Entrevista al líder de CCOO

Unai Sordo: "Un gobierno con Vox de por medio derogaría hasta el Estatuto de los Trabajadores"

Unai Sordo, secretario general de CCOO, en la redacción de infoLibre

Unai Sordo (Barakaldo, 1972) es el secretario general de la mayor organización sindical en España, Comisiones Obreras (CCOO). Y tiene claro que ese va a seguir siendo su lugar. "Yo me dedico al sindicato y no voy a ir en ninguna candidatura de ningún partido político", asegura en conversación con infoLibre, después de que algunos medios le situaran como una de las cabezas visibles en la futura plataforma de la vicepresidenta Yolanda Díaz. "Es un bulo, una fake news, ni ella me ha planteado nada por el estilo ni yo tengo nada por el estilo en la cabeza", zanja. Sordo presume de la afiliación al sindicato que dirige, que casi llega al millón de afiliados, y la compara con la que se da en los partidos políticos: "Vox no tiene afiliación, el PP tiene cuatro gatos afiliados de verdad, lo vemos cuando hay primarias", apunta. Sin embargo, también señala que el modelo sindical español no favorece la afiliación, aunque no se muestra partidario de cambiarlo.

Sordo atiende a este diario dos días después de reunirse con el recién estrenado líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. Del dirigente gallego espera que revise "la política de tierra quemada" que llevó a cabo su predecesor en el cargo, Pablo Casado, respecto al diálogo social. "Tendrá que decidir si cambia de postura o si se deja llevar por lo más radical y trumpista de su partido, que es el PP de Madrid", afirma.

El pasado martes se reunió con Feijóo en la sede del PP y le dejó claro que no apoya una bajada masiva de impuestos. ¿Encontró puntos en común?

Nos planteó de viva voz y sin entregarnos ningún documento una serie de medidas de carácter fiscal. Nosotros lo que le dijimos es que CCOO no va a compartir ninguna bajada permanente y generalizada de impuestos y que, a partir de ahí, como el diablo está en los detalles, nos pronunciaremos cuando nos pasen un documento indicando exactamente lo que plantean. Lo digo porque algunas de las cosas que se han hecho públicas, como la bajada del IVA eléctrico para llevarlo al superreducido o según qué actuaciones en los tramos más bajos del IRPF son planteamientos que CCOO hizo hace un par de meses, en un artículo que precisamente publicasteis en infoLibre. O la prestación de 300 euros para personas que están en entornos salariales de 1.000 euros para pensiones no contributivas y personas desempleadas es una propuesta que ya hemos hecho y que afectaría a unos nueve millones de personas. Cuando veamos las propuestas comprobaremos si hay una coincidencia real con eso que el sindicato ya ha planteado.

Feijóo lo que quiere lanzar es un cambio de registro respecto a la posición de oponerse a todo que tenía hasta ahora el Partido Popular de Casado y el Gobierno lo tendrá que evaluar. Pero nosotros en materia fiscal siempre vamos a poner el foco en que España recauda 5 puntos y medio menos de PIB respecto a la media de la Unión Europea.

También le pidió que reconsiderara la posición del PP en algunos acuerdos sociales, como la reforma laboral. ¿Percibió un cambio de criterio respecto a la posición de Pablo Casado?

Se lo planteé pero no obtuvimos respuesta, la reunión solo duró una hora. Pero sí le hemos planteado que más allá del gesto de reunirse con los agentes sociales, estamos en un punto tan importante que esto no va de gestos, va de saber si el PP va a reconsiderar la política de tierra quemada que ha hecho en los últimos años respecto al diálogo social, donde se ha opuesto a la reforma laboral, a la reforma de pensiones, a algunas de las negociaciones de los ERTE, que eran producto de acuerdos pactados con los sindicatos pero también con las asociaciones empresariales. Esa política es la que el nuevo presidente tendrá que decidir si revisa o si se deja llevar por lo más radical y trumpista de su partido, que es el PP de Madrid.

La crisis social y económica derivada de la guerra de Ucrania ha dejado a nuestro país en una situación complicada. ¿La respuesta del Gobierno ha sido todo lo ambiciosa que ustedes esperaban? ¿Qué ha faltado?

Yo creo que en líneas generales no ha sido lo suficientemente contundente ni ambiciosa. En el conflicto más agudo que ha tenido, que es el de los precios del carburante y la logística de transporte, tuvo que actuar, seguramente más lentamente de lo necesario, pero actuó de la única manera que podía hacerlo. Sin embargo, eso no significa que deba consolidar un modelo de transporte de carretera que tiene serios déficits en España. Por otro lado, el Gobierno ha tenido valor para afrontar una propuesta en Europa que podría servir para reducir los precios de la energía. Pero hay que ver en qué se concreta, hay un impasse de espera, esto de la excepción ibérica puede servir para reducir los precios de la luz, los precios energéticos y el resto de los precios. Apoyamos al Gobierno pero tenemos que ver los resultados.

