Esther Palomera: "El PP está mostrando un nulo respeto por la democracia española"

La periodista Esther Palomera (Madrid, 1968) aún no sale de su asombro con todo lo sucedido esta semana en torno a la aprobación de la reforma laboral en el Congreso de los Diputados. Pese a acumular una larga trayectoria profesional en medios tan diversos como ABC, La Razón, El Huffington Post, Cadena Ser o elDiario.es, no ha perdido su capacidad para la sorpresa. El pretendido golpe de efecto promovido por la derecha para intentar asestar un duro revés mediático y político al Gobierno se truncó por el ridículo error de uno de los hombres claves de la dirección del propio PP. Palomera deja una pregunta en el aire: “¿Qué será lo próximo?”.

La deriva del PP de Casado

“Pablo Casado avanza imparable en su escalada de descrédito de las instituciones y sus procedimientos con una pulsión antisistema que le iguala cada vez más a Vox. El “no a todo” de Pablo Casado, el bloqueo a la renovación del CGPJ, su autoexclusión del primer gran acuerdo social en 30 años y su permanente frivolidad ante asuntos de Estado le inhabilitan como alternativa de Gobierno. Tras su rechazo al acuerdo de empresarios y sindicatos sobre la reforma laboral, creo que el PP, definitivamente, sale del cuadrilátero de la centralidad al excluirse de esta reforma y, en buena medida, renuncia a reivindicar la paternidad de esa parte de la reforma que ellos aprobaron en el año 2012 y que se mantiene vigente. En paralelo, con la ultraderecha no se contaba y, por lo tanto, sigue su derrotero de radicalidad y de extremismo”.

La reforma laboral del Gobierno de coalición

"Para el Gobierno, para el PSOE y Unidas Podemos, la reforma laboral es un éxito notable en la medida en que, por primera vez en treinta años, se alcanza un acuerdo social en el ámbito laboral. Se generó bastante expectativa sobre hasta dónde podía llegar esa reforma y, sin embargo, ha sido muy limitada en lo que respecta al contenido y a la sustancia. Para UP, es un éxito bastante discreto porque no llega la reforma donde se había propuesto inicialmente. La vicepresidenta del Gobierno, que ha sido quien ha intentado patrimonializar la modificación del marco legal, queda bastante disminuida en la medida en que intentó hacer de la reforma laboral su gran éxito político y sumar unos votos de la izquierda que finalmente no ha conseguido. Considero que esta no es una buena carta de presentación para la ministra de Trabajo en lo que respecta a la construcción de su futuro proyecto político".

Tensión PSOE y UP

“Antes de cerrarse la negociación y de alcanzarse el acuerdo, en el ministerio de Trabajo se hablaba de la reforma Díaz, no de la reforma laboral. Se le puso el nombre de la ministra de Trabajo. Era su proyecto estrella. Creo que, una vez que hemos conocido el resultado de los apoyos obtenidos en la reforma, se va a renunciar a la utilización de esta supuesta paternidad. Por un lado, porque las medidas que se aprueban en el ámbito del Consejo de Ministros pertenecen a un órgano colegiado y corresponden, por tanto, a los dos partidos que forman parte de ese Gobierno. En segundo lugar porque, en buena medida, el alcance es bastante limitado y ha decepcionado a una parte de la izquierda y por eso no ha conseguido los apoyos de un sector de la izquierda parlamentaria que hizo posible la investidura de la actual legislatura en la que estamos. Esa pugna por la paternidad va a desaparecer en tanto en cuanto ha habido mucho más eslogan que sustancia a lo largo de la negociación de esta reforma laboral”.

La derecha en Castilla y León

“¿Qué se juega España en estas elecciones? Lo que está en juego el domingo 13 de febrero es, en realidad, hasta dónde el PP está dispuesto a llegar en su alianza con la ultraderecha española. Si se confirman las encuestas y el PP es primera fuerza política, lo más seguro es que no pueda gobernar en solitario, que quizá tenga que sumar con Vox para formar gobierno y, por lo tanto, la única incógnita que quedaría por despejar es si el PP está dispuesto a que, por primera vez en la historia de este país, en democracia, la ultraderecha forme parte de un gobierno, en este caso de uno autonómico. Esto no es un asunto menor y, desde mi punto de vista, cambia el paradigma por completo de la política española, además de atar o determinar la estrategia política que, en adelante, pueda adoptar Pablo Casado en su errático camino hacia las elecciones generales”.

El PSOE en Castilla y León

“Pedro Sánchez y el PSOE, en buena medida, lo que se juegan es intentar frenar la inercia que supuso la victoria incontestable del PP en la Comunidad de Madrid el pasado 4 de mayo. Si logran frenar una victoria arrolladora del PP, podrán decir que lo que estaba en juego o lo que se examinaba no era la gestión del Gobierno de España, sino, en realidad, la gestión de una comunidad autónoma que lleva 35 años en manos del PP, que tiene una corrupción sistémica en las instituciones y, por lo tanto, que el contador empezaría a marcar desde cero a partir del próximo 13 de febrero. El PSOE necesita tener un buen resultado para acabar con ese marco que ha impuesto en la opinión pública española el PP de un supuesto cambio de ciclo en la política española que empezó con la victoria de Isabel Díaz Ayuso”.

