La nueva legislatura
El PP mantiene en público el discurso del pacto con el PNV aunque admite en privado que es casi imposible
La imagen de Mariano Rajoy derrotado en la segunda votación para su investidura como presidente del Gobierno puso fin este viernes al primer intento del Partido Popular de formar un Ejecutivo tras las elecciones generales del 26J. Desde ahora, las formaciones políticas disponen de dos meses para seguir intentándolo. En el caso de que nadie tenga éxito o nadie lo vuelva a intentar, a finales de octubre se disolverán las Cámaras y se convocarán elecciones. Si en estos meses el PP ha dirigido todo el foco hacia el PSOE a la espera de una abstención de Pedro Sánchez, a partir de este sábado va a seguir haciéndolo, pero combinando la presión a los barones socialistas para que su jefe se mueva del "no es no" con mensajes dirigidos al Partido Nacionalista Vasco (PNV) para que, una vez que pasen las autonómicas del 25 de septiembre, acceda a sentarse con Rajoy para apoyarle con sus cinco escaños. En todo caso, contando con que Ciudadanos (32 escaños) y Coalición Canaria (CC) sigan de la mano del PP, al partido le seguiría faltando un escaño para la mayoría absoluta (176 diputados).
En este relato político que el PP empieza a construir según el cual si son "decisivos" en Euskadi para apoyar al PNV en el Gobierno autonómico, los nacionalistas vascos acabarían tragando en Madrid con Rajoy hay muchas lagunas y mucho de mito. Y dos discursos: el público, el de las entrevistas y las tertulias y el que se mantiene en privado. De hecho, las fuentes consultadas por infoLibre están divididas sobre lo que podrá pasar el día después al 25S. Hay dirigentes que creen que hay todavía "algún resquicio de esperanza" para que el PNV cambie de opinión. Pero la mayor parte de los dirigentes, sobre todo los acostumbrados a lidiar a diario con fuerzas nacionalistas, creen que "no hay prácticamente nada que hacer". "El PNV de hoy ya no es el PNV de hace unos años. Ahora están radicalizados, compitiendo con Podemos y Bildu. No están en la centralidad ni se les espera".
El PNV, por su parte, también intenta derribar el argumentario conservador que apunta a que si son "decisivos" en Euskadi cambiarán sus planteamientos. Recuerdan que el PP vasco tendrá que optar entre apoyar al bloque liderado por el PNV o respaldar al bloque de Bildu y Podemos
A continuación infoLibre repasa el contexto y las lagunas de este discurso del PP y la dificultad de los conservadores de ser claves en Euskadi para poder intercambiar un respaldo en la Cámara de Vitoria con un respaldo en el Congreso de los Diputados.
La campaña lo empaña todo
Preguntados por el salto, por la diferencia entre el discurso público y privado los dirigentes del PP consultados esgrimen que hay que entenderlo en un contexto de estrategia política, en un contexto en el que estamos a menos de un mes de unas elecciones al Parlamento Vasco. Así, subrayan que tratan de intercalar los mensajes que apuntan a un posible entendimiento tras el 25S con los que lo dan por imposible, estando estos últimos, sobre todo, en manos de altos cargos del PP de Euskadi. Esta misma semana hemos podido escuchar a vicesecretarios como Andrea Levy, abriendo la puerta a apoyar al PNV en Euskadi y, de otro lado, a Alfonso Alonso, candidato a Lehendakari señalando lo contrario. "Yo he escuchado a los portavoces del PNV decir que no es no ahora y después de las elecciones vascas. Han puesto el listón muy alto en términos de soberanía al pedir el reconocimiento nacional vasco, que supone la quiebra de la unidad nacional", sostuvo esta misma semana. Es sólo un ejemplo de las declaraciones contradictorias que se vierten al respecto desde el PP y que ilustran un reparto de papeles.
"Alfonso Alonso, que se va a enfrentar al PNV, no puede ir diciendo que le van a dar sus votos porque los electores que puedan dudar entre los nacionalistas vascos y nosotros pueden acabar por oscilar la balanza hacia los nacionalistas vascos", señala un diputado en conversación con este diario. La misma fuente admite que el discurso que más se acerca a la realidad es el de Alonso.
