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Crónica de la Supercopa de España

Paco Ochoa

¿Dónde están los patriotas? ¿Dónde están los de la pulsera? ¿Dónde están los de la bandera? ¿Dónde están los europeístas? ¿Dónde están los valores españoles? ¿Dónde está la prensa? ¿Dónde está España? ¿Quién está vendiendo nuestro país?

Estos días se está celebrando una gran obra teatral multiescénica en la cual la conciencia material del escenario principal, un estadio de fútbol situado en Arabia Saudí, oculta en el subconsciente la respuesta a las preguntas planteadas en la acotación anterior.

Habitualmente, nuestros ultranacionalistas patriotas españoles y catalanes se encuentran agitados y los definimos como aquellos que muestran un sentimiento fervoroso extremo hacia su nación. 

La prensa ha pasado de puntillas, normalizado la celebración de un torneo español en un país extranjero, todo por el dinero, dinero

En cambio, la actualidad es contradictoria. Sus orígenes parecen estar en los medios de creación de opinión pública; por algo más de 30 monedas de plata, callan y silencian la realidad: por un lado, la exclusión de nuestros aficionados al fútbol a disfrutar de la Supercopa de nuestro país; por otro, que el fervor y odio ultranacionalista español y catalán, siguiendo la estela del abrazo de Florentino y Laporta en su defensa de la Superliga, que no dejan nada al albur, han dado paso a la agitación y el bullicio futbolero (en el bar, en el patio del colegio, en la radio…) propios de los partidos clásicos de estas dimensiones (Barcelona – Real Madrid - Atleti…), celebrados en el estadio Al Awwal Park de Riyadh.

Pareciera que nuestros ultranacionalistas han abierto su mente y han tomado el significado de ultra de “más allá de” la nación y son capaces de ver otras perspectivas. Pero no, no es así; han rechazado esa confrontación y esa agitación por falta de una opinión pública sierva de Florentino, crítica con este tipo de actitudes que benefician a unos pocos a costa del deporte español y de sus aficionados, una parte relevante de nuestros valores y cultura.

¿Dónde está la prensa? Pues sigue enzarzada, llenando los espacios mediáticos con titulares políticos con términos como polémico, crispación, confrontación, partida, dividida, polarización… No me extraña que haya sido esta última la palabra del año, pues pareciera que algunos periodistas tienen un plus de sueldo cada vez que la mencionan, como Íñigo Alfonso, gran presentador de las mañanas de RNE, que lleva unos meses encorsetado y sesgado con este tipo de vocabulario que da lugar al enfrentamiento.

La prensa ha pasado de puntillas, normalizando la celebración de un torneo español en un país extranjero, todo por el dinero, dinero; las voces críticas con el sinsentido de esta celebración no han tenido hueco. Sacaron a la palestra el “polémico” uso de fondos públicos para los traductores del Congreso que tanta crispación y polarización creó entre una España dividida, olvidando el uso de impuestos para pagar a los enviados especiales a Riad. ¿No es polémico celebrar una copa española en la península arábiga?

En fin, alguno de los de la pulsera puede decir ¿dónde está España? Pareciera que en Arabia.

Tras cinco días de torneo, con unas semifinales entre Real Madrid y Atlético y Barcelona y Osasuna, que dieron lugar a una final Barcelona – Real Madrid, el resultado fue el siguiente: España ha perdido.

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* Paco Ochoa es socio de infoLibre.

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