Desde aquí

Una imagen familiar de los hermanos Grandes. La alegría nunca faltó en la familia.

Manuel, Gonzalo y Mónica Grandes

Qué duro está siendo esto, Almu. Nos tenías que ver. Perdiendo los papeles cada dos por tres, sacando fuerzas de donde no las tenemos para mantener la compostura, maldiciendo una y mil veces la mala suerte que se ceba con los nuestros... Y todo, habiendo quedado terceros. Así somos. ¡Qué te vamos a contar!

El ambiente en el estadio raro, raro, raro. Media grada enloquecida cuestionando al Cholo y la otra media, hasta hace dos días, culpando a Koke poco menos que del asalto a Mariúpol. Sí, Almer. Por increíble que parezca, estamos en guerra. Pero ese es otro tema. Centrémonos en lo que estamos que empezamos por Ucrania y acabamos hablando de los de Salvatierra, del verano en Peña medida o de las canciones del disco aquel de Claudina y Alberto Gambino versionando a Brassens que, por cierto, llevamos escuchando un año. Y este no es el foro.

Pues sí, querida. Estamos viviendo un Atleti que ni podíamos imaginar, Diego Pablo Dios Simeone sigue con nosotros y míranos. Parecemos, casi casi, los amigos de tu marido. Y no los del Granada Club de Fútbol sino los del otro. A ver, que es nuestro cuñado favorito del mundo entero y que como poeta no hay discusión, pero que de fútbol va justito por mucho que madrugue. Las cosas como son.

¡Ah, bueno! Y a todas estas, ahora pitamos a nuestros jugadores. Sí, sí. ¿No ves que somos los más guapos y los más listos y que lo de Mbappé lo tenemos hecho? Demencial. Demencial lo de esta afición. A ver si se reconduce el tema porque empieza a ser desquiciante.

Lo mejor, que Saúl ha vuelto, que Antoine vuelve a ser Antoine, que Jan continúa poniéndonos de pie con su paradones imposibles, que Angelito sigue dándolo todo y estando a la altura cuando se le necesita y que Álvaro, otro gran odiado por el atlético medio pero que nos da exactamente igual, lo está peleando. Por ese lado, todo en orden.

Ver jugar a esos dos sí que es una pena no haberlo podido disfrutar contigo

¡Bueno! Y ese Reinildo. Y ese Witsel. ¿Ves? Ver jugar a esos dos sí que es una pena no haberlo podido disfrutar contigo. Aunque, bueno, no nos pongamos en plan Ingalls que también está muy bien que te desgañites en el tercer anfiteatro con los que andan por ahí, que no son pocos. ¡Que es que lo queremos todo!

El tiempo de Proust

El tiempo de Proust

¡Por cierto! Un beso de los Nietos de don Manuel, que últimamente nos vemos mucho y hablamos más, y 45 abrazos de Los 50. A Alfredo y a Chus les excluimos porque les tienes más vistos que el tebeo, pero que sepas que el resto no hay día que no pregunte por ti.

Te echamos de menos, gorda.

Y, por cierto, aunque insistas en que no has tenido nada que ver, gracias, muchísimas gracias por echarnos ese capote y librarnos de Cristiano. Ahí has estado fina, hermana. Francamente, era lo que nos faltaba.

Más sobre este tema
stats