En este sentido, un dirigente regional recuerda la dureza del portavoz del PNV, Aitor Esteban, con Rajoy en el debate de investidura. "A todos nos quedó muy claro que Pedro Sánchez estaba cerrando casi todas las puertas a una futura abstención. La misma impresión sacamos tras escuchar a Esteban. Si hace años entre PNV y PP pudo hablarse de un entendimiento, ahora es imposible", mantienen.
Hasta esta misma semana, el PP admitía que tenía muy cruda cualquier negociación con el PNV precisamente por ir de la mano de Ciudadanos y su postura sobre el Concierto vasco. Ahora Ciudadanos ha empezado a mover en público la idea de que es posible un acercamiento si los nacionalistas vascos varían sus posiciones. ¿Cambia algo el escenario? No. Este ofrecimiento hay que entenderlo en el contexto de que la formación naranja, fracasada la investidura de Rajoy, sigue intentando jugar sus cartas para no perder el papel de fuerza clave para el desbloqueo que quiere ejercer.
La dificultad del PP para ser decisivo
'Si somos decisivos en Euskadi es posible un cambio en Madrid'. Es una especie de mantra que se repite en la cúpula del PP. ¿Qué entiende el PP por ser decisivo en Euskadi? Las fuentes consultadas admiten que no estamos en 2009, cuando los 13 escaños de Antonio Basagoiti fueron clave para echar a los nacionalistas de Ajuria Enea y ubicar al socialista Patxi López como Lehendakari. Mucho ha cambiado el escenario, señalan. Porque ahora el PSE no está en condiciones de poder gobernar. Si miran al PNV en el PP no ven un panorama mejor. Señalan que Iñigo Urkullu no está por buscar apoyos en ellos, sino más bien por acercarse a Bildu y a Podemos.
La última encuesta del Gobierno Vasco ubicó a Podemos empatado en escaños con EH Bildu: 17 cada uno. La coalición abertzale tiene ahora 21. El PNV seguiría a la cabeza con 24 escaños, tres menos que en 2012; el PSE, pasaría de 16 a 9 y el PP obtendría 7 frente a los 10 que tiene ahora. Ciudadanos se haría con un escaño y UPyD se quedaría fuera.
Con estos elementos en la coctelera, el PP cree que ser "decisivo" significaría tener el máximo número posible de escaños para poder conformar "un bloque fuerte que sirva de contrapeso y que sea capaz de defender la realidad estatutaria". "El PNV no nos quiere. La autodeterminación se la ofrece mejor el PSE o Podemos", mantiene un miembro de la dirección del PP vasco. "Diez u once escaños pueden suponer desequilibrar la balanza hacia un lado o hacia el otro. Puede llevarnos a poner sobre la mesa una serie de compromisos para la legislatura y estar en el juego político", añade.
Los nacionalistas vascos entienden que el PP esté manteniendo este discurso porque, señalan, forma parte de la estrategia de un partido en campaña. Pero añaden un matiz muy importante. Alonso y los suyos, señalan, tendrán que retratarse en la votación de la investidura a lehendakari y apostar por uno de los dos bloques: el PNV y Bildu o Podemos. En la cabeza de nadie entra que vayan a ponerse del lado del segundo de los bloques. El reglamento de la Cámara vasca deja pocas opciones al PP.
"En la votación pública por llamamiento para la investidura, cuando hubiera más de un candidato a lehendakari, los parlamentarios, al ser llamados para la votación pública nominal, responderán con el nombre de
uno de los candidatos, o bien declararán que se abstienen", puede leerse en las normas de funcionamiento del Parlamento Vasco. ¿Va a absternerse el PP si se da el caso de tener que elegir entre los nacionalistas vascos o el resto de fuerzas? La situación es endiablada para el partido de Rajoy.
No obstante, en el PP vasco señalan que "tal y como se ha comportado en PNV en los últimos meses, aliándose con los radicales", no hay que descartar que el PNV acuda a la investidura de la mano de Bildu o Podemos. Pese a esta apreciación de los conservadores, en los últimos años el socio preferente del PNV en el Parlamento Vasco ha sido el PSE. "Tampoco es nada descartable un Gobierno PNV-Podemos para ningunear a Bildu", añaden en el PP como otro de los escenarios posibles.
