Ruth Ferrero: “El plan de paz es un ultimátum al pueblo palestino para imponer un proyecto neocolonial”

Ruth Ferrero: “El plan de paz es un ultimátum al pueblo palestino para imponer un proyecto neocolonial”

La profesora Ruth Ferrero Turrión da clase en la Universidad Complutense de Madrid en Ciencia Política y Estudios Europeos. Su extensa formación ha sido requerida en varias universidades en Europa y Estados Unidos. Ha trabajado también como consultora y asesora en distintas organizaciones europeas y españolas. Especialmente en sus áreas de especialización, como las políticas migratorias. Su análisis acerca de la política internacional es requerido también en numerosos medios de comunicación.

El plan de paz para Gaza

“Me parece muy ambicioso llamarlo plan de paz. Yo creo que es un ultimátum al pueblo palestino para imponer un proyecto neocolonial y controlado por Estados Unidos y por Israel. ¿Es un plan de paz o es un plan que favorece los intereses de Israel y no tiene en consideración las demandas del pueblo palestino? Yo creo que es bastante evidente. Cualquier plan de paz tiene que contar con las partes involucradas en un conflicto. Y aquí solamente había una de las partes involucradas que Israel a través de la figura de Netanyahu. En segundo lugar, todas las cuestiones que se ponen negro sobre blanco en ese plan propuesto desde Washington, lo que hacen es cubrir las demandas de Israel y no considerar otros asuntos que tienen que ver con la cuestión palestina en su conjunto. No se abordan, por ejemplo, la cuestión de Cisjordania o el propio reconocimiento del Estado palestino”.

Beneficio económico... para Trump

“Lo que sucede es que, leyendo entre líneas, uno se da cuenta de que efectivamente es unilateral. Va, en primer lugar, a beneficiar las demandas israelíes sobre las palestinas. No soluciona la cuestión palestina, simplemente está abordando el fin de las matanzas, que no es poco. También leyendo entre líneas, observamos que de lo que se trata es de implementar un plan de reconstrucción de Gaza que está orientado al beneficio económico de aquellos que lo están proponiendo, entre otros, el propio Donald Trump, a través de Aaron Kushner, que es su yerno, y de Wyckoff, que es el delegado de Estados Unidos en Oriente Medio y del propio hijo de Steve Wyckoff, que tiene muchos intereses inmobiliarios y que está presionando efectivamente para que sean sus empresas las que pongan en marcha la reconstrucción de Gaza. Y esto es algo que no debemos de perder de vista”.

Un Estado israelí desde el río hasta el mar

 “Los objetivos de Netanyahu se pueden analizar en dos niveles. Uno primero, que es el nivel personal, tiene que ver con la necesidad de mantenerse en el poder para evitar ser procesado por corrupción en su propio país. Recordemos que tiene varias causas abiertas que está consiguiendo esquivar gracias a que es primer ministro. Es un interés personal para no ser procesado por las autoridades judiciales israelíes. Y, en segundo lugar, el Estado israelí se contempla como étnicamente homogéneo, religiosamente homogéneo, lleva muchos años bajo un régimen de apartheid donde la población árabe ha estado sistemáticamente discriminada. Netanyahu da una línea de continuidad a la aspiración última del Estado sionista de llegar desde el río hasta el mar y construir un gran Estado judío grande, amplio. Para eso, lo que está haciendo es expulsar a todas aquellas poblaciones que le resultan incómodas y que plantea que son una amenaza para la propia seguridad existencial del Estado de Israel”. 

Reconocer el Estado palestino  

“El reconocimiento del Estado palestino es algo que se lleva reclamando muchos años. Hubo una primera ronda de reconocimientos, justo antes del final de la Guerra Fría. Todo el bloque soviético y los países no alineados reconocieron el Estado palestino, y lo que estamos viendo ahora es una nueva ola de reconocimiento entre los países occidentales que en su momento no quisieron hacerlo. La iniciativa de Francia y Emiratos Árabes de poner en marcha esa nueva ronda de reconocimiento de Palestina es sin duda una buena noticia. Es verdad que el reconocimiento no va a terminar con el genocidio, pero lo que sí que se puede conseguir es que efectivamente el Estado palestino pueda llegar a tener más pronto que tarde un asiento en Naciones Unidas, que sea reconocida su estatalidad en todo el mundo. Y esto significa que las vulneraciones que estamos viendo ahora mismo del derecho internacional ya no puedan tener lugar”.

