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La tierra de nadie del periodismo español: la desregulación deja el código deontológico en papel mojado

Libertad para elegir susto o muerte

Eduardo Prieto

Ignorancia y temeridad suelen marcar el ritmo a la acción de algunos gestores. La insistencia en normalizar la videoconsulta abunda en ello. Exploraciones por plasma, diagnósticos a distancia ... tienes más posibilidades de acertar echando las cartas del Tarot.

"En este centro no hay médico, pero el bar de enfrente está abierto y tiene mucha cerveza. Libertad". Esta nota muestra triste y certeramente las realidades ineludibles que nos han llevado a una situación caótica; pero los amantes del catastrofismo ahora —precisamente ahora— tienen dificultades para ver el caos real.

La regularización de lo absurdo. Centro de atención sin médicos, o enfermeras, o celadores; proponer que los profesionales se guarden la ética y la profesionalidad en el bolsillo y pongan en riesgo la salud de la población, y su propia salud mental, lo que se podría convertir en un círculo vicioso y sumamente peligroso.

Acusar de boicot de izquierdas a un colectivo tradicionalmente conservador ya es disparar a todos lados con los ojos vendados. Saben encender fuegos pero no tienen muy claro cómo apagarlos. Cuando, después de una previsible cascada de dimisiones, el consejero del ramo habla de "reordenación de los equipos" recuerda a Federico Trillo y sus "playas esplendorosas" cuando el gallego abría la ventana y veía la playa relucientemente negra.

Acusar de boicot de izquierdas a un colectivo tradicionalmente conservador ya es disparar a todos lados con los ojos vendados.

Cabe preguntarse si, ante un desconcierto insostenible, no esperaban la reacción del Colegio de Enfermeras, e incluso el de Médicos. Quizá en algún momento pensaron que les iban a cubrir las espaldas ante sus desmanes como, en ocasiones, lo hacen el TSJM o la Fiscalía de Madrid.

Jugar a cubrir 80 centros con el personal de 40. Cambiar las fichas de lugar, no como un gestor de servicios públicos, sino como un jugador de ruleta, puede tener su origen en otro error: cuando, en 2019, los madrileños y madrileñas también jugaron a la ruleta... rusa. Y la bala salió.

Quizá hemos errado el tiro al hablar de ignorancia o temeridad, y se trate de una maniobra para ahuyentar a los sanitarios hacia la sanidad privada. Quizá un ataque de aporofobia. Porque ellos tienen seguro privado, los que no lo tengan y puedan pagarlo que se apliquen. Y los pobres... bueno, siempre han sabido cómo arreglárselas.

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Eduardo Prieto es socio de infoLibre.

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