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Librepensadores

Sobre la ética, lo individual y lo social

Ángel Díez de Miguel

El otro día leía un librito con las reflexiones de Umberto Eco y un cardenal, este le solicitaba que le explicase cómo se puede construir un comportamiento ético y moral sin apoyarse en la idea de lo "absoluto". Me llamó mucho la atención que un cardenal jesuita que se supone formado y que así lo reflejan los créditos del librito considere que solo se puede construir una ética y una moral si tenemos un pensamiento trascendente, es decir, el hombre se portaría bien porque dios se lo dice y se lo ordena. A estas alturas no merece la pena mencionar las canalladas, barrabasadas y genocidios que se han cometido en nombre de dios y con la anuencia de la jerarquía de la Iglesia católica, de determinados clérigos protestantes, de ciertos grupos islámicos o de los radicales judíos, pero todo ello demuestra que la moral y la ética basadas en lo transcendente no solo no es una garantía de bienestar de la humanidad, sino que en demasiadas ocasiones ha sido lo opuesto.

Por el contrario, yo, como ateo, estoy convencido de que solo la solidaridad, solo el pensamiento social del hombre es capaz de construir una moral social de comportamiento ético. El hombre tiene dos necesidades de supervivencia, como individuo y como especie, para sobrevivir como individuo pone en marcha su pensamiento en el mismo, es decir, su egoísmo, para sobrevivir como especie ha de hacerlo desde el carácter social de su ser y es ahí donde entran en juego las normas que una sociedad debe darse a sí misma para su supervivencia, esas normas se esfuerzan, con mayor o menor justicia, en generar patrones de comportamiento que sean útiles al grupo y se persiguen, igualmente con mayor o menor justicia, los comportamientos anómalos, como podrían ser el homicidio, el robo, la mentira o la violencia.

Todo esto nada tienen que ver con referentes que trasciendan la propia humanidad, es puro sentido práctico de la convivencia diaria entre iguales, la idea de la trascendencia solo puede entenderse como un modo de justificar las diferencias, es por tanto una herramienta de poder, es la justificación para que unos pocos impongan su voluntad y por tanto su modelo ético y moral a los muchos, para esa imposición de los pocos, se me ocurren dos modos de ejercerla, uno es por la fuerza bruta y otro es por la manipulación del pensamiento de los sometidos, es evidente que la segunda manera es mucho más eficaz. Ejercer el poder mediante la fuerza bruta o la violencia, es algo fácilmente reversible cuando esa fuerza bruta disminuye o desaparece, la naturaleza nos brinda muchos ejemplos en los grupos animales que se organizan jerárquicamente, el liderazgo depende de ganar o perder un combate singular, cuando el poder se ejerce mediante la manipulación ideológica, mediante el mensaje de que "las cosas son así" porque lo digo yo que soy el mejor, el que sabe, el que puede y por si eso no es suficiente, lo digo yo porque soy el enviado o el mensajero de dios, si puedes convencer a los demás de esa razón tan irracional has logrado el poder de una forma mucho más estable que por la fuerza bruta.

La derrota del pueblo y la traición de los grandes

En las sociedades humanas, los valores, el comportamiento ético es algo que se impone desde el poder y si el poder se obtiene y/o se ejerce desde la manipulación o desde la fuerza bruta, la sociedad no avanza para su bienestar sino para el bienestar de quien dispone del poder, por eso en nuestros días la mayor manipulación es convencernos de que la democracia es el ejercicio del poder por todos, por lo social, por el pueblo, cuando es evidente que los verdaderamente poderosos no se presentan a las elecciones, cuando es evidente que el poder lo ejerce quienes disponen del control de los recursos financieros y eso pueden hacerlo porque nos han convencido de otra abstracción similar a la idea de dios como es el dinero y este dios también tienen sus normas éticas, sus dogmas, por ejemplo la propiedad privada es sagrada, la propiedad pública no es eficiente.

Estamos otra vez contraponiendo los intereses individuales frente a los intereses sociales. No soy un profesional de la filosofía, solo soy un animal racional que intenta usar la razón para comprender las cosas que me rodean. No entiendo la ética del solitario, del individuo como tal, la ética tiene sentido desde lo social, tiene sentido para conseguir el bienestar común, la convivencia amable y sin conflictos y también para resolver las posibles diferencias que puedan darse entre los distintos individuos, ahí es donde la ética se hace imprescindible, como son imprescindibles las normas de lo que se llamaba "buena educación", que no son otra cosa que ciertas formas de actuar que nos damos para hacernos la vida social más agradable y evitar mejor los conflictos. Capítulo aparte merece nuestra relación como individuos o como especie con el resto del planeta y con todos sus seres vivos, eso merece otra reflexión ética.

Ángel Díez de Migueles socio de infoLibre

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