Antonin Carême fue uno de los primeros cocineros estrellas. Desde el entorno más humilde, abandonado en un orfanato, llegó a aprendiz de pastelero, mostrando un espectacular talento y creatividad que le llevaron a ser cocinero de Napoleón, sus ministros y varios reyes europeos.
En esta serie sobre él de Apple TV+ se toman todas las libertades biográficas para convertirlo además en un espía en medio de intrigas palaciegas y un estilo a lo estrella de rock y la misma pasión por el sexo que por la gastronomía.
Una mezcla de géneros clásicos
Carême, chef de reyes es muy agradable de ver, con ritmo y con protagonistas con chispa y con encanto. Juega a varias bandas, la del genio que no puede evitar deslumbrar, la comedia libertina, las intrigas palaciegas o el drama de época y pasa por todos ellos liviana, sin destacar tampoco en ninguno.
En lo que funciona es en el conjunto, ese entretenimiento ligero con varias capas de sustancia. Cuando una interesa menos aparece la otra para compensar. Todas acompañadas por un montaje con una cadencia casi musical y unos decorados que no saben que ha ocurrido la Revolución francesa y muestran todos los excesos del Antiguo Régimen.
Basada en la biografía de un cocinero genial
La serie está basada en la biografía que escribió uno de los dos guionistas de la serie, el también actor Ian Kelly, que interpretó al padre de Hermione en Harry Potter y las reliquias de la muerte. Se ha descrito a sí mismo como un biógrafo accidental. El libro sobre Carême fue el primero que escribió y llegó a él atraído por la vida y la creatividad del siglo XVIII.
El Carême real es considerado uno de los primeros cocineros famosos y a la vez uno de los últimos de su estirpe. Poco después de su vida se popularizaron los restaurantes, pero él aún trabajaba para la realeza y la aristocracia. Conocía los gustos de la familia de banqueros Rothschild, del rey británico Jorge IV, del zar Alejandro I, la frugalidad de Napoleón y los gustos de su esposa, Josefina, que sufría halitosis.
En la serie se inventa un personaje valiente, energético, creativo y muy especialmente, seductor. Ian Kelly también ha escrito una biografía sobre Giacomo Casanova, y alguno de sus rasgos han permeado hasta el Carême de esta serie, siempre dispuesto al sexo y la seducción. Para él la primera mirada con una mujer ya es un juego de seducción.
Los fogones como arma diplomática en la Francia napoleónica
Carême fue cocinero, tanto en la realidad como en esta ficción, de Tayllerand, uno de los personajes más inteligentes y complejos de la época, especializado en las relaciones diplomáticas. La comida con la que agasajaba a sus invitados era parte de su lenguaje para atraer vínculos entre países y eso se muestra muy bien en esta producción.
Ese hecho real es aprovechado por el argumento para obligar a su protagonista a participar entre las luchas que vivían los dos principales ministros de Napoleón. Por un lado, el propio Tayllerand, por el otro, Fouché, ministro de la policía y otra inteligencia superior, rival del empleador de Carême.
El trasfondo de una rivalidad épica, la de Fouché y Tayllerand
Tanto Tayllerand como Fouché son dos primerísimas figuras para quienes disfrutan de la historia de ese periodo en Francia. Ambos son los dos políticos de alto rango que consiguieron sobrevivir al drástico cambio de régimen que supuso la Revolución francesa.
Mientras la guillotina era empleada como nunca y todo el mundo era sospechoso de todo, ellos consiguieron servir a Luis XVI, después a Napoleón y volver a hacerlo en la posterior restauración monárquica.
Un trasfondo histórico que puede dar mucho de si
Rivales durante mucho tiempo, también fueron aliados propiciando una conspiración contra el propio Bonaparte. Este trasfondo proporciona aventuras y agudas intrigas y podría servir para una serie de varias temporadas. Se ha ubicado al protagonista en un entorno en ebullición durante uno de esos periodos históricos de especial potencia y carácter.
El propio Carême es un personaje al que le queda mucho por contar. Dejó numerosas aportaciones en las cocinas, desde los postres escultóricos ligados con azúcar hasta la propia palabra chef o el gorro alto entre fogones.
Escribió varios libros destinados a sus colegas y simplificó y refinó las afamadas salsas francesas. Todo ello antes de morir joven, probablemente por el humo inalado entre fogones durante tantos años.
Energía moderna en ambiente palaciego
La serie está protagonizada por Benjamin Voisin, quien le aporta la energía y picaresca que el personaje requiere. Ha declarado a la BBC que la idea de los guionistas era que este chef tuviera “un aspecto a lo Mick Jagger. Eso es lo que me atrajo”.
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Le acompaña como amante la francesa-argelina Lyna Khoudri, de brillante carrera. Ella ya había colaborado con el director, Martin Bourboulon, en sus recientes películas sobre Los tres Mosqueteros.
El esplendor francés con todos sus clásicos
A la labor del guion se suma junto a Kelly el italiano David Serino, cuyo trabajo recomendábamos recientemente por la magnífica Mussolini, hijo del siglo, otra adaptación histórica en la que colaboraba con el autor del libro original.
Ya están disponibles los cuatro primeros episodios y los próximos miércoles se irán programando los cuatro restantes de esta temporada. Se completa así una producción francesa que se apoya en muchos de los tópicos de su historia. El refinamiento, la innovación política, la creatividad culinaria o la disoluta vida amorosa de sus élites. Consigue una buena mezcla de ingredientes que deja buen sabor y que aún tiene margen de mejora.
Antonin Carême fue uno de los primeros cocineros estrellas. Desde el entorno más humilde, abandonado en un orfanato, llegó a aprendiz de pastelero, mostrando un espectacular talento y creatividad que le llevaron a ser cocinero de Napoleón, sus ministros y varios reyes europeos.