La estrategia de las derechas
El PP catalán pasa en solo un mes de considerar "radioactivo" a Puigdemont a estar "encantado" con sus votos

"Todo el mundo que se ha acercado a Carles Puigdemont ha salido trasquilado, porque es un producto altamente tóxico y radioactivo, y creo que no haberme acercado nunca a él no me ha venido mal". Son las palabras del líder del PP catalán, Alejandro Fernández, en una entrevista para Europa Press el pasado 20 de diciembre en la que pedía, además, no otorgar a Junts "la llave de la política" en Madrid por ser "un partido que quiere destruir la democracia española": "No hay que darles la llave, hay que quitársela", insistía.
El líder del PP catalán siempre ha advertido del "peligro" de una relación con Junts per Cataluña, la formación liderada por Puigdemont, que pueda ir más allá de votaciones puntuales. Sus advertencias contrastan con el empeño de Alberto Núñez Feijóo —el último, este mismo lunes en la entrevista en Onda Cero— en que los posconvergentes le apoyen de cara a una eventual moción de censura: "Si los señores de Junts quieren elecciones y apoyan una moción de censura, tengan la seguridad de que la presentaré si tengo los apoyos suficientes para sacarla". Es decir, el de Vox y el de Junts.
Feijóo insiste en esa fórmula, pese a que los independentistas y Vox se consideran mutuamente incompatibles, prometiendo elecciones generales de inmediato en caso de recibir su apoyo. Un escenario que Feijóo sabe que no está encima de la mesa pero con el que Génova busca trasladar que el PP es un partido con capacidad de diálogo que no tiene únicamente como socio a la ultraderecha de Santiago Abascal. "Creo que soy bastante más fiable que el señor Sánchez", aseguró Feijóo frente a los micrófonos de Carlos Alsina, en Onda Cero. "Al menos Puigdemont puede ya llegar a esa conclusión", añadió.
El líder del PP se refirió también a los contactos que mantuvo con Junts de cara a su investidura, finalmente fallida. La cúpula de Génova admitió en enero del pasado año que se reunió con representantes de la formación independentista y que sopesó durante 24 horas concederles la amnistía e incluso abrió la puerta a dar un indulto condicionado al expresident de la Generalitat. El responsable de ese diálogo fue el vicesecretario de Política Institucional del partido, Esteban González Pons, que, para tratar de allanar el viaje de Feijóo decía: "Más allá de las acciones que cuatro personas, cinco, diez, las que fueran, llevaran a cabo, [Junts] representa a un partido cuya tradición y legalidad no está en duda".
"Si Junts y Vox quieren coincidir en una moción, estaremos encantados"
Fue precisamente la posibilidad de negociar con Junts lo que hizo estallar las discrepancias internas con Fernández, que se mostró abiertamente en contra de cualquier acercamiento. En la citada entrevista con Europa Press, el catalán aseguraba que lo que Puigdemont busca es una "amnistía política" en forma de visita a Waterloo: "Nosotros ni queremos, ni podemos, ni lo haremos jamás, y jamás es jamás", decía.
Este lunes, sin embargo, Feijóo no quiso responder a la pregunta, formulada en varias ocasiones por Alsina, de si estaría dispuesto a viajar hasta la ciudad belga para reunirse con el expresident catalán, si bien horas después el portavoz del partido, Borja Sémper, despejaba la incógnita. "Feijóo no se va a ver con el señor Puigdemont. No va a viajar a ningún otro país para verse con Puigdemont, ya está", zanjaba.
Con todo, la apuesta de la dirección del PP es clara: presionar a Puigdemont para que se abra a apoyarles de cara a una moción frente a un Sánchez que "no cumple" con su palabra. Consideran que deben aprovechar el momento después de que el líder de Junts, al que desde las filas del PP han definido en múltiples ocasiones como un "prófugo de la justicia" e incluso como un "terrorista", lanzara su órdago para exigir que el presidente del Gobierno se sometiera a una cuestión de confianza y amenazara con no aprobar los Presupuestos Generales del Estado, pieza clave para la estabilidad de la legislatura.
Hasta la fecha el PP catalán, que únicamente se había mostrado a favor de alcanzar pactos puntuales con Junts, había cerrado la puerta a esta vía. Pero este lunes el portavoz de la formación en Cataluña y figura al alza dentro del partido, Juan Fernández, aseguró que estaría "encantado" de aceptar el apoyo de los posconvergentes. "Si Junts y Vox quieren coincidir en una moción de censura para hacer un reset a la política española, estaremos encantados", subrayó, aunque precisó que no aceptarían "chantajes" de nadie.
Génova y el PP catalán aplazan 'sine die' su congreso
Lo cierto es que las declaraciones del portavoz del PP catalán evidencian un choque estratégico entre Génova y Alejandro Fernández que viene de lejos y que no se limita únicamente a Junts. En una reunión del comité Ejecutivo nacional del partido celebrada en mayo tras las elecciones en Cataluña, Feijóo aseguró que el procés no había muerto porque "el sanchismo" lo necesitaba para "subsistir en Moncloa" pese a que Fernández había asegurado minutos antes que el veredicto de las urnas era "inapelable" y que los catalanes habían trasladado el mensaje de que "el procés se acabó". Ante la insistencia de Génova, lo que acabó defendiendo el presidente del PP catalán es que iba producir un "nuevo procés" en toda España gracias al proyecto federalista de los socialistas.
Lo que subyace es la pugna por la estrategia que deben seguir en Cataluña. El objetivo de Feijóo es devolver al PP catalán a los años dorados de Alicia Sánchez-Camacho, en los que llegaron a obtener 19 escaños lo que les permitió, incluso, pactar los presupuestos con el Ejecutivo de Artur Mas. Aunque Fernández salió reforzado tras las últimas autonómicas, en las que el PP quintuplicó el resultado obtenido tres años antes, Génova mantiene sus recelos sobre el político catalán, al que Feijóo no quería como candidato.
Feijóo presentará una moción de censura para convocar elecciones si Junts la apoya
Ver más
Sin embargo, el adelanto electoral en Cataluña precipitó su elección ya que el líder del PP quería evitar la imagen de división. El plan de la cúpula antes de las elecciones era situar como líder del partido a la actual portavoz en Bruselas, Dolors Montserrat, pero tras el buen resultado cosechado por Fernández, Génova firmó una paz temporal que, por ahora, continúa, con un Fernández instalado en la dirección de manera interina desde 2022.
La dirección nacional del PP no tiene ninguna prisa para celebrar el congreso del PP de Cataluña, pese a que se trata del único que sigue pendiente desde que Feijóo llegó hace casi tres años a la presidencia del partido. En el entorno del presidente conservador han evitado confirmar a Fernández como el próximo líder y el catalán tampoco ha desvelado si dará esa batalla. Aunque en un primer momento Génova apuntó a que se abordaría tras las europeas, ahora evitan fijar plazos, al igual que el PP catalán.
El pasado jueves el PP de Cataluña celebró la reunión del grupo parlamentario y del comité ejecutivo para iniciar el curso político. Una de las conclusiones a las que se llegó, según adelantó La Vanguardia, fue la de apartar la pugna interna postergando el congreso sin fecha prevista y alimentar la batalla "ideológica" frente al Govern de Salvador Illa frente a las múltiples incógnitas de lo que pueda suceder a nivel nacional.