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David Lowery: “¡Es más fácil contar historias sin tanta tecnología!”

Un fotograma de 'En un lugar sin ley'.

De su primera película -St. Nick- a la segunda -En un lugar sin ley-, el cineasta David Lowery ha pasado de contar con protagonistas desconocidos a imprimir en el cartel nombres como los de Casey Affleck, Rooney Mara o Ben Foster. Y de tener unos 9.000 euros de presupuesto, a la nada despreciable cifra de casi tres millones. El director estadounidense dice considerarse un hombre "afortunado". Y razones, efectivamente, no le faltan. Su filme, estrenado este viernes en cines en España, no solo ha sido bendecido en su producción: una vez en la calle, ha sido incluido en la lista de los diez mejores títulos independientes de 2013, que cada año realiza la asociación de críticos de su país, la National Board of Review. 

A contracorriente del flujo del mainstream -que impone un ritmo cada vez más vertiginoso a las películas-, Lowery, que antes se dedicaba a la edición (trabajó, por ejemplo, en la reciente y muy esperada Upstream color, de Shane Carruth), ha optado por una factura casi estática, intermitente, que se regocija, más que en las palabras o los hechos, en la belleza de las imágenes y de los gestos casi imperceptibles. Con un aire absolutamente estadounidense, con sabor a western marcado por el ritmo del folk, la película se adentra en la relación de dos forajidos que se ven separados cuando, en plena huida, ella dispara a un policía, un crimen por el que él paga con la cárcel. Con el tiempo, se fuga para buscarla a ella y a la hija que tuvieron juntos. Pero ya nada es lo mismo. 

En estos tiempos en los que las películas tienden a la espectacularidad y los efectos visuales, usted ha decidido hacer exactamente lo contrario: un filme lento y poético que se regocija en los detalles casi imperceptibles. ¿Se lo ha planteado como una declaración de principios?

No es tanto una declaración de principios como una muestra de mis preferencias personales. Me gustan las películas que prestan atención a los pequeños detalles. Ese es un punto de entrada para mí, una manera de hacer que cualquier tipo de historia se sienta personal. La mayor historia se puede convertir en algo íntimo y el gesto más íntimo puede volverse épico si te concentras en los detalles adecuados.

Antes se dedicaba a la edición, y eso es algo que se deja sentir en la película. ¿Cuál es ese paso más que tiene que dar un director para componer una narración?

Es importante que el director esté atento a todos los detalles, porque cada movimiento de la cámara, cada escena, cada actuación, tiene un efecto acumulativo. Cuando estás rodando, necesitas concentrarte en cómo lo que estás grabando hoy va a afectar a lo que estás pensando en grabar mañana. Y si haces un cambio, debes ser consciente de que desatará un efecto dominó sobre el resto del filme. Saber cómo la película quedará cuando la edites te permite economizar, pero también te fuerza a estar constantemente alerta de en qué se está convirtiendo según la vas rodando.

Rooney Mara y Casey Affleck son capaces de representar a una pareja normal que es al vez en cierto modo melancólica y profunda. ¿Por eso eligió a estos actores como protagonistas?normal

Siempre me ha encantado Casey, y siento que mi escritura simplemente se adapta a su capacidad interpretativa. Escribo personajes que él podría representar perfectamente. Rooney había hecho solo unas pocas películas cuando le envié el guion, pero sus interpretaciones son tan variadas y con texturas tan ricas, cada una a su manera, que confiaba en que podría disolverse completamente en una chica de pueblo de Texas, lo cual fue otro elemento importante a la hora de incluirlos en el reparto. Pero también Ben Foster: quería actores que parecieran encajar en este mundo, y en el pasado. Quería que tuvieran cierta cualidad intemporal.

Ha elegido una estética de los setenta –como reminiscencias de otras décadas del siglo XX- como contexto para la película. ¿Podría funcionar si estuviera ambientada en nuestra época?

Ambientar la película en el pasado hace que pueda percibirse como un cuento de hadas. Hay una versión de la historia que podría ambientarse en el presente, pero no sé si el tono sería exactamente el mismo. Y creo que cosas como los teléfonos móviles o Internet forzarían un cambio significativo en la trama. ¡Es más fácil contar historias sin tanta tecnología!

Este es su primer trabajo de gran presupuesto. ¿Cómo lo levantó?

¡En un principio iba a ser una película de bajo presupuesto! Terminé el guion, me puse una fecha límite para empezar el rodaje y empecé a unir las piezas. En el proceso, comencé a ganar un poco de atención y a crecer un poco. Ocurrió de una manera muy orgánica y rápida. Me considero muy afortunado.

Se ha hablado mucho de la influencia de Terrence Malick en su obra. ¿Qué otras influencias reconoce?

Malick es sin duda una influencia. No lo puedo negar. También Robert Altman, John Ford, Nicholas Ray y Jacques Audiard, así como Claire Denis y James Gray.

El título de la pelícla –Ain't them Bodies Saints- se ha traducido al español como En un lugar sin ley. ¿Qué quería expresar con el título original, y qué le parece la traducción?Ain't them Bodies SaintsEn un lugar sin ley

El título original en inglés es distintivamente estadounidense, así que acepto completamente la necesidad de traducirlo. Creo que En un lugar sin ley está muy bien, dado que Texas realmente da esa sensación muchas veces. También me recuerda a mis títulos favoritos de Nicholas Ray: In A Lonely Place (En un lugar solitario) o On Dangerous Ground (literalmente, En terreno peligroso, aunque traducida al español como La casa en la sombra). El título original quería evocar las letras de una canción folk. Quería que esta película se percibiera como una canción, y pensé que el título sería un buen sitio por el que empezar.

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