En España el turismo representa en torno al 13% de su PIB, un porcentaje muy importante que continúa creciendo. Esto significa, por un lado, que el número de turistas que nos visitan cada año es mayor, y por otro que el dinero que gastan aumenta, aunque se reparta mal. A este número de turistas extranjeros hay que sumar los turistas nacionales, que aunque tengan un poder adquisitivo sensiblemente inferior, contribuyen igualmente a la masificación en determinadas épocas, sobre todo durante el verano. Como consecuencia de ello, la vida cotidiana en esas zonas se ve profundamente afectada, llegando en ocasiones a ser insoportable.
Además, esta concentración de gente hace que los servicios públicos, como limpieza, agua, alcantarillado, electricidad, vigilancia, etc... que tienen que soportar los ayuntamientos afectados se vean incrementados, produciéndose o bien el deterioro de estos, o bien el incremento de sus gastos. En cualquiera de los dos casos son los habitantes habituales los que lo soportan, o a través de sus impuestos o por el deterioro de su calidad de vida.
Creo que esta tasa se debe implantar sin más demora en todos los lugares tensionados por el turismo
La tasa turística es un pequeño impuesto que tienen que pagar los turistas y que, en la mayoría de los casos, recaudan las comunidades autónomas, aunque normalmente después la transfieren a los ayuntamientos, que son los que soportan el gasto. Esta tasa supone, bajo mi punto de vista, un medio de combatir la desigualdad y la injusticia que se produce en las zonas turísticas. Mientras algunos como la hostelería en general (hoteles, apartamentos, restaurantes, bares, etc...) los supermercados o el comercio, obtienen suculentos beneficios que suelen estar muy mal repartidos, otros soportan la afluencia y sus inconvenientes además teniendo que pagar por ello.
Creo que esta tasa se debe implantar sin más demora en todos los lugares tensionados por el turismo. De esta forma, los turistas colaboran al pago del incremento de gastos que producen, y los responsables de las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, además de dedicar el importe recaudado a estos menesteres, pueden buscar métodos que desestacionalicen el turismo y lo hagan más sostenible.
En fin, se va haciendo cada vez más necesaria. Ahora solo queda convencer a algunos políticos para que se den cuentan de que esta tasa es por el bien de todos, no solo de unos pocos.
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Javier Carrero González es socio de infoLibre.
En España el turismo representa en torno al 13% de su PIB, un porcentaje muy importante que continúa creciendo. Esto significa, por un lado, que el número de turistas que nos visitan cada año es mayor, y por otro que el dinero que gastan aumenta, aunque se reparta mal. A este número de turistas extranjeros hay que sumar los turistas nacionales, que aunque tengan un poder adquisitivo sensiblemente inferior, contribuyen igualmente a la masificación en determinadas épocas, sobre todo durante el verano. Como consecuencia de ello, la vida cotidiana en esas zonas se ve profundamente afectada, llegando en ocasiones a ser insoportable.