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Perogrullo tenía razón

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José Ramón Berné Marín

Para poder gobernar hay que estar en el Gobierno. Perogrullo no lo habría dicho más claro. Esta obviedad es algo que no debe olvidar Pedro Sánchez.

Alabo muchas medidas que está tomando este Gobierno de coalición, no me cabe duda que algunas de ellas se deben a la presencia de Unidas Podemos en el Consejo de Ministros y tampoco me cabe duda de que, por fin, un gobierno está mirando más hacia las clases más oprimidas de este país que hacia las más favorecidas [que no se preocupen estas últimas que van a sufrir poco], pero para que esto siga sucediendo y las medidas que toma se sigan consolidando, un gobierno progresista se ha de mantener en el tiempo, no vale con una sola legislatura. Se acaban de aprobar los presupuestos, esto puede dar para tres años más, pero… ¿y después? 

Creo no equivocarme al afirmar que para conseguir llegar al Gobierno en España, y poder gobernar sin demasiadas presiones, se necesitan, al menos, once millones de votos. Los partidos políticos actualmente en el poder, en las últimas votaciones, estuvieron rondando los diez millones, a los que no llegaron por poco; es decir, han necesitado pactar con otros partidos de los cuales, la gran mayoría, son independentistas. Y seamos claros, existe un gran número de votantes del PSOE [que dobló holgadamente en votos a UP en las elecciones de 2019] a los que no les gustan las “cesiones” a los independentistas; entrecomillo cesiones porque pueden ser interpretadas algunas medidas como tales, aunque estrictamente no lo sean, pero en política, como en otras facetas de la vida, el parecer puede ser tan importante como el ser. La política exige precisión de cirujano.

Debería, a mi entender, Pedro Sánchez tentarse la ropa antes de asumir algunas decisiones que parece dispuesto a tomar y que pueden pasarle una factura muy importante en las próximas elecciones que, aunque hoy se ven lejos, pudieran no tardar tanto en producirse. Tal vez unas elecciones sean la única herramienta de la que pueda disponer Sánchez para marcar las diferencias con Iglesias. Sánchez tiene que asumir que su triunfo en las primarias se lo debe a los militantes de su partido, pero solo con esos votos no le da para gobernar, ni de lejos; en definitiva, necesita de varios millones de votos de electores progresistas, a muchos de los cuales les cuesta asumir algunas decisiones que, al parecer, este gobierno está dispuesto a tomar.

Entre las decisiones a las que me refiero está la que pueden tomar en relación con el indulto a los condenados por el llamado Juicio del Procés. ¿Entenderían TODOS los votantes del PSOE un indulto a los condenados?, ¿a todos los condenados, sin que estos hayan manifestado arrepentimiento alguno y que, además, en su gran mayoría, afirman que lo volverán a intentar? No me cabe duda de que un indulto, en estos momentos, sería un lastre para el Gobierno del que difícilmente se pudiera desprender, salvo que viniera tras una declaración suscrita por todos los partidos independentistas catalanes [o al menos por los más significativos] en la que se comprometieran a defender sus pretensiones siempre dentro del marco constitucional español.

Insisto otra vez en lo que decía al principio: para poder gobernar hay que estar en el Gobierno. Y la condición sine qua non es tener votos suficientes para ello. Espero que el señor Sánchez no lo olvide.

José Ramón Berné Marín es socio de infoLibre

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