¿Una utopía más?

César Moya Villasante

Cuando estás en la tercera edad, te sientes más libre para dar una opinión que alguien juzgará como utópica, inservible o simplemente memez. Pero en esas estoy y como creo que vivimos en un mundo con ansia de cambios profundos ante el ataque de muchos factores, como el clima, la migración, las nuevas tecnologías, la demografía desigual, etc. etc. Habrá que pensar en cambios muy profundos para poder recuperar la política perdida en pasar el tiempo y abandonada al único poder existente, el dinero, en forma de grandísimas empresas.

Por ello pienso que España debe dar pasos hacia cambios que resuelvan, al menos, algunos de esos problemas o que, sirvan para desarrollar debates que lleguen a aspectos positivos y acuerdos entre todos los que parece que no encajan en lo que existe. Véase, por ejemplo, una Europa que no es más que una oficina contable que nos dice a los países del Mediterráneo lo que podemos gastar para generar un continente de dos velocidades muy desiguales. Esta unión ira a menos con el tiempo al no tomar ninguna medida real que no sea puramente económica y que haga florecer valores que ya murieron, como la dignidad de las personas o la ética profesional. Que, aunque muchos no quieran valorar, son los motores del mundo porque las personas son las que lo movemos. Y las personas no son números que cuadren en determinadas cuentas muy interesadas para unos pocos.

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Así, expongo lo que podría ser utópico, pero solamente porque hay gentes que ocupan la política que solo miran por su propio beneficio y los grandes cambios pueden hacer perder votos. Porque todo es posible si se trata con empatía, con habilidad y con, obviamente, datos concluyentes. Me miro en una España, con un desarrollo político hacia lo federal mirando al mundo latino. De momento, crear un centro federal con tres áreas: Euskadi, Catalunya y la Republica Ibérica que uniera España y Portugal. También podrían ser los dos países federaciones distintas, pero con acuerdos profundos de colaboración. Sé que es difícil, pero arreglaría bastantes problemas teniendo en cuenta que para Europa siempre seremos el patito feo, además de quitar el problema de las dos nacionalidades que quieren su propia decisión. Si a estas federaciones unimos un acuerdo económico y político con todos los países sudamericanos habremos formado la Unión Latina, nombre ideal futuro, considerando que el mundo que viene tiene porvenir en la creatividad, y en eso a los latinos no hay quien nos pueda oponer nuestra valía. Nuestros jóvenes son queridos en el mundo cuadriculado de mentes centroeuropeas porque tiene ideas y eso es apreciado allí y aquí. Además de ello, podría la Península Ibérica liderar el proceso con una riqueza de productos naturales increíble y en proceso de expansión en el continente americano algo atrasado aun en ciertas materias, pero no en ideas. El problema sería que los gobiernos deberán cumplir la misión de cortar la corrupción en cualquier momento, problema muy común en este mundo que cito. Pero es posible si se quiere progresar.

Sé que alguien pensará si estoy loco con algo casi imposible. Pero deberíamos pensar ya que no hay nada imposible ante lo más imposible aún, que es crecer dentro de una Europa que no nos estima lo suficiente y nos está dejando para servir paellas en el chiringuito apoderándose incluso de nuestro sol, tan más tratado por el gobierno anterior en beneficio de sus amigos. Seamos valientes y tratemos de que nuestros políticos progresistas, si se llaman así, sean capaces de hacer los cambios que se necesitan. No tienen porque ser éstos que cito pero necesarios son y profundos para ponernos al día (que viene y antes de lo que nos creemos). ______________

César Moya Villasante es socio de infoLibre

Cuando estás en la tercera edad, te sientes más libre para dar una opinión que alguien juzgará como utópica, inservible o simplemente memez. Pero en esas estoy y como creo que vivimos en un mundo con ansia de cambios profundos ante el ataque de muchos factores, como el clima, la migración, las nuevas tecnologías, la demografía desigual, etc. etc. Habrá que pensar en cambios muy profundos para poder recuperar la política perdida en pasar el tiempo y abandonada al único poder existente, el dinero, en forma de grandísimas empresas.

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