crítica, entretenimiento. La cultura es el espejo de la sociedad. O eso tendría que ser.

- ¿Y cuál es el papel del periodismo libre en este panorama al que además hay que sumar bulos y manipulaciones permanentes?

Un papel fundamental. Si no existiérais habría que inventaros. En mi casa se lee el periódico más progresista, que es infoLibre, y naturalmente también vemos qué es lo que piensan los demás, especialmente elDiario o El País, entre otros. Y te aseguro que sería terrible que no hubiera voces como infoLibre porque, de no existir vosotros, no avanzaríamos con esta avalancha de medios absolutamente condicionados por el capital y por los intereses políticos de la tendencia más retrógrada en los que siempre domina la mentira sobre todas las cosas, sin ningún pudor a la hora de mentir. 

- Vamos a cambiar de asunto para ir concluyendo. ¿Qué proyectos tiene Marisa Paredes que nos pueda adelantar? Hace poco pudimos verla en Vestidas de azul, de Los Javis.

Sí, ese es mi último trabajo. Me sentí muy bien, primero porque es una historia real y me gustaba formar parte de ese grupo de gente que las pasó putas y que fueron perseguidas, torturadas y machacadas como tantas otras personas LGTBI. Me llamaron, me gustó el guion y pensé ´qué buen momento'. Porque estoy en un momento en el que me apetece, después de sesenta años de carrera, trabajar en cosas que verdaderamente me motiven mucho, como fue este papel. Lo pasé muy bien, me trataron como a una reina, me sentí muy querida y fue muy bonito volver a ponerme delante de una cámara. Estando allí me dije 'Paredes, ya está bien de hacer el vago, a ver si trabajas un poquito más'. Así que ahora tengo algún proyecto teatral bonito que ya será o no será para el año que viene, y alguna otra propuesta de cine que también es interesante. 

En el cine han salido directoras maravillosas, como futbolistas maravillosas... pero seguiremos luchando porque falta mucho por recorrer todavía

- ¿Qué le parece la nueva generación de cineastas españolas que cada vez logran más reconocimiento de crítica y público con sus películas?

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Es maravilloso dónde estamos las mujeres ahora, porque ha costado mucho trabajo, ha dado la vida mucha gente. En todos los campos y la vida social y política, todas las mujeres en los últimos años poco a poco están llegando hasta donde merecen estar. En el cine han salido directoras maravillosas, como futbolistas maravillosas... pero seguiremos luchando porque falta mucho por recorrer todavía. 

- Para hacer del siglo XXI definitivamente el siglo del feminismo.

Es que es verdad. No se trata de que nos regalen nada, se trata de que nos den el sitio que merecemos. No se trata de ventajas o desventajas, sino de tener justamente lo que cada uno merece y tiene, y las mujeres tenemos un poderío y unas facultades enormes que estaban aplastadas por el machismo. Pero ya estamos aquí y no nos vamos a dejar empujar.

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