Vox aprieta al PP para colar sus ideas radicales en los Presupuestos municipales y autonómicos pendientes

El Gobierno municipal de Madrid, en manos de Partido Populary Ciudadanos, tiene una semana para convencer a Vox de que den su apoyo a los Presupuestos municipales para 2020. Está previsto que estas cuentas públicas se voten el próximo viernes, 20 de diciembre. No es que la extrema derecha vea con malos ojos el proyecto. De hecho, a la formación liderada por Santiago Abascal le parece bien el 99% de lo que hay ya contemplado. "Vox es parte del 99 % del presupuesto, el 99 % del presupuesto proviene del impulso que llevó en las negociaciones de la investidura", declaró este jueves en rueda de prensa el portavoz del grupo municipal, Javier Ortega Smith. El problema está en el 1% que no comparten.

Lo que Vox propone es sustituir ese 1%, cuantificado en unos cinco millones de euros, por ayudas sociales para 3.000 familias a razón de 150 euros mensuales durante un año. 

¿De dónde saldría ese dinero? Ortega Smith propone que se eliminen los fondos para lo que él llama "chiringuitos" y que sean destinados a esa partida social que propone. Con el término "chiriguito", en Vox se refieren a todo tipo de organismos cuyas funciones o misiones no comparten o consideran superfluos. Un asunto que no deja de chirriar si se tiene en cuenta que cuando Santiago Abascal abandonó el PP vasco se trasladó a Madrid y encontró acomodo en "chiringuitos" que dependían de la Comunidad de Madrid. Era la etapa de Esperanza Aguirre al frente de los conservadores madrileños.

El gasto en "chiringuitos" que calcula la formación de extrema derecha es de 5,2 millones de euros. En esos 5,2 millones incluyen 1,7 millones de euros de duplicidades en servicios, más de un millón de euros para "asociaciones de ideología de género, de memoria histórica o de otras de tipo pseudoecologistas", los dos millones de euros para la Federación Regional de Vecinos de Madrid (FRAVM) y 240.000 euros "sin justificar", informa Europa Press.

El PP habla de discrepancias "pequeñas"

En respuesta, la portavoz del Gobierno municipal en el Ayuntamiento de Madrid, Inmaculada Sanz, reiteró su confianza en las negociaciones con Vox para aprobar los presupuestos de 2020 al considerar que las discrepancias son "pequeñas".

La dirigente conservadora aseguró que se están examinando de forma "detallada" cada una de las subvenciones, "viendo las que tienen o no sentido". "La propia vicealcaldesa [Begoña Villacís] ya habló de la reducción de subvenciones nominativas. Seguimos negociando y hablando con Vox, pero no conocemos sus enmiendas", mantuvo.

Este proceso viene precedido de una oferta de Más Madrid de apoyar las cuentas públicas de PP y Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid para facilitar que el Gobierno municipal no dependiese para este trámite de la extrema derecha de Vox. Una oferta que el Ejecutivo municipal no se acabó de creer del todo y a la que respondió con otro órdago. 

El alcalde, José Luis Martínez-AlmeidaJosé Luis Martínez-Almeida, aseguró que él estaría dispuesto a negociar con Más Madrid, la formación que a nivel nacional lidera Íñigo Errejón, siempre que ellos rechazasen que para la configuración del Gobierno central se pueda negociar con Esquerra Republicana de Catalunyan (ERC), en alusión a los apoyos que el socialista Pedro Sánchez busca para ser investido presidente.

La recta final para la negociación de los Presupuestos del Ayuntamiento de Madrid coincide con uno de los momentos más delicados en la relación de PP y Ciudadanos con Vox, formación gracias a la que gobiernan en el consistorio de la capital y en los ejecutivos autonómicos de Andalucía, Región de Murcia y Madrid. 

El conflicto del reparto de puestos en la Mesa del Congreso

Hace poco más de una semana, la sesión constitutiva del Congreso de los Diputados culminó con un enfrentamiento dialéctico entre PP, Cs y Vox a cuenta de las votaciones para los miembros de la Mesa, el órgano de gobierno de la Cámara. Tras negarse el PP a poner en práctica el "cordón sanitario" a Vox ofrecido por los socialistas, el líder de los conservadores, Pablo Casado, propuso un acuerdo PP-Cs-Vox que garantizaría un reparto en la Mesa a razón de dos asientos para su partido, uno para la formación naranja y otro para la extrema derecha.

El partido de Abascal se negó a participar en el pacto que ofrecía el PP y el resultado fue que Ciudadanos se quedó sin puesto en el órgano de gobierno de la Cámara, los conservadores se hicieron con dos y Vox, con uno. El reparto quedó, pues, con una clara mayoría de la izquierda: seis miembros frente a los tres de la derecha.

Tras la votación, PP y Vox se culparon mutuamente de haber permitido que esa mayoría de izquierda fuera todavía mayor y la extrema derecha advirtió a Casado de que tomaban nota. De que, a partir de ese momento, a lo mejor tenían que dirigir la mirada a PSOE y a Unidas Podemos para aprobar los Presupuestos allí donde gobiernan.