Donde el Gobierno se ha quedado corto es en materia de protección de las rentas más bajas. Con una inflación disparada, hay muchas personas en este país con rentas mileuristas o menos que necesitarían una medida mucho más ambiciosa y que le vamos a seguir reclamando al Gobierno. Hay mucha gente en situación crítica pero eso no se soluciona sólo con bonos energéticos, que aluden a un coste que ha incrementado el de la luz y el gas, pero hay otros muchos costes en la cesta de la compra, y ahí tiene que ser más ambicioso. 

Ustedes han defendido un pacto de rentas, pero la patronal discrepa. ¿Qué ha sucedido y qué esperan conseguir?

Un pacto de rentas tiene que incluir un pacto salarial, pero un pacto salarial por sí solo no define un pacto de rentas. Un pacto de rentas necesita tres acuerdos: uno energético, otro fiscal y otro salarial. El energético, en la medida que se contengan los precios y quede claro quien va a pagar esa factura, es decir, la reducción de los beneficios caídos del cielo de las eléctricas no puede recaer de nuevo en la población. No podemos pagar todos el desvarío de cómo se fijan los precios energéticos, donde todo se paga al precio de lo más caro. Tendría que haber un gran consenso frente a esto.

Respecto al pacto fiscal, en nuestra opinión no hay que reducir los impuestos masivamente sino que hay que apostar por una mayor aportación de quien más tiene. Seguramente no es el momento de hacer una intensa reforma fiscal, pero en el plazo de lo que queda de legislatura el Gobierno tendría que ser valiente para hacerla. Y el acuerdo salarial, que podría formar parte de ese pacto de rentas, para CCOO tendría que conllevar unas cláusulas de revisión salarial.

¿Es usted optimista?

De momento no, la CEOE se ha negado taxativamente y si no se garantiza el poder adquisitivo de los salarios para este año va a haber un proceso incipiente de movilización. Lo que no podemos consentir es que aunque la inflación es enorme, el 9,8%, no es realista pensar que los salarios vayan a subir tanto, pero sí es probable que la inflación baje en la parte final del año. Si firmamos una  subida salarial por debajo del IPC es a cambio de que haya cláusulas de revisión que a lo largo de este año y el próximo puedan cubrir el hipotético diferencial entre salarios y precios. No vamos a firmar un acuerdo que consolide una pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores.

Hablaba usted ahora de movilizaciones y precisamente la última huelga de 24 horas que CCOO secundó fue la de 2012, hace una década, contra las políticas de ajuste del Gobierno. ¿En estos años no ha habido motivos para protestar?

Ha habido infinidad de huelgas y movilizaciones, aunque es cierto que no ha habido ninguna huelga general. Yo creo que en este momento hemos atravesado una pandemia y hemos salido de ella salvaguardando tres millones de puestos de trabajo, se han invertido 40 mil millones de euros en los ERTES, hemos subido el SMI entre 2017 y este año de 700 euros a 1.000 euros, hemos corregido en profundidad la reforma laboral, se está generando un empleo indefinido en porcentajes que no habíamos conocido antes en la historia democrática española. Es decir, en las materias en las que hemos estado involucrados los sindicatos, los avances son evidentes. Y con esos avances la convocatoria de una huelga general no hubiera tenido el mínimo sentido.

Una convocatoria de una huelga general no hubiera tenido el mínimo sentido tras los avances logrados

Otra cosa es la negociación colectiva. Y como no haya un acuerdo salarial que permita salvaguardar las condiciones de la gente, a mí me caben pocas dudas de que vamos a vivir un proceso de movilización, porque lo vamos a impulsar los sindicatos y porque va a surgir naturalmente. Y la CEOE tiene que elegir si quiere tener un cierto orden en la negociación colectiva o quiere propiciar un desorden que lleve a la movilización. Si esto último sucede yo creo que va a haber una fuerte contestación de los sindicatos y de los trabajadores.

Ha citado ahora la reforma laboral y otros acuerdos en los que ha participado activamente la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Su sintonía con ella parece evidente. ¿Le ha planteado formar parte de su futura plataforma?

Radical y taxativamente no. Es un bulo, una fake news. Ni ella me ha planteado nada por el estilo ni yo tengo nada por el estilo en la cabeza, no lo aceptaría. Yo me dedico al sindicato y no voy a ir en ninguna candidatura de ningún partido político. No hay noticia porque no es cierto.

