Música

Led Zeppelin en la era digital

Una imagen de archivo de Led Zeppelin.

Francisco Chacón

Y llegó el día que los millones de fans de Led Zeppelin esperaban. La ardua labor de remasterizar los tres primeros álbumes de la legendaria banda se ve recompensada con la edición de una espectacular caja recopilatoria el 3 de junio, con premio incluido: un cuarto disco que testimonia uno de sus enérgicos conciertos allá por 1969 en París.

Las millonarias ofertas para una hipotética reunión del grupo se suceden sobre la mesa de Jimmy Page, pero el demoledor guitarrista no se habla con Robert Plant, esa garganta privilegiada que trasladó al rock británico todo el sentimiento del mejor blues-rock.

El imperfecto sonido original de las viejas canciones da paso a la contundencia de la era digital para regocijo de los degustadores de uno de los repertorios más brillantes de la historia de la música. Piezas tan míticas como Dazed and confused, Communication breakdown, Whole lotta love, Heartbreaker, Celebration day o Since I've been loving you desfilan en un túnel del tiempo que nos traslada al panorama de rebeldía que imperaba en el cambio de década.

El sueño hippie languidecía y Led Zeppelín recogía los nuevos anhelos de la juventud británica. Su inconfundible sello marcó la irrupción del hard-rock. Melenas al viento. Orgías de sexo y drogas.

El mundo parecía aproximarse a un giro brusco. Por eso, ya hay quien ve en las reediciones de hoy un síntoma de que la puesta al día de este legado se produce en un contexto igual de convulso y con señales apocalípticas que invitan a los mensajes revolucionarios.

A sus 70 años, Jimmy Page ha hecho oídos sordos a los desplantes de Robert Plant, inmerso en una carrera en solitario que alcanzó la cumbre junto a la cantante norteamericana Alison Krauss. Fue justo antes de aquel histórico reencuentro con el díscolo guitarrista en el O2 Arena de Londres (diciembre de 2007), una fecha que alimentó las esperanzas de quienes desean ver a Led Zeppelín en el siglo XXI.

Pero no, ya no tiene sentido. Dejó de tenerlo aquel 25 de septiembre de 1980, cuando apareció muerto el batería, John Bonham, en la mansión de Page. Se ahogó en su propio vómito, aunque nunca se hallaron restos de drogas a su alrededor.

Precisamente, las desgracias se alternaron con las juergas en el devenir de unos Led Zeppelin que han influido a cientos de bandas y solistas en todos estos años: The Black Crowes, Lenny Kravitz, The White Stripes, The Black Keys y un largo etcétera.

“Estoy harto de los juegos de Robert”, ha declarado recientemente Jimmy Page, partidario de una segunda juventud de los artífices de himnos como Black dog o Stairway to heaven. El guitarrista anticipa que tiene muchas ganas de tocar otra vez y que no se va a cortar a la hora de recuperar el cancionero que le apetezca: “También es mío y puedo interpretarlo si quiero”, ha dicho desafiante.

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