Películas
Fuera el corsé de la corrección política

Si realmente es verdad aquello de que uno siempre quiere lo que no puede tener, el próximo fin de semana debería haber hordas de espectadores haciendo cola a las puertas de la sala Artistic Metropol. El templo madrileño del cine fantástico y alternativo ha programado para los días 17, 18 y 19 de enero el maratón Lo + prohibido, ocho títulos de culto que, cada uno por su particular razón, han sido censurados o, por lo menos, han causado su buena ración de revuelo.
“Realmente prohibidos solo ha habido uno de ellos, A serbian film (de Srđan Spasojević)”, explica Ángel Mora, el director de la sala, cuyos otros títulos programados serán Pink flamingos, de John Waters; Saló, de Pier Paolo Pasolini; Caníbal Feroz, de Umberto Lenzi; La gran comilona, de Marco Ferreri; Mártires, de Pascal Laugier e Historia de Ricky, de Ngai Kai Lam, a los que se sumará un filme sorpresa para la clausura. “El resto son películas que sí se han estrenado, pero son títulos muy polémicos y bizarros”.
Cada cual, eso sí, lo es por sus propios méritos. Desde el componente escatológico de Pink Flamingos, a la simulación del canibalismo de la cinta de Lenci, que recoge el testigo del clásico Holocausto Caníbal, la representación orgiástica de La gran comilona o el sadomasoquismo de la cinta de Pasolini. “Tenemos un perfil dedicado al cine fantástico y, sobre todo, independiente”, apunta el director de Artistic Metropol, que también se dedica a la producción y distribución, a la pregunta de cómo encaja este ciclo en su programación. “Siempre proyectamos películas pequeñas y de poca difusión, así que en ese sentido estos títulos sí que conectan con nuestro público”.
La más controvertida, la película de terror A serbian film, de 2010, lo es por mostrar imágenes –subrayamos, de ficción- de pornografía y pedofilia. Y a su llegada a España levantó una polvareda tal que Ángel Sala, director del Festival de Sitges, fue denunciado por incluirla en su programación, y un juez prohibió que se proyectara en el certamen de San Sebastián. “Personalmente nos fastidia la idea de la censura, por eso hemos utilizado como lema el Prohibido prohibir”, apunta Mora. “Cualquier cuestión cultural debe no tener censura: quien la tiene que aportar es el espectador, yendo o no yendo”.
“Estamos en 2014”, concluye el también director y productor de cine, “y creemos que ya no se debería prohibir o censurar por muy escabrosos que sean los temas que se tocan, ya que siempre es arte y quienes lo hacen son actores. Se trata de cine de ficción, y entendemos que los que han trabajado en estas películas lo han hecho con total libertad”.
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