Ese mismo día, desde el PP llamaban a la calma y confiaban en que, más allá de las declaraciones, el enfadado fuese yendo a menos con el paso del tiempo. Lo peor que les podía pasar era, subrayaban, tener que prorrogar los Presupuestos. Y, en ese caso, Vox iba a tener que explicar a sus votantes por qué no se movía a la hora de hacer realidad en las cuentas públicas algunas de las iniciativas que había logrado colar en los pactos acordados con PP y Cs cuando ayudaron a investir a sus candidatos.

La prioridad: el Ayuntamiento de Madrid

Las mismas fuentes han insistido desde ese día en que, de todos los presupuestos, el prioritario era el del Ayuntamiento de Madrid por lo "expansivo" del mismo. Con las cuentas de 2020 que barajan Almeida y Villacís aprobadas no habría problema, aseguran, en que tuviesen que ser prorrogados en ejercicios futuros.

De salvarse ese obstáculo del 1% que plantea Ortega Smith, los del consistorio de Madrid serían los segundos que salen adelante en esta nueva etapa en la que PP, Cs y Vox colaboran en gobiernos autonómicos y municipales. Este mismo jueves recibieron luz verde definitiva las cuentas públicas andaluzas. El Pleno del Parlamento de Andalucía aprobó el Presupuesto para 2020, el segundo del Gobierno de PP y Cs, y que ha contado con el apoyo de la extrema derecha, en virtud del acuerdo presupuestario rubricado por las tres formaciones. Con este trámite, Andalucía se convierte en la primera comunidad autónoma española en tener aprobadas sus cuentas para el próximo año. Ascienden a 38.540 millones de euros.

El acuerdo presupuestario afectaba tanto a los Presupuestos de 2019 como a los del año próximo. Entre otras cuestiones, se acordó poner en marcha un teléfono de atención a las víctimas de la "violencia intrafamiliar", eliminar la "nomenclatura de transversalidad de género" y hablar de "inmigración irregular".

Los siguientes: Murcia y Madrid

Los siguientes presupuestos que tienen que aprobar PP y Cs son los de la Región de Murcia y los de la Comunidad de Madrid. Fuentes de ambos gobiernos regionales consultadas por infoLibre aseguran que ya están trabajando en ello y que hay conversaciones para que puedan salir adelante con el respaldo de la extrema derecha.

En el caso de Madrid, el Gobierno regional informó en septiembre de la prórroga de las cuentas de 2019, alegando la incertidumbre generada por la falta de Gobierno central. "Esta situación repercute directamente a las cuentas públicas regionales para 2020, ya que se desconoce la previsión de ingresos para el próximo año, lo que dificulta la elaboración de unas nuevas cuentas públicas. Por este motivo, la Comunidad de Madrid ha decidido retrasar la aprobación de los presupuestos autonómicos de 2020, ya que la única base disponible ahora mismo para diseñar las próximas cuentas públicas es la correspondiente a 2018", añadían.

En realidad, lo único que impide la aprobación de un presupuesto es que los proponentes de la iniciativa no logren los apoyos parlamentarios suficientes.

En una reciente entrevista concedida a Europa Press, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, avanzó que el consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, se estaba reuniendo ya con el resto de partidos para trabajar en los presupuestos. Y que espera tenerlos listos en primavera.

"Recortes y privatizaciones"

Estas declaraciones de Ayuso fueron puestas en cuarentena por Unidas Podemos. La portavoz de Unidas Podemos IU Madrid en Pie en la Asamblea de Madrid, Isa Serra, aseguró esta misma semana que la presidenta no se ha puesto en contacto con ellos para hablar sobre los presupuestos regionales porque sus políticas "de recortes y privatizaciones" son incompatibles con la formación 'morada'.

Ayuso llegó a la Presidencia de la Comunidad de Madrid con la promesa de una rebaja histórica de impuestos. Se trata de algo que tendrá que esperar. La propia dirigente conservadora lo admitió la semana pasada en el acto institucional con motivo de la celebración del día de la Constitución. 

Dijo que no lo haría al "tuntún". "Ahora la economía española está en un momento de complejidad; lo haré cuando toque, no de cualquier manera". Sólo un día antes la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) recomendaba a las comunidades autónomas aplazar las reformas fiscales a la baja.

El proceso de negociación para que Vox dé su apoyo a las cuentas de PP y Cs se prevé complicado para Ayuso y su vicepresidente, Ignacio Aguado (Ciudadanos). 

El pasado 28 de noviembre, cuando se cumplían 100 días de Gobierno regional, la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, sostuvo que su formación no ve cumplido ninguno de los puntos del acuerdo de investidura y avisó de que ello será "condición indispensable" para apoyar los nuevos presupuestos de laComunidad de Madrid.

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"Los presupuestos en la Región de Murcia están avanzando más que en la inmensa mayoría de las comunidades autónomas", señaló este miércoles convencido de que Cs y Vox también quieren que la comunidad autónoma apruebe las cuentas para 2020.

"Estamos avanzando con el resto de partidos políticos porque, evidentemente, en una negociación tenemos que recoger las posiciones de todos", dijo en alusión al partido naranja y a la extrema derecha.

En el caso de esta comunidad, según ha avanzado La Verdad, Vox ya ha puesto sus condiciones. Dos de ellas son el fin de las subvenciones a los sindicatos y a la Confederación Regional de Organizaciones Empresariales (Croem).