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Librepensadores

La historia se repite

Diego Ruiz Monsalve

Pasará el tiempo y los artículos y libros de historia explicarán los hechos y sucesos determinantes para el devenir político y social, las causas y las consecuencias económicas. Sin embargo, nosotros, ahora, en estos mismos años que vivimos y que somos testigos directos o indirectos de toda una serie de atropellos, conflictos, reivindicaciones, no tenemos las ideas claras para valorar el alcance de algunas propuestas y soluciones y damos entrada a esquemas emocionales que anulan la realidad e introducen tergiversaciones, falsedades y provocaciones, creando un ambiente enrarecido apoyado en iconos patrióticos y hazañas bélicas en una suerte de montaje anacrónico que sirve en bandeja un menú demencial.

Los inmigrantes, Cataluña, la sanidad, los progres, la educación, los comunistas, la inseguridad, la caza, el feminismo, España, la violencia de género, los chiringuitos… van mezclados como un cóctel, y agitados, generando una ceguera de masas y una militancia amenazadora.

La visión de España como un destino en lo universal, guiados por el apóstol Santiago y protegidos por el escapulario de santa Teresa –en cada pueblo por su benefactor/a– en una comunión fraternal entre españoles, con todo el costumbrismo local y folclóricas tradiciones devotas y paganas.

Y así llegamos al ridículo más inútil y absurdo donde millones de ciudadanos llevan a cabo un arribismo político (franquismo) y 80 años después otros millones de ciudadanos, herederos de aquel, junto a nuevas adquisiciones, retoman las premisas del fascismo dispuestos a socavar los principios democráticos (libertad, pluralidad…) y envolver las contradicciones socio-económicas, las diferencias y divergencias, con la bandera, exhibiendo una fachada de honras, rectitudes, honores y portando un supremacismo visceral.

Durante la primera mitad del siglo XX, millones de italianos, alemanes, españoles… apoyaron este ideario hasta convertirlo en maquinaria cruel y devastadora. Y ahora nos preguntamos, ¿cómo fue posible? Acaso, ahora también, ¿somos inconscientes a tales barbaridades? ¿Tal vez nos atraigan las consignas de estos abanderados de la revolución vertical de pretensiones interclasistas? ¿Tendrán que preguntarse, dentro de unas décadas, cómo fue posible?

Pues bien, vean las puestas en escena y escuchen los alegatos y soflamas de Abascal, Smith, Monasterio, Espinosa de los Monteros… y el seguidismo de la cúpula episcopal, del PP y de Ciudadanos.

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Diego Ruiz Monsalve es socio de infoLibre

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