"Pensando en el escenario catalán, en el PNV quieren una España débil. Hay poco que hacer", considera un miembro de la dirección del Grupo Parlamentario Popular dejando la pelota en el tejado del PSOE: "El PNV se ha metido en el tema de la consulta porque también lo lleva Bildu. En el PNV prefieren un Gobierno de Pedro Sánchez". Al respecto, este mismo viernes Aitor Esteban volvió a ser claro advirtiendo a PSOE y PP que no cuenten con ellos para llegar al Gobierno central.
La clave sigue siendo el PSOE
El PP asume que a partir de este sábado y, hasta después del 25S, todas las formaciones, ellos incluidos, estarán volcados en las dos campañas autonómicas. Esa será la prioridad. Creen difícil que algo se mueva, pero no van a desaprovechar la oportunidad de seguir dirigiendo toda la presión hacia Pedro Sánchez. Los conservadores confían en que el malestar de algunos barones del PSOE con la no alternativa de su jefe de filas acabe conduciendo a un Comité Federal en el que se tome una decisión que lleve al desbloqueo. El discurso de Sánchez de esta semana fue precisamente en la línea contraria: ratificarse en su negativa. Pero los más optimistas en el PP aseguran que "en política todo es posible".
Al hilo de lo anterior, sectores del PP creen que Sánchez está "bloqueando España" para garantizar su "supervivencia política" y que sólo un batacazo en las vascas y gallegas puede llevarle a quedar tan deslegitimado que no va a tener después fuerza interna para seguir defendiendo su negativa a facilitar un Gobierno del PP.
Si lo anterior no ocurre, señalan los conservadores, "vamos sin solución a unas terceras elecciones". Descartan, pues, la vía PSOE-Podemos-Ciudadanos que algunos dirigentes socialistas creen que su jefe debería explorar. En teoría, el pacto de Albert Rivera con Mariano Rajoy caducaba este viernes. Pero tanto en el PP como en la formación naranja insistían en darle continuidad. De todos modos, el hecho de que Rivera pidiese al PP otro candidato más "viable" disparó todas las alarmas en el PP. El enfado a última hora de la noche del viernes era mayúsculo en las filas conservadoras.
¿Qué opina el PNV?
Los nacionalistas vascos ven difícil que tras el 25S haya un movimiento en Madrid. En este sentido, consideran muy relevantes las palabras de Andoni Ortuzar, presidente del PNV, en el inicio del curso político hace una semana.
En este sentido, recuerdan que éste fue muy tajante diciendo que no iban a apoyar el PP antes del 25S y el 26 de septiembre tampoco.
"Ni hoy ni el 26 de septiembre el PNV va a apoyar a Rajoy y al PP para que gobiernen España de la mano con Ciudadanos. ¿Queda claro?", señaló.
"Nos siguen metiendo en una dinámica en la que cada cual elude sus responsabilidades, tratando de endosar a los demás unas decisiones que no son nuestras", sostuvo, al tiempo que se preguntó que si, "de la noche a la mañana", al PNV se le han olvidado los cuatro últimos años del "rodillo", los "recortes", la "recentralización" y los "recursos" del PP.
Las fuentes consultadas señalan que a los asistentes les sorprendió la contundencia de Ortuzar. "Es verdad que estamos en campaña, pero sus palabras fueron muy claras", señalan.
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Los nacionalistas vascos están convencidos de que el PP no podrá desempeñar un "papel importante", no tanto porque sus escaños no puedan ser decisivos, sino porque el PP no puede apoyar al otro bloque alternativo al PNV, es decir a Bildu o a Podemos. "Aunque aritméticamente pudiesen ser relevantes, políticamente tendrían poco juego", añaden en este sentido.
Las mismas fuentes admiten que el escenario ideal es que puedan sumar en las urnas junto al PSE, que no descartan que pueda ocurrir. De lo contrario, intentarán la "geometría variable".
Pese a que PP y Ciudadanos venden lo contario en estos días, desde el PNV señalan que las seis páginas del discurso de Rajoy dedicadas a la nación española no se pueden interpretar precisamente como algo que favorezca un posible entendimiento con ellos.