La acción de la Flotilla

"Creo que es importante destacar que es una acción política y que es una acción que no es nueva. Lleva habiendo flotillas desde hace ya mucho tiempo. Ha habido muchas. Ninguna de ellas ha conseguido cumplir el objetivo de llegar a territorio palestino, pero todas ellas tienen un importante carácter simbólico en la medida en la que están mostrando a los gobiernos que se está incumpliendo el derecho internacional. Hasta ahora, [los países] no han sido capaces, en virtud de ese derecho internacional, de desarrollar un despliegue militar que permita abrir un corredor humanitario para llevar los alimentos y aquello que necesite la población, en este caso Palestina. La comunidad internacional ha ignorado esta opción en el caso de Israel, no así en otras, como, por ejemplo, la más reciente, que tuvo lugar en Libia en el año 2011.Tenemos herramientas, dentro del marco de derecho internacional, para que los gobiernos tomen decisiones que no están asumiendo. Esta es una de las primeras cuestiones que tenemos que tener en cuenta como objetivo de esta Flotilla. Lo que la hace diferente al resto es que es mucho más numerosa y por lo tanto es mucho más complicada para las fuerzas israelíes de interceptar en el mar. Y por eso hemos visto que ha sido una interceptación hecha por fases”.

La movilización en la calle

“Las manifestaciones me parecen una respuesta ciudadana transnacional. Es una respuesta que efectivamente obedece a todo lo que se está viendo que está sucediendo en la Franja de Gaza. Estamos en un proceso de acumulación de imágenes terribles. Una acumulación de acontecimientos que ya llevan, incluso dentro de las propias comisiones especializadas de Naciones Unidas, a denominar lo que está haciendo el Gobierno de Israel y su ejército en el territorio de Gaza como un genocidio. Es verdad que no tenemos una resolución del Tribunal de Justicia Internacional, pero ya muchos especialistas y la propia Comisión correspondiente de Naciones Unidas han planteado que se estarían cumpliendo muchos de los puntos, lo que llevaría a determinar que se está cometiendo un genocidio en Gaza. Seamos conscientes de que las sociedades están yendo por delante de los Estados. Las poblaciones, de manera masiva, están saliendo a las calles a presionar a sus propios gobiernos para que adopten decisiones. Es importante recordar que no se ha conseguido en el marco de la Unión Europea adoptar ningún tipo de medida ni sancionadora ni tampoco de quiebra del acuerdo comercial preferente con Israel”.

El Gobierno de España

"El Gobierno de España en el contexto actual es de los que más acciones ha tomado en relación con el genocidio en Gaza. Es el primero que tomó la iniciativa en esa nueva ola de reconocimientos del Estado palestino. Es un Gobierno que, en el marco global más amplio, no solo en la cuestión de Israel, está plantando cara a algunas de las decisiones que está tomando Donald Trump y, además, es el que está liderando y animando a sus socios comunitarios para que se adopten medidas que puedan presionar al Gobierno de Israel para que ponga fin a ese genocidio. Lo que sucede es que esas medidas no son suficientes. No basta con un reconocimiento del Estado palestino si no va acompañado de otras medidas que tengan una repercusión real en las relaciones bilaterales con Israel. Y esto incluye toda la cuestión del embargo de armas, embargos comerciales, ruptura de relaciones con el Estado de Israel e imposición de sanciones”.

Poner límites

"Una de las cuestiones que Israel está analizando de las acciones del Gobierno de España tiene que ver con cómo está minando su propio relato en las sociedades occidentales. Tenemos que pensar que, durante muchos años, por esa inacción de los gobiernos, por no querer forzar la máquina e implementar el derecho internacional para que Israel cumpla las resoluciones de Naciones Unidas, se ha ignorado lo que estaba sucediendo en Cisjordania y en la Franja de Gaza a través de los procesos de colonización. Como no se ha implementado ese derecho internacional, Israel se ha visto en situación de hacer lo que quisiera, y todo lo ha hecho bajo el paraguas de la victimización, de la lucha contra las acciones antisemitas. De hecho, está perdiendo ese relato entre las opiniones públicas. Y esto es algo que Israel no quiere. Me gusta el símil de cuando tú tienes un niño o una niña y le concedes absolutamente todo y no le pones límites, y llega la adolescencia y se le sigue sin poner límites. Llega un momento en el que se hace adulto y entiende que no va a tener límites para sus acciones y que va a poder seguir haciendo lo que quiera”. Israel nunca ha tenido un freno a sus acciones. ¿Y cómo se ponen esos frenos? Pues en el caso de la Unión Europea, imponiendo paquetes de sanciones, igual que se hizo en el caso de Rusia o en relación con Irán”.

Margen de mejora

“Hay dos decisiones recientes del Gobierno de España que no casan bien con el liderazgo en el reconocimiento del Estado palestino. La primera tiene que ver con el apoyo acrítico a la propuesta del plan de Trump y Netanyahu para Gaza. Es verdad que es complicado decir que no al fin de las matanzas en Gaza, pero también entiendo que no tendría por qué haber sido el primero en salir a decir que estaba bien. Es difícil de explicar a todos aquellos ciudadanos y ciudadanas que han entendido que su Gobierno era el único que estaba poniendo pie en pared a las decisiones de Trump. Lo segundo, la decisión de enviar a escoltar a la Flotilla un barco militar. No se entiende que [esa escolta] se haya retirado justamente cuando comenzaba la zona de exclusión. Si la misión era de rescate y no de defensa, podrían haber enviado un barco de salvamento marítimo, con lo cual no se involucraba al Ministerio de Defensa ni se involucraba a la Armada, que es mucho más complicado y mucho más caro”.  

