Historia de una canción
Daniel Marco (Despistaos) sobre 'Física o Química': “Me encerré en una habitación y no salí hasta que la compuse”
Estaba tan vacía que incluso tenía eco. Daniel Marco (Guadalajara, 1980) acababa de comprarse una casa en Torrejón del Rey, en Castilla La-Mancha, y ni siquiera tenía muebles: solo un sofá, una tele y una pequeña banqueta. Lo colocó todo estratégicamente en una habitación, que luego sería su dormitorio. Fue allí donde, en soledad y en un solo día, compuso Física o QuímicaFísica o Química. Cogió un cuaderno de notas y una guitarra nueva, y se puso —dos veces seguidas— la primera temporada de la serie. Entonces, la sintonía de la cabecera todavía no era la que se convertiría en todo un himno generacional. El líder de Despistaos no salió de esas cuatro paredes hasta que la terminó, bien entrada la madrugada.
“Era la primera canción que hacía por encargo —no ha hecho muchas más— y pensaba que no iba a poder, que no me iba a salir, porque yo cuando compongo lo hago esperando a que me venga la inspiración divina...”, recuerda desde un pequeño estudio que tiene en la buhardilla de su casa, en la que abundan las guitarras y los juegos de mesa. Aquel día, hace trece años, sin apartar la mirada de la pantalla del televisor, iba tomando notas de todo: de los nombres de los personajes (Cabano, Yoli, Gorka, Ruth…), de las tramas entre unos y otros y de las frases que decían: “Quería encontrar la esencia de la serie que, para mí, trataba, sobre todo, de amores no correspondidos. Yo quiero a esta persona, pero esta persona quiere a la otra, pero la otra quiere al otro... Y rara vez coincide que los dos están conectados”.
Medicina alternativa, tu saliva en mi saliva... Es Física o Química... Dani escribió del tirón estrofas como ésta, casi compulsivamente, entre tachones, pruebas y con la ayuda de un diccionario de rimas. Todo iba hilado hasta que llegó la parte del estribillo. Ahí se bloqueó. “No se me ocurría nada así que decidí utilizar títulos de otras canciones nuestras. Dice... la mitad de Lo que hemos vivido, que fue una canción, hace más Ruido, otra, y un Corazón de hielo, que es también el título de otro de nuestros temas. Pensé que era una gran oportunidad porque si la elegían e iba a la tele, la iba a escuchar mucha gente y nos hacíamos autopromoción”, explica riéndose, mientras mira de reojo la guitarra acústica con la que la compuso.
Grabó la primera maqueta en un miniestudio que tenía en casa de sus padres y se la presentaron a Warner y a los responsables de la serie. A falta de una, les llevaron cuatro versiones de la canción: la pop-rock de la cabecera, una versión folk, otra a piano y voz y una última a piano y cuarteto de cuerda. “Eso puede que ayudase porque nos dijeron que sí, que les gustaba mucho, pero que a ver si podíamos cambiar una frase: ‘Cada vez me importas menos o eso digo cuando bebo’, porque hablábamos de beber alcohol. Les dije: ‘Pero ¡vamos a ver! —con tono indignado— ¡Estamos hablando de Física o Química, que se pasan el día fumando porros en los baños!’”, recuerda soltando una carcajada. No lo cambiaron, se arriesgaron y ganaron. El verso se mantuvo tal cual.
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“Tuvimos una relación de amor-odio con la canción”
Física o química es el himno de toda una generación. La que veía la serie y la que no. La que la escuchaba pensando en aquel amor adolescente frustrado. Y la que se venía arriba cuando la ponía el dj en la discoteca: “Me dicen mucho que, cuando suena a las cinco de la mañana, la gente se abraza y empieza a cantarla como hermanos”. Sin embargo, durante un tiempo, el grupo la eliminó del repertorio como gesto de rebeldía. “Llevábamos cinco años viviendo de la música, habíamos hecho una gira bestial, teníamos cuatro discos, premios… Y en las entrevistas y en muchos sitios daba la sensación de que antes de Física o Química no existíamos y no habíamos hecho nada. Nos empezó a quemar eso... Tuvimos una relación de amor-odio con la canción”.
Este 13 de marzo Despistaos dará dos conciertos en el Teatro Buero Vallejo de Guadalajara, cuya recaudación irá íntegramente a una sala histórica de la capital, la Sala Óxido, en riesgo de desaparición por culpa de la pandemia. Allí Dani Marco volverá a correr por el escenario cuando empiecen a sonar, enérgicos, los primeros acordes de Física o Química: “Desde que volvimos como banda, estamos a tope con ella. Pocas canciones de esa época han sobrevivido tan bien. Nos ha traído al público que tenemos ahora, gente muy joven que nos conoció por ella. Estamos muy agradecidos”.