'Todo a la vez en todas partes' triunfa en unos Oscar sin sorpresas, estridencias ni bofetones

Todo a la vez en todas partes ha sido la película triunfadora de la 95 edición de los Oscar de Hollywood, entregados esta madrugada en el Dolby Theatre de Los Ángeles en una gala de más de tres horas y media correcta y controlada, elegante, sin estridencias, con sus dosis de humor y nada reivindicativa. Sin sorpresas y sin bofetones, aunque el recuerdo al incidente protagonizado por Will Smith y Chris Rock el pasado año estuvo latente durante toda la velada y fue verbalizado en diferentes ocasiones por el presentador, Jimmy Kimmel.

Todo a la vez en todas partes se convierte así ya oficialmente la película del año después de hacerse con siete de las once estatuillas a las que aspiraba. A saber: Mejor película, Mejor dirección (Dan Kwan y Daniel Scheinert), Mejor actriz principal (Michelle Yeoh, primera asiática en conseguirlo), Mejor montaje (Paul Rogers), Mejor guion (Dan Kwan y Daniel Scheinert), Mejor actriz de reparto (Jamie Lee Curtis) y Mejor actor de reparto (Ke Huy Quan).

El premio a Mejor actor fue para un emocionadísimo Brendan Fraser por su impactante papel en La ballena, cinta dirigida por Darren Aronofsky que también fue distinguida en la categoría de Mejor maquillaje y peluquería. Sorprende que, a pesar de sus diversas nominaciones, se fueron de vacío de la gala cintas como Elvis, Almas en pena en Inisherin, Los Fabelman o Tár. Top Gun: Maverick no logró despegar y se tuvo que conformar con un único premio en la categoría técnica de Mejor sonido. Sí que fue ampliamente reconocida con cuatro premios la alemana Sin novedad en el frente (Mejor fotografía, Mejor banda sonora original, Mejor diseño de producción y Mejor película internacional).

La ceremonia arrancaba con la divertida bienvenida de Jimmy Kimmel, y un anuncio: "Si alguien en este teatro comete una agresión, automáticamente se os dará el Oscar a mejor actor y podréis hacer un discurso de 90 minutos". Una broma para referirse directamente al ya célebre bofetón del año pasado de Will Smith a Chris Rock, que todavía resuena en el Dolby Theatre de Los Ángeles, epicentro del cine mundial desde el corazón de Hollywood. "A estas horas de la gala echas de menos una bofetada", insistiría sonriente más tarde, pasado el ecuador de la velada.

"Dicen que James Cameron no ha venido a la gala porque no está nominado a mejor dirección. ¿Por qué no le nominaron... pensaban que era una mujer?", lanzó en el arranque el presentador, cómodo en su papel por tercera vez al frente de la gala de los Oscar, sobre la ausencia de directoras entre las nominadas. Y se atrevió a bromear incluso con el único director nominado en seis décadas diferentes: "Dicen que todo son secuelas o precuelas, que a Hollywood se le acaban las ideas. El mismísimo Steven Spielberg ha tenido que hacer una película sobre Steve Spielberg".

El momento más político tuvo lugar con el premio a Mejor documental para Navalni, un canto a los derechos humanos sobre el principal opositor de Vladimir Putin, que sigue detenido por considerar injusta la guerra de Rusia contra Ucrania. "No tenemos que tener miedo a oponernos a los dictadores y al autoritarismo, se produzca donde se produzca", dijo el director Daniel Roher. "Mi marido está en prisión por defender la democracia y decir la verdad. Sueño con el día en el que vuelvas a ser libre y nuestro país también los sea. Sé fuerte", aseveró por su parte Yulia Navalnaya, esposa de Alexei Navalni.

'ARGENTINA 1985' SE QUEDA SIN PREMIO

Argentina 1985 no pudo vencer a la favorita, la alemana Sin novedad en el frente, que se alzó también con el premio a la Mejor película de habla no inglesa. La cinta protagonizada por Ricardo Darín no ha podido así culminar con el Oscar su triunfal trayectoria en la carrera de premios en la que se ha hecho también, entre otros, con el Globo de Oro a la mejor película internacional y el Goya a la mejor película iberoamericana. El filme también ganó anteriormente el premio FIPRESCI del Festival de Venecia y el premio del público en el Festival de San Sebastián.

Guillermo del Toro aprovechó el Oscar a su Pinocho para reivindicar la animación como "cine", no como "un género solo para niños". "Es un medio y está lista para llegar al siguiente nivel. Mantengamos la animación dentro de la conversación", afirmó el mexicano al recoger un premio a una cinta también distinguida esta temporada con el BAFTA británico, el premio en los Critics Choice o el Globo de Oro a mejor película de animación. 

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En las actuaciones musicales de las canciones nominadas destacaron dos grandes divas del pop. Por un lado, una Lady Gaga inconmensurable que se apuntó a última hora para interpretar Hold my hand, el tema de Top Gun: Maverick vestida de manera informal en camiseta y vaqueros y sin maquillaje (lejos por tanto de impactantes estilismos del pasado). Y por otro, una Rihanna de regreso triunfal tras su reciente actuación en el intermedio de la Super Bowl y que, tras cantar el tema de Black Panther. Wakanda Forever, Lift me up, con homenaje a Chadwick Boseman, fue ovacionada por el público en pie. Sin embargo, el Oscar a Mejor Canción Original fue para Naatu Naatu, composición de la película RRR, con música de M.M. Keeravaani y letra de Chandrabose.

Otros galardones fueron para An irish goodbye (Mejor cortometraje), Avatar: el sentido del agua (Mejores efectos visuales), Black Panther: Wakanda forever (Mejor diseño de vestuario), Nuestro bebé elefante (Mejor cortometraje documental), El niño, el topo, el zorro y el caballo (Mejor corto de animación) y Ellas hablan (Mejor guion adaptado).

Una gala sobria, en definitiva, de más de tres horas y media en la que se repitieron las palabras de agradecimiento a las madres y en la que Lenny Kravitz actuó en directo durante el recuerdo in memoriam a los fallecidos del último año y en la que la noticia es que los premios se repartieron sin incidencias y sin violencia inesperada, cumpliendo a rajatabla el guion. Reinó el sentido del humor en una noche de domingo en la que quizás la anécdota más recordada será, con permiso de los dedos salchicha en la actuación musical de David Byrne, la aparición de Jimmy Kimmel acompañado por la burra Jenny, de Almas en pena en Inisherin. No dará tanto que hablar como el bofetón de 2022, lo cual, a su manera, certifica el regreso a la normalidad de unos Oscar en los que se habla exclusivamente de cine.

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