Memoria democrática

El PP pide justicia para los crímenes del “nazismo y del comunismo” mientras defiende la impunidad del franquismo

El presidente del PP, Pablo Casado.

Fernando Varela

En línea con el lema de campaña de su candidata por Madrid, Isabel Díaz Ayuso, Comunismo o libertad, el PP llevó este martes al Congreso una iniciativa para condenar el comunismo, al que atribuyó los crímenes cometidos en su nombre por los regímenes totalitarios de la antigua Unión Soviética o de las desaparecidas dictaduras del Este. Un debate durante el cual trató de equiparar el comunismo al nazismo y exigió su condena.

El nazismo y el comunismo sí, pero el franquismo no. El PP pretendía que la Cámara Baja ratificase una resolución del Parlamento Europeo del año 2019 que hace año y medio pidió “a todas las instituciones y agentes de la Unión que hagan todo lo posible para asegurarse de que los atroces crímenes totalitarios contra la humanidad y las graves violaciones sistemáticas de los derechos humanos sean recordados y llevados ante los tribunales, y que garanticen que estos crímenes no vuelvan a repetirse jamás”, olvidando su oposición a que la justicia se ocupe de los crímenes del franquismo.

Lo paradójico de la propuesta del PP, defendida por su portavoz, Cuca Gamarra, no se agota ahí. El partido de Casado reivindicó la resolución del Parlamento Europeo, que pide expresamente “apoyo efectivo a los proyectos que promueven la memoria histórica” y “recursos financieros suficientes con el fin de apoyar la conmemoración y el recuerdo de las víctimas del totalitarismo”.

Una idea que choca frontalmente con la política del PP, contraria a la persecución de los crímenes del franquismo, y con su rechazo de la legislación de memoria histórica. El Gobierno de Mariano Rajoy se jactó durante su mandato de no dedicar ni un euro a la búsqueda de los 140.000 españoles desaparecidos durante la dictadura y a la exhumación de las fosas en las que el franquismo enterró a los asesinados.

El partido de Casado pretendía que el Congreso hiciese suya una demanda de la Cámara Europea que alude a los crímenes del nazismo y del estalinismo, entre otras regímenes totalitarios y autoritarios, mientras se niega a apoyar cualquier iniciativa que busque la reparación de los víctimas del franquismo, cuyos crímenes siguen impunes en aplicación de la Ley de Amnistía de 1977, cuya derogación exige Naciones Unidas por ser contraria al derecho internacional.

En apoyo del PP acudieron Vox y Ciudadanos. Y, aunque con matices, el PDeCAT y el PNV, si bien los nacionalistas vascos pusieron como condición para respaldar la propuesta que el texto final incluyese una condena del franquismo. “¿Cuántas veces han condenado ustedes el franquismo?”, reprochó al PP el portavoz vasco, Joseba Agirretxea. Una sola, se respondió él mismo. En cambio, “se han negado a hacerlo” en más de media docena de ocasiones.

En contra de la propuesta del PP cerraron filas los demás grupos, en un debate tenso en el que la mayoría de los portavoces rivalizaron a la hora de relatar desde la tribuna experiencias personales y narraciones de víctimas de Auschwitz, la Rumanía de Ceaucescu o el franquismo.

Entre ellos Joan Josep Nuet (ERC), evocando la experiencia es su padre en los campos de concentración de Franco después de luchar en defensa de la república. O la memoria de sus camaradas torturados y asesinados en la Puerta del Sol o en la comisaría de Vía Laietana en Barcelona.

Nuet recordó a su padre para representar en él la lucha por la libertad protagonizada por los comunistas españoles, muchos de ellos víctimas no sólo del franquismo sino también de nazismo con el que el PP trata de equipararles.

Política del odio

Santiago Romero, secretario general del PCE y diputado de Unidas Podemos, citó el argumento de autoridad de Miguel Herrero, padre de la Constitución y hoy en las filas del PP, para recordar la contribución del comunismo a la lucha por la libertad y la democracia. Y lo contrapuso a la presidenta Ayuso, que asegura que ser llamada fascista es “estar en el lado bueno de la historia”.asegura En su “competición” con Vox están degradando la democracia “y a ustedes” mismos, acusó. “No vuelvan a hacer política con el odio y el enfrentamiento entre españoles”. Y “no lleven a la ultraderecha al gobierno”, concluyó en referencia a la decisión del PP de dar entrada a exdiputados de Vox en el gobierno de Murcia y de abrir a los de Abascal el Ejecutivo de Madrid después de las elecciones del 4M.

A la tribuna subió también Rafael Simancas (PSOE) para hacer una encendida defensa de la “legítima” presencia de socialistas y comunistas en el Gobierno de España y reivindicar la memoria de Santiago Carrillo o Marcelino Camacho. Y para denunciar la actitud del PP presentando esta iniciativa mientras rompían a martillazos la placa que homenajeaba en Madrid a Francisco Largo Caballero, internado durante dos años por los nazis en el campo de concentración de Sachsenhausen (Alemania). O mientras ofrecen a la ultraderecha consejerías en Murcia y pactan con ellos en Madrid y Andalucía.

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Oskar Matute (EH Bildu) se acordó de Miguel Hernández, poeta y comunista al que el franquismo condenó a morir en prisión. Y rememoró la cita de Franco con Hitler en Hendaya en la que participó Eugenio Espinosa de los Monteros, un general que traicionó a la república y que en aquel momento era el embajador del franquismo en la Alemania nazi. “Si quieren justicia y reparación, empiecen por limpiar sus propias casas. Los nazis tuvieron Nuremberg; aquí amnesia impuesta”, subrayó recordando que el fundador del PP fue Manuel Fraga, destacado ministro de Franco antes de Transición.

La alusión al embajador no pasó desapercibida al portavoz del Vox, Iván Espinosa de los Monteros, que no dudó en tomar la palabra para reivindicar la memoria de su pariente. Era “abuelo de unos primos segundos” de su padre, explicó. El presidente del Congreso en esos momentos, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis (PSOE), no le permitió seguir interviniendo para quejarse de que su grupo hubiese sido tachado de fascista.

Fue la suya una intervención complementaria a la del diputado de su grupo que defendió el voto a favor de la propuesta del PP, el parlamentario sevillano Francisco José Contreras. En ella, además de recordar los millones de personas asesinadas en la antigua Unión Soviética o en Camboya, pidió al PP —el autor de la iniciativa— que aprovechase para “rescindir” el acuerdo con el Partido Comunista Chino que los de Casado firmaron en 2013.

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