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Banco Santander y el desafío de proteger la biodiversidad

La Tierra es el único astro del universo conocido que alberga vida, de modo que no sólo es nuestro hogar -y el de toda la biosfera de la cual el ser humano forma parte-, sino que constituye una maravillosa anomalía en el paisaje inconmensurable del cosmos. Nuestro planeta está sufriendo el impacto de una actividad humana que, desde la industrialización global y la expansión demográfica, ha puesto en grave riesgo (cuando no ha destruido ya) la calidad de los entornos naturales, la supervivencia de numerosas especies y el equilibrio de los ecosistemas.

Este desafío, que nos compromete a todos, ha sido ampliamente asumido por Banco Santander desde hace años. La naturaleza y la biodiversidad son factores esenciales que la entidad bancaria tiene en cuenta en su toma de decisiones, puesto que de ellos depende la satisfacción de necesidades básicas (alimentación, agua potable, medicina…) y resulta determinante en las finanzas y el desarrollo socioeconómico de nuestros días.

Naturaleza, biodiversidad e inversiones sostenibles

La naturaleza y la biodiversidad se ven afectadas por el cambio climático, y al mismo tiempo su cuidado constituye un factor clave para mitigarlo. El compromiso de las personas y las empresas es fundamental para afrontar los grandes retos medioambientales.

De ahí la extrema importancia de las llamadas finanzas sostenibles, que juegan un papel principal a la hora de implicar a los sectores productivos y a los ciudadanos en el desafío de proteger las especies y sus ecosistemas. Se trata de poner el capital al servicio del planeta. Para ello, existen productos financieros que se articulan conforme a los criterios ESG (ambientales, sociales y de buen gobierno, por sus siglas en inglés) y apoyan proyectos para fomentar la protección del medioambiente y la sociedad. El inversor dispone así de una oferta muy variada de inversiones sostenibles, tales como fondos de inversión, bonos verdes o sociales, bonos azules (relacionados con el entorno marino) y préstamos destinados al desarrollo de iniciativas de impacto positivo, entre otros.

La transición hacia una economía verde

Combatir el cambio climático constituye parte esencial de la estrategia de Banco Santander. El grupo cántabro apoya los objetivos del Acuerdo de París sobre el cambio climático y mantiene la ambición de alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2050. Para ello orienta sus actuaciones hacia las siguientes metas: alinear su cartera para cumplir con los ODS, reducir el impacto medioambiental del grupo, integrar el clima en la gestión de riesgos, y apoyar a sus clientes en la transición verde. 

En esta línea, la entidad ha logrado desde 2020 la neutralidad de carbono en sus emisiones y un 88% de uso de electricidad procede ya de energías renovables. Desde 2019, ha facilitado 94.500 millones de euros en financiación verde (el objetivo es alcanzar 120.000 hasta 2025 y 200.000 en 2030), y sus activos bajo gestión en inversiones socialmente responsables suman ya más de 53.000 millones (el compromiso es alcanzar 100.000 en 2025). 

En relación con particulares, pymes y empresas, el banco pone a disposición de sus clientes soluciones verdes que van desde la financiación para la adquisición, construcción y renovación de edificios energéticamente eficientes, o para la transición a transportes e infraestructuras limpias, hasta la generación, almacenaje y distribución de energías 100% renovables, el apoyo a la agricultura y la ganadería sostenibles y todo tipo de actividades y acciones que contribuyan a la economía circular.

Proyectos para cuidar la naturaleza

El grupo cántabro también evalúa el modo en que sus actividades financieras afectan a la naturaleza y en qué medida su negocio depende de ella. La entidad entiende que, entre los 15 aspectos establecidos por los criterios ESG, la naturaleza y la biodiversidad deben convertirse en claves esenciales de su estrategia global. Esta prioridad incluye identificar y gestionar el impacto que tiene la actividad financiera de Santander en los proyectos que financia. Entre ellos se encuentran la deforestación, la extracción de recursos naturales o el cultivo.

En Brasil, por ejemplo, colabora en la protección de la Amazonía y el desarrollo de prácticas sostenibles en la región. Se comprueban las solicitudes de préstamos de agricultores y ganaderos, con el fin de que sus actividades no estén relacionadas con prácticas como la deforestación ilegal o la ocupación de tierras indígenas. Además, se mantienen medidas adicionales a su política habitual de gestión de riesgos medioambientales con los clientes con operaciones en la Amazonía en este país.

Para el banco, la bioeconomía forestal tiene un gran potencial para cambiar la tendencia de la deforestación, aumentar el valor de los bosques y crear puestos de trabajo, fuentes de ingresos y desarrollo. Por ello, Santander lanzó en noviembre de 2022 la Plataforma Amazon Journey para fortalecer el ecosistema de innovación asociado a la bioeconomía forestal. Crada junto con la coalición Plano Amazonia, la Fundación Certi y el Vale Fund, tiene como objetivo movilizar a 20.000 profesionales cualificados de la región, con formación en emprendimiento, innovación y bioeconomía.

En Reino Unido, Banco Santander es uno de los miembros fundadores de la iniciativa Net Zero With Nature, cuyo objetivo principal es atraer financiación para rehabilitar los parques nacionales y prevenir de una forma natural las emisiones de carbono. El proyecto de recuperación del Cairngorms National Park, en Escocia, será financiado por el banco.

Otra muestra del compromiso del banco con la naturaleza y la biodiversidad es Motor Verde, una iniciativa impulsada por la Fundación Repsol. El objetivo es compensar 82.000 toneladas de CO2. La entidad financia la creación de tres Bosques Santander, que cubrirán en España una extensión de más de 300 hectáreas. 

En definitiva, la naturaleza y la biodiversidad están en peligro. Como afirma la presidenta del grupo, Ana Botín, “cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de hablar claro y de actuar. El mundo de las finanzas tiene un rol crítico. Más bancos deberían unirse a los Principios de las Naciones Unidas para la Banca Responsable, y contribuir con la fuerza del sector financiero mundial a dar respuesta a esta amenaza existencial”. Frenar el deterioro de la biodiversidad y promover su recuperación es, pues, uno de los principales desafíos de la sociedad actual. Si el planeta es de todos, el reto de protegerlo también es también una responsabilidad de todos.

La Tierra es el único astro del universo conocido que alberga vida, de modo que no sólo es nuestro hogar -y el de toda la biosfera de la cual el ser humano forma parte-, sino que constituye una maravillosa anomalía en el paisaje inconmensurable del cosmos. Nuestro planeta está sufriendo el impacto de una actividad humana que, desde la industrialización global y la expansión demográfica, ha puesto en grave riesgo (cuando no ha destruido ya) la calidad de los entornos naturales, la supervivencia de numerosas especies y el equilibrio de los ecosistemas.