Más a la izquierda en Castilla y León

“A la izquierda del PSOE, Unidas Podemos tiene que obtener un buen resultado en las elecciones del 13 de febrero. Con un mal resultado, a UP le va a resultar muy complicado sentarse con la vicepresidenta del Gobierno a negociar una posición prevalente en esa hipotética candidatura que quieren construir para las próximas elecciones generales. Por su parte, Yolanda Díaz creo que se juega poco en estas elecciones. Y esto lo demuestra que se haya puesto completamente de perfil, sabiendo que carece de una plataforma política para presentarse a esas elecciones y de una estructura orgánica que la puedan impulsar. Solo tiene la estructura institucional para construir ese liderazgo futuro y, por lo tanto, está a la espera del resultado de Podemos para empezar a mover las fichas de ese frente amplio que ella quiere construir para las próximas elecciones”.

Encuestas sospechosas

“Desde que el PP ganó de forma incontestable las elecciones en la Comunidad de Madrid, ha intentado instalar un marco en la opinión pública de partido vencedor. De hecho, se están publicando del orden de tres o cuatro encuestas semanales con la intención de instalar en la opinión pública la idea de una inminente victoria del PP. Intentan convencer de un marco victorioso que, desde mi punto de vista, aún a Pablo Casado le resulta muy lejano. Las encuestas han dejado de ser un instrumento de trabajo para analizar la intención de voto y se han convertido en una especie de pensamiento dominante. Esto lo ha instalado el PP en la opinión pública y en la opinión publicada con la inestimable colaboración de medios de comunicación de derechas que, semana tras semana, publican trabajos en los que sitúan al PP muy por encima de las expectativas que les dan otros sondeos”.

La lección portuguesa

“Los resultados de Portugal nos dicen que la socialdemocracia sigue siendo válida como ideología para resolver los problemas de la gente en una Europa social y, sobre todo, en momentos de crisis económica como la que hemos atravesado con la pandemia. También nos dicen que la inestabilidad, el ruido interno y la irresponsabilidad en los gobiernos de coalición, al final, restan más que suman. Lo que han premiado los portugueses es la gestión económica ante la pandemia de António Costa y han castigado duramente a esa izquierda que abocó al país a unas elecciones en medio de una grave crisis económica y sociosanitaria después de tumbar los presupuestos. Si alguien en España tuviera la tentación de zarandear el Gobierno de coalición desde dentro, debería mirar al espejo que nos ha mostrado Portugal en esta última semana”.

Los fondos europeos y el PP

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“La política exterior siempre fue una materia de consenso. Eso se ha quebrado sistemáticamente cada vez que el PP es partido de oposición. Pablo Casado no solamente está poniendo en duda la gestión de los fondos económicos por parte del Gobierno de España sino que está dudando de los criterios y de los controles fiscalizadores impuestos desde Bruselas y desde las instituciones europeas para el control de esos fondos. Desde luego, al Gobierno no le gusta en absoluto la estrategia de Pablo Casado de airear los trapos sucios fuera de casa, pero no creo que las instituciones europeas estén satisfechas con el papel que está jugando Pablo Casado. Salirse del cuadrilátero de la centralidad y situarse en un extremo en el que todo es no y todo es criticable le invalida como alternativa política”. 

El asalto de Lorca

“Las imágenes de lo sucedido en Lorca me produjeron bochorno y, sobre todo, mucha preocupación. Bochorno por las imágenes y por la violencia que pudimos ver, pero preocupación porque considero que, en este país, se han traspasado límites que, hasta ahora, eran sagrados. Un ayuntamiento, un gobierno regional, el gobierno de España, son instituciones democráticas y en la medida en que se asalta una institución se están asaltando las normas de convivencia democrática que nos hemos dado todos. Creo que es preocupante y, además, mucho más teniendo en cuenta que hubo participantes con una filiación política del PP. El PP está jugando con fuego en este sentido, porque lo que está poniendo en cuestión, de la misma forma que la ultraderecha española, es la convivencia democrática y, sobre todo, lo que está mostrando es un nulo respeto por la democracia española”.

Eurovisión llega al parlamento

“En la medida en que la política desde hace tiempo no se hace en el parlamento, sino que se hace en las redes sociales, todo es susceptible de ser asunto de debate en la esfera pública, pero no es la primera vez que Eurovisión es un asunto político. De hecho, opino que Eurovisión siempre ha sido un asunto político. ¿Qué ocurrió tras la victoria de Massiel y el La, la la en el año 1968? Bueno, pues que se intentó presentar como una victoria de país, después de treinta años de aislacionismo y de una nula presencia de España en la comunidad internacional. Al año siguiente de aquella victoria de España en Eurovisión, Austria se negó a participar en el festival en protesta ante la dictadura franquista. No es la primera vez que Eurovisión es un asunto político. De hecho, creo que la política ha jugado, desde los orígenes del festival, un papel muy dominante en todas sus ediciones”.

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