Hace medio siglo se hundió el franquismo con la muerte de su doctrinario. Cuatro años antes, 1971, se destruyó el diario Madrid, era una de las últimas hazañas del régimen, no fue la última.
El cuarto poder, la prensa, tiene como función criticar y controlar a los otros tres poderes, como señala Umberto Eco en sus Escritos Morales. Si trabajar contra uno ya se demostró complejo y casi imposible, sobre todo cuando el personaje de turno detentaba todo el poder del Estado, hacerlo contra tres hace imaginar lo difícil que es la labor de los medios de comunicación, de la prensa. Cada uno de ellos se considera el garante casi exclusivo de la democracia, a la vez que los tres olvidan que “la soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan los poderes del Estado” (Art. 1.2 de la Constitución).
Por si fuera poco, de vez en cuando resurgen ideas estrechas partidarias de un nacionalismo rancio que se apoyan en jingoístas como Trump y similares, caracterizados por la falta de fundamentos, cuyo único objetivo es exportar mediocridad e ideas reaccionarias, y desestabilizar la convivencia. Tiempos convulsos.
La democracia, la ciudadanía, tienen ardua tarea, acabará triunfando debido al esfuerzo de la gente, del pueblo, pero está en peligro. Es duro y trabajoso, así que, como dijo el otro, “el que pueda hacer que haga”, y en esas está la mayoría de la ciudadanía. En esa línea, la Fundación Diario Madrid homenajeó a Andrés Rábago, conocido como El Roto, humorista gráfico y pintor.
La democracia, la ciudadanía, tienen ardua tarea, acabará triunfando debido al esfuerzo de la gente, del pueblo, pero está en peligro
Si usted mira y recupera los acontecimientos de 1968, observará que fue un año estelar para la humanidad por los acontecimientos acaecidos en todo el mundo. Casualidades de la vida, en ese año empezó El Roto su actividad. Desde entonces hemos disfrutado de su sabiduría y como dijera alguien en el homenaje, “después del café de la mañana mi otro revulsivo es la viñeta de El Roto”. El dibujo de una simple línea a tinta china se convierte en todo un editorial, una llamada a la razón, una denuncia, una alerta.
Son importantes los homenajes y reconocimientos en vida para que sean lección cada día. Un orador defendió la libertad de pensamiento y la libertad de expresión; no refirió algo fundamental, el respeto al otro, pero esa idea sobrevolaba el acto cuando se puso el acento en que nunca el autor del homenaje, Andrés Rábago, había personalizado su acción en nadie. Podemos concluir que cada uno de sus trabajos eran una lección de ética, útil a todos, que a nadie daña. Una ética decente, comprometida y muy saludable para la democracia.
Que no se rompa el viñetista y pintor. Que no calle el cantor. Que el periodista siga informando libremente y con rigor. No olvidemos que la muerte de cualquier medio de comunicación mutila la democracia.
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Mariano de la Puente Mayenco es socio de infoLibre.
Hace medio siglo se hundió el franquismo con la muerte de su doctrinario. Cuatro años antes, 1971, se destruyó el diario Madrid, era una de las últimas hazañas del régimen, no fue la última.