Aclarado este asunto, ¿qué pensó cuando la reforma laboral estuvo a punto de decaer en el Congreso? La propia Díaz sugirió que hubiera dimitido…

Fue un episodio que prefiero no olvidar, fue bastante dramático. Fue un nivel de deterioro de la función de la política muy importante. Todo el mundo sabía que era una buena reforma laboral desde un punto de vista progresista. No es comprensible que partidos progresistas rechazaran una reforma con contenidos muy potentes, aunque se dijo que fue una reforma light, y venía avalada por un acuerdo con el diálogo social. Afortunadamente salió adelante y está empezando a dejar claras las cosas.

No es comprensible que partidos progresistas rechazaran una reforma con contenidos muy potentes

La reforma tiene tres grandes objetivos: estabilizar el empleo y la contratación, recuperar equilibrios en la negociación colectiva y tratar de evitar despidos. Estos dos últimos objetivos va a hacer falta un poco más de tiempo para evaluarlos, pero donde ya podemos cotejar datos es en el tema de la contratación y son espectaculares. Vamos a cuadruplicar o quintuplicar el porcentaje de contratación indefinida en España. Y esto constata que algunos hablan y votan sin saber. Es verdad que no se toca la indemnización por despido, pero se ofrecen alternativas, y al pasar de ser temporal a indefinido, en la práctica sí que estás bonificando el despido.

¿Os sorprendió que la CEOE aceptara?

La CEOE entendió que alguna cosa dejaba intacta, porque no todo lo que nosotros queríamos se incluyó. Yo creo que no era tanto el coste del despido como los procesos de bonificación de condiciones de trabajo de los convenios colectivos, esto que ellos llaman la flexibilidad interna. Para ellos esto era una pieza muy importante. Y en la valoración general entendieron que les valía mejor amarrar eso con un acuerdo dejando abiertas otras opciones. Y esta reforma laboral era muy necesaria para garantizar el flujo de los fondos europeos y la patronal tenía muchos intereses que le llevaron a superar la presión política que tuvo para romper el acuerdo.

¿Cree que un gobierno de PP y Vox la podría derogar?

Un gobierno de PP y Vox puede hacer cualquier barrabasada, espero que nunca veamos ese escenario. Un gobierno del PP sin Vox tendría que decir que apoya la reforma laboral. Uno de los gestos que irían más allá de la foto de Feijóo sería que avalara una reforma que pactó CEOE. No digo hoy, no digo pasado mañana, porque entiendo que necesita tiempo. Y creo que esto nos daría una tranquilidad sobre la vigencia de esta legislación. A mi juicio va a tener difícil regresión porque los datos van a ser muy contundentes. Si pasamos de ser campeones de Europa en temporalidad a estar en la media europea, sería un gran paso. ¿Alguien va a deshacer eso? ¿Vamos a volver al viejo modelo? Habría que tener mucho valor. Pero con Vox por medio, podrían derogar hasta el Estatuto de los Trabajadores.

Un Gobierno con Vox por medio podría derogar hasta el Estatuto de los Trabajadores

El verano pasado se firmó un acuerdo entre los agentes sociales para revalorizar las pensiones en función deI IPC. Algunos economistas apuntan a que si la inflación continúa en los niveles actuales o superiores, esto no sería viable. ¿Cómo lo ven ustedes? ¿Tienen alguna alternativa?

Yo no contemplo ninguna ruptura del acuerdo, que firmamos hace menos de un año. Si no llega a haber acuerdo, los pensionistas hubieran perdido muchísima capacidad adquisitiva, casi 6 puntos menos. Con la actual legislación, los pensionistas van a tener una subida de pensiones correspondiente a la inflación media, que van a suponer más de 9.000 millones adicionales. Es mucho dinero, pero es el compromiso que el Gobierno adquirió con los agentes sociales y no contemplamos ningún escenario que no sea el cumplimiento taxativo del acuerdo.

¿No temen una ruptura del acuerdo, entonces?

No, porque además el Gobierno está siendo claro a este respecto.

Las subvenciones a los sindicatos han aumentado durante el mandato de Pedro Sánchez, pero esto representa un porcentaje muy bajo de sus ingresos anuales, ¿no?

Este es un debate absolutamente absurdo que están promoviendo algunos que quieren que el sindicalismo desaparezca. Y, además, yerran. Lo digan por activa o por pasiva, los sindicatos en España tenemos un nivel de autofinanciación muy alto. CCOO percibe de recursos propios más del 80% de los recursos que se manejan. Yo no sé si estos que despotrican porque recibamos 4 millones de euros de subvención son conscientes de que tenemos ingresos propios de más de 130 millones de euros anuales. Tenemos casi un millón de personas cotizantes, afiliadas al sindicato.

