Privatización de la sanidad

¿Cómo se privatiza la sanidad?

Modelo PPP (partenariado público-privado) o Alzira. Se trata de un sistema en el que la Administración, que oferta la concesiones, cede a una Unión Temporal de Empresas (UTE) la financiación, construcción y gestión del hospital. Aunque la titularidad sigue siendo pública, estas compañías se encargan de todo y contratan incluso al personal sanitario. A cambio la Adminsitración les paga una cantidad por paciente al año y el excedente queda en manos de estas concesionarias.

El Hospital de Alzira fue una experiencia piloto puesta en marcha en la Comunitat Valenciana en la que la UTE estaba integrada por Adeslas (51%), Bancaixa y la Caja de Ahorros del Mediterráneo (45%) y las constructoras Dragados y Lubasa (con el 2% cada una). Posteriormente este modelo se amplió a los hospitales de Torrevieja, Denia, Manises y Elx-Crevillent y a otros cinco centros en Madrid, entre ellos los de Torrejón de Ardoz, Móstoles, Valdemoro o Collado Villalba. 

Modelo PFI (iniciativa de financiación privada). En esta fórmula de gestión mixta consiste en que la empresa concesionaria construye la infraestructura sanitaria a cambio de la gestión del edificio sanitario y la provisión de servicios no sanitarios. Es decir, la Administración cede a la concesionaria la financiación, construcción y gestión de la parte no sanitaria de los hospitales (administración, limpieza, alimentación, lavandería, aparcamiento, locales comerciales, etc.) y esta le paga un canon durante 20 o 30 años para el funcionamiento y gestiona la parte sanitaria. Médicos, enfermeros y auxiliares, por tanto, siguen siendo funcionarios o empleados públicos. Las empresas concesionarias se reparten las responsabilidades y los beneficios.

Los bancos adelantan el dinero de la obra mientras que las constructoras levantan los edificios y corren con el 20 % del coste. Bajo esta fórmula operan los hospitales de Baix Llobregat (Cataluña), Son Dureta (Baleares), Burgos y Salamanca. También siete hospitales en Madrid. Y seis de ellos (los de Vallecas, Arganda, Coslada, San Sebastián de los Reyes, Aranjuez y Parla) son los que la Comunidad ha sacado a concurso para entregarlos enteramente a manos privadas, es decir, al modelo PPP. Esta fórmula deja la inversión al margen del cómputo del déficit y la deuda pública a efectos del Sistema Europeo de Cuentas, por lo que posibilita construir una infraestructura sanitaria sin que tenga impacto en los objetivos de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera comprometidos con la UE. 

Externalización de servicios hospitalarios: laboratorios. Es una práctica que consiste en subcontratar a empresas privadas para que se encarguen de ofrecer determinados servicios hospitalarios en los centros sanitarios públicos. En Madrid, detalla el informe, se ha concedido al sector privado mediante la fórmula de subcontratas o externalizaciones, el laboratorio central de San Sebastián de los Reyes. Es privado y da cobertura a seis hospitales públicos que se construyeron sin este servicio.

En la Comunitat Valenciana se ha hecho lo mismo con la Sociedad Erescanner Salud que gestiona el servicio de Resonancias Magnéticas en Valencia. En Galicia también se han externalizado los servicios de Anatomía Patológica y de Diálisis Renal, a empresas presididas por personas cercanas al poder. 

Externalización de recursos estratégicos: informática o citas. Cada vez es más habitual también que empresas privadas se encarguen de la gestión de otros servicios de corte administrativo en el sistema público de salud. Así, se trata de sacar a concurso la gestión de los planes de salud, los concursos de adjudicaciones de recursos y contratación de personal, las centrales de compras, la gestión estratégica, los sistemas de información, las plataformas informáticas, los sistema de citas de pacientes o los servicios de mantenimiento. La privatización de los sistemas de información permite a las empresas privadas conocer desde dentro el sistema sanitario, sus puntos fuertes y sus debilidades, algo fundamental para estar al tanto de sus partes más rentables.

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Externalización de servicios no sanitarios: cocina o lavandería. La privatización es todavía más común en otros servicios no sanitarios como las cocinas, la lavandería, la limpieza o el mantenimiento. La Comunidad de Madrid, por ejemplo, pretende que todos los servicios de cocina de los hospitales tradicionales estén gestionados por empresas de restauración y también planea la privatización de la gestión de la lavandería central.

Unidades de Gestión Clínica. Se trata de iniciativas encaminadas a descentralizar los centros sanitarios a través de la creación de unidades que integran recursos y profesionales de diferentes especialidades, disciplinas y niveles asistenciales. Un ejemplo son los que existen en el Hospital Clínico de Madrid (Oncológico, Cardiovascular, Neurociencias...). Estas unidades tienen plena autonomía para organizarse, financiarse y para establecer relaciones con otras unidades y centros. Además se les permite generar y apropiarse de los beneficios económicos que generen en su actividad. Su objeto es la búsqueda de una mayor flexibilidad en la gestión, al pasar del marco normativo público-administrativo al propio del derecho privado, que es más flexible. 

Fundaciones sanitarias públicas. Se trata de sociedades mercantiles creadas por la Administración pública aunque tienen personalidad jurídica privada. Estas fundaciones no se rigen por Ley de Contratos del Estado, sus órganos rectores son patronatos, su personal está regulado por el Régimen Laboral y se financian por contratos programa. Algunos ejemplos son la Fundación Jiménez Díaz o el Hospital de Alcorcón, en Madrid.

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