Bienvenidos a 'Cilicion Valley'

Alfredo Díaz

La Iglesia con la que Don Quijote le dijo a Sancho que se habían topado ha pedido elecciones anticipadas por el bien común. La Iglesia que acumula medio millón de abusos sexuales a menores ha pedido al presidente Sánchez que adelante los comicios para acabar con la corrupción, en este caso, de mayores.

La Iglesia que me pegó con una regla de madera en las manos y en las corvas ha pedido votar para librar a España de ese castigo autoritario que sufre desde hace siete años. La Iglesia que pidió el voto para el Partido Popular en 2008 ha pedido urnas para votar y –supongo– también para guardar, en caso de derrota, las cenizas social-comunistas.

La Iglesia siempre pide, de ahí la frase “parece que te ha hecho la boca un fraile”. Pero da poco y siempre por el mismo sitio. Porque la especialidad de la cruzesfera es quitar. Durante quinientos años, la Iglesia y el Estado español actuaron en santa comunión para frenar cualquier intento de progreso intelectual. Dicho en modo tecnológico: actuaron como firewall frente a la razón.

Ambas instituciones montaron toda una liturgia para extender la creencia de que lo que importaba era obedecer sin rechistar; y en lugar de fomentar el pensamiento crítico, lo que predominó fue el sentimiento de culpa. Primero fue la Inquisición quemando brujas, torturando herejes o expulsando o callando a judíos, musulmanes y conversos, tres minorías responsables del impulso intelectual y mercantil de España.

Desde entonces cargamos, quien más quien menos, con un cilicio mental que comprime el cerebro ante la innovación y la ruptura con lo establecido igual que un smartwatch vibra cuando sobrepasas tu límite de pulsaciones. Más adelante, cuando la Ilustración intentó “loguearse” en España con pensadores como Feijóo y Jovellanos, ésta se vio bloqueada por un antivirus que impedía al avance y la modernidad. Contenidos, a todas luces, peligrosos.

Durante quinientos años, la Iglesia y el Estado español actuaron en santa comunión para frenar cualquier intento de progreso intelectual. Dicho en modo tecnológico: actuaron como 'firewall' frente a la razón

Utilizando de nuevo un símil tecnológico, diré que el resultado fue una “desconexión de red”: mientras Europa se daba al debate científico, España convertía la duda en pecado y delito. Durante la dictadura franquista, el fascio y los obispos establecieron una alianza inquebrantable. Y la religión actuó como un certificado digital que validó aquella aberrante y criminal política. A cambio, el régimen le otorgó permisos de administrador sobre el sistema educativo y el código moral de la sociedad.

La informática nació en un garaje y la religión católica en un establo ­–que no deja de ser un garaje para bestias­–. Me preocupa que la Iglesia piense que puede mandar en un Estado aconfesional como el nuestro, pero me preocupa más que pueda volver a mandar. Y que llegue a mandar y promocionen el turismo diciendo: “Bienvenidos a Cilicion Valley. Pasen y sufran”.

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Alfredo Díaz es socio de infoLibre.

Alfredo Díaz

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