El regionalista Miguel Ángel Revilla fue investido este viernes como presidente de Cantabria tras obtener el apoyo de 17 de los 35 diputados del Parlamento: los del PRC y PSOE, y la abstención de los tres de Podemos. Revilla asumió el cargo "extendiendo la mano" y pidiendo "ayuda" a todos los grupos para sacar a Cantabria de su situación y que "recupere algo" de lo que tenía y ha "perdido".
Revilla no se hizo con el apoyo del PP –con 13 diputados– y Ciudadanos –con dos–, que mantuvieron la negativa del pasado miércoles.
Antes de la votación, Revilla dio las "gracias" a todos los grupos parlamentarios, sea cual fuera a ser su intención de voto, y aseguró que con su investidura se abre para él una "etapa ilusionante" y "complicada".
Sin embargo, será "más fácil" que en 1975 –dijo– cuando defendió el cambio de nombre de la provincia, que entonces era Santander y paso a llamarse Cantabria, y reclamó la autonomía con el rechazo generado.
En contraposición a esa época, afirmó que ahora hay un "pueblo concienciado", dispuesto a "trabajar con el Gobierno si el Gobierno responde a sus expectativas".
En su discurso, el regionalista volvió a señalar a la educación, sanidad y dependencia como los tres sectores que más han padecido la etapa "durísima" de recortes, de manera que se los toma como "prioridades". Y otra prioridad más, en este caso el empleo.
Potenciar la industria, de la que Cantabria –dijo– tiene "experiencia", "añoranza" y "oficio"; desestacionalizar el turismo y potenciar una "pujante" industria agroalimentaria, seguir exigiendo el AVE, y dar un "giro de 180 grados" a la relación con los ayuntamientos.
La investidura de Revilla fue posible gracias al 'sí' del PSOE y a la abstención de Podemos, cuya portavoz, Verónica Ordóñez, achacó la postura de su grupo porque la situación de "emergencia social" que, a su juicio, atraviesa la comunidad autónoma, "necesita la respuesta inmediata de un nuevo Gobierno".
A pesar de que las actuaciones del líder regionalista al frente del Gobierno en pasadas legislaturas "nos obliga a ser cautos", Ordóñez indicó que su partido confía en que el Ejecutivo PRC-PSOE cumpla con los compromisos adquiridos por Revilla con Podemos y que buscan "construir una Cantabria más justa y digna para todos". "Velaremos por el íntegro cumplimiento de estos compromisos", advirtió.
PRC y PSOE, que sustentaron a Revilla para ser investido, defendieron que el proyecto de futuro que encabezará hara que Cantabria sea la "mejor alternativa" y que se convierta en una "región más próspera y solidaria".
Por el contrario, PP y Ciudadanos justificaron su negativa a apoyar o a facilitar la investidura de Revilla, que los anteriores gobiernos regionalistas "empobrecieron Cantabria", aumentaron la deuda de "forma galopante", y casi avocaron a la comunidad a la intervención, aseguró el portavoz conservador, Ignacio Diego.
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A pesar de sus críticas, Diego indicó que el PP estará "en disposición de dialogar por responsabilidad y por el bien de los cántabros".
Por su parte, el portavoz de Ciudadanos, Rubén Gómez, enfatizó su "no" a la investidura en que "usted no ha tenido ni la decencia de leer" el documento por la regeneración democrática elaborado por Ciudadanos, le dijo a Revilla.
También aprovechó para lamentar que ninguno de los partidos representados en la Cámara (PRC, PSOE, PP y Podemos) hayan "querido firmar" ese compromiso a nivel autonómico, cuando su partido considera que contiene "todas las medidas que son propicias" para la comunidad autónoma.
El regionalista Miguel Ángel Revilla fue investido este viernes como presidente de Cantabria tras obtener el apoyo de 17 de los 35 diputados del Parlamento: los del PRC y PSOE, y la abstención de los tres de Podemos. Revilla asumió el cargo "extendiendo la mano" y pidiendo "ayuda" a todos los grupos para sacar a Cantabria de su situación y que "recupere algo" de lo que tenía y ha "perdido".