Se nos ha colgado el sambenito de vivir de las subvenciones y eso es un disparate

Y a los que critican que recibamos estas subvenciones, hay que explicarles que en España los sindicatos hacemos diálogo social que afecta al conjunto de los pensiones, hacemos negociación colectiva que se aplica en los convenios colectivos al conjunto de afiliados del sindicato, pero también al conjunto de los trabajadores. Es decir, a 14 millones de personas. Los sindicatos tenemos una función constitucional que nos mandan las leyes y actuamos generando beneficios laborales que van más allá de nuestra filiación. A los sindicatos los votan los trabajadores y por eso somos mayoritarios, no por guapos (risas). Nos votan el 35% a nosotros y algo menos a la UGT. Y a partir de ahí recibimos unas subvenciones que compensan mínimamente el trabajo para los no afiliados que hacemos y que en modo alguno constituyen la base de nuestros ingresos. Estaríamos apañados si dependiéramos de estas subvenciones, si ya las redujeron de forma drástica y no se llevaron por delante a los sindicatos.

En algunos países si no se está afiliado al sindicato, no te afectan las mejoras salariales que se pactan, ¿no?

Sí, un ejemplo es Estados Unidos con el caso de Amazon. Y también hay países en Europa donde los sindicatos gestionan el acceso a la pensión o a la prestación por desempleo, por eso tienen los índices de afiliación que tienen. Sucede, por ejemplo, en Italia, donde la mitad de los afiliados a los sindicatos son pensionistas porque perciben la pensión desde el sindicato, en lugar de hacerlo por la Seguridad Social.

En España no existe eso, tenemos una eficacia general de los convenios colectivos y contamos con un marco del diálogo social que afecta al conjunto de las personas, y que se nos haya colgado el sambenito de vivir de las subvenciones públicas es un disparate de dimensión sideral. Y quien lo hace son los grupúsculos políticos y de opinión que sí viven de las puñeteras subvenciones. Algunos medios de comunicación, si tuvieran que vivir de los periódicos que venden sin la publicidad institucional de por medio, no vivirían. Y respecto a los partidos, Vox no tiene afiliación, el PP tiene cuatro gatos afiliados de verdad, lo vemos cuando hay primarias. Nosotros tenemos 970.000 afiliados que cotizan todos los meses una media de 11 euros. Que la gente multiplique y a ver lo que les sale. 

¿La afiliación a los sindicatos de clase ha bajado respecto a la afiliación a sindicatos profesionales?

Yo tengo dudas de que sea así, porque los datos de afiliación son incomprobables. Yo sé los afiliados que tengo, pero si tú no me crees, no me crees, porque lo único que te puedo enseñar son los ficheros. Los datos que se pueden demostrar oficialmente son los de representatividad, porque hay procesos de elecciones sindicales con actas que se hacen en las empresas y se registran. Entonces, yo sí sé cómo evoluciona nuestra afiliación, que tuvo una caída en la última década, pero la afiliación en los últimos años tiene una tendencia ascendente.

Unai Sordo reitera a Feijóo que España "no necesita una bajada generalizada de impuestos"

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El problema de los sindicatos en España es que tenemos un sistema muy poco proafiliativo. El modelo laboral español tiene muchas ventajas de cara a generar derechos para la gente más débil, pero desincentiva la afiliación. Si el convenio colectivo se aplica igual estando afiliado que no, si el ERTE se aplica igual estando afiliado que no, hay un incentivo a no afiliarse. La nuestra es una afiliación muy a pelo, no gestionamos ningún servicio público. Cuando se dice que solo tenemos un millón de afiliados… Tenemos más que todos los partidos políticos juntos, multiplicados por tres o por cuatro. Y la legitimidad democrática la dan las elecciones y tenemos 95.000 delegados y delegadas, que es más que todas las concejalías de España. Somos la organización más grande de España de lejos, y la evolución de los sindicatos profesionales a efectos de afiliación no te la puedo decir porque no la conozco. Y si cobras dos euros de afiliación puedes afiliar a todo lo que se menea, pero ya te digo que con eso no te sostienes.

¿Es partidario de cambiar el modelo?

No soy muy partidario de hacerlo, porque al final el sistema de representatividad te obliga a legitimarte en las empresas mediante un proceso democrático y esto es muy importante. Y el tema de la aplicación general de lo que pactamos los sindicatos, si el sistema fuera el de aplicación sólo allí donde hay presencia real del sindicato o donde están tus afiliados, en un país con tantas pymes y micropymes las desigualdades se evidenciarían de una manera brutal. Millones de trabajadores dejarían de tener convenio colectivo. Aunque no es lo más rentable desde un punto de vista corporativo, sí creo que es un sistema más justo y equitativo. Yo no lo cambiaría aunque sea poco proafiliativo. El modelo de negociación colectiva es muy potente, y si no el nivel de desigualdad sería mucho mayor.

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