El Partido Popular ante Israel y la Flotilla 

“Hay varias dimensiones a la hora de analizar lo que sucede dentro del Partido Popular. Hay una lucha interna entre los más halcones y los menos halcones. El grupo de Aznar junto con Ayuso, por un lado. Y el de los gallegos, que le llaman a Feijóo y demás. En el caso de los más halcones hay una serie de intereses y de alianzas de tipo económico que los vinculan directamente con Israel, especialmente en el Partido Popular de Madrid. Por otro lado, dentro de la esfera política nacional, Feijóo se encuentra con una disyuntiva, hay distintas posiciones dentro de su propio partido en un momento en el que estamos comenzando un ciclo electoral nuevo a partir de primavera. Es consciente de que hay una gran parte de la población española que considera que lo que está sucediendo en Gaza es efectivamente un genocidio. Por tanto, no se quiere plegar a ese discurso más madrileño que intenta justificar lo injustificable como un derecho a la legítima defensa de Israel. Es importante aclarar en este punto que Israel, como potencia colonial, lo que tiene que hacer es proteger a aquellos territorios que están bajo su cuidado. La batalla por el uso de una palabra como es la palabra genocidio no debería ser el centro. El centro debería ser intentar aunar esfuerzos por parte de toda la clase política española para intentar presionar a un Gobierno que está cometiendo, por lo menos, crímenes de lesa humanidad y limpiezas étnicas en la Franja de Gaza”.  

Isabel Díaz Ayuso, Israel y la “necropolítica” 

“No es como en otros temas en los que podemos ver que hay guerra cultural y que está llevando la contraria al Gobierno. Isabel Díaz Ayuso lo que está preservando [en este caso] son sus intereses y eso es importante que lo tengamos claro. Además, no le interesa nada lo que le esté pasando a la población en Gaza. Si ponemos el foco más amplio, vemos que hay muchos líderes políticos, muchos líderes económicos y muchas sociedades que entienden que lo que está sucediendo en Gaza no es relevante, porque estamos entrando en algo que podemos llamar como un sistema de necropolítica, en donde hay cuerpos que son prescindibles. Hay personas que no importa que no existan porque no tienen materias primas, porque no tienen grandes fortunas, porque no son territorios que geopolíticamente o geoestratégicamente sean superrelevantes. Hay que mirar cómo se está reorganizando el mundo. Estamos avanzando hacia un nuevo régimen multipolar en el cual hay una división de esferas de influencia entre dos grandes imperios. Por un lado, el imperio estadounidense, por otro el chino, y el resto están buscando su lugar. Y ahí, Gaza, a los ojos de muchas personas es irrelevante. La cuestión está en si los defensores del orden internacional y de los derechos humanos tienen la suficiente capacidad como para presionar a esos gobiernos y a esos intereses económicos para que esto no suceda”.

Dependencia europea de Israel

“Israel tiene un aliado muy poderoso que es Estados Unidos. Además, a lo largo de sus años de existencia, ha conseguido que las sociedades europeas sean extremadamente dependientes de su tecnología, armamento, etcétera. Y lo más importante aquí son las cuestiones que tienen que ver con la inteligencia y la tecnología. ¿Cuál es la razón última por la que cuesta tanto poner en marcha un embargo de armas a Israel? Porque hay un comercio, una industria que florece en un contexto, el europeo, que está avanzando hacia un proceso de rearme de la propia Unión Europea. Y uno de los suministradores esenciales de ese proceso de rearme es Israel. Los finlandeses no van a romper nunca sus relaciones armamentísticas con Israel en un momento en el que están incrementando, como el resto de países de la Unión Europea, su gasto en defensa y son conscientes de que las tecnologías más punteras son las israelíes. Y lo son porque se han probado en combate. Es así como lo venden los propios israelíes. Han conseguido que sean eficaces probándolas sobre los propios cuerpos de la población palestina durante 40 años”.

Futuro de la región

“No vislumbro un fin próximo. Podemos parchear con el plan propuesto por Trump y Netanyahu, al cual se han sumado de manera acrítica muchos países de la Unión Europea y también muchos países del mundo árabe. Esto no va a solucionar la cuestión palestina. Puede ser un momento de intermedio en ese en ese conflicto, pero desde luego no va a solucionar en los términos en los que está planteado ese plan. Para que ese plan funcionara, efectivamente tendría que desaparecer el pueblo palestino y el pueblo palestino no va a desaparecer”.