Mafe Moscoso, escritora: "El problema no somos los migrantes, sino las fronteras que causan tantas heridas"

Kotopaxi (SDKSA, 2025) es el nuevo y poderoso libro de la escritora ecuatoriana Mafe Moscoso, un artefacto antigénero que suma a la 'ciencia ficción andina' el ensayo anticolonial y el apunte metafísico. La fábula narra un evento en el Mediterráneo en el año 2057: la apertura de un agujero en la corteza oceánica por donde emergen "pájaros cuvivíes invertidos", que inician un viaje migratorio de regreso, el "reinicio andino", hacia su origen en el volcán Cotopaxi (Ecuador). La historia se entrelaza con las percepciones de una científica y las intervenciones de la voz poética sobre la migración, la identidad y la historia política y colonial de su país equinoccial. 

Este título es, a su vez, el segundo lanzamiento de la joven editorial SDKSA, sello migrante que nace como evolución natural de Sudakasa, el lugar creado de la nada hace dos años en Illana (Guadalajara) por "varias escritoras y artistas sudakas pensando en contar por primera vez" con su "propio espacio cultural autónomo para la creación literaria y artística", tal y como cuenta a infoLibre una de ellas, la peruana Gabriela Wiener, quien anticipa la intención de conformar un catálogo "que ponga en el centro la experiencia migrante con autorxs no blancos, más autorxs negrxs, marronxs, asiáticxs, que no tienen cabida en las editoriales hegemónicas, multinacionales o independientes españolas y el mercado del libro en general". 

Sobre este proyecto y sobre este nuevo libro hablamos con la escritora Mafe Moscoso.

¿Qué es Kotopaxi

Kotopaxi es una montaña y no solo. En este caso, es una fábula de ciencia ficción equinoccial, como a mí me gusta imaginarla, circular, que de alguna manera superpone varias capas del lenguaje y varias capas ontológicas para contar la historia de unos pájaros, los cuvivíes, que hacen cada año su propio viaje migratorio, que suele terminar en una laguna en Ecuador, a la que suelen lanzarse de cabeza, sin que haya todavía una explicación. Para este libro hice un trabajo de campo y estuve durante un tiempo trabajando con un grupo de científicos y científicas del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC en Barcelona, y también en Ecuador, en la zona del Cotopaxi, justamente que es el lugar donde viene mi línea materna, mi abuela, los antepasados de mi abuela.

¿Una fábula de ciencia ficción equinoccial?

Aquí lo que ocurre es que hay una explosión volcánica en el Cotopaxi, pero es una explosión inversa porque la lava entra y lo que hace es empujar las capas tectónicas que terminan en ese orificio que conecta con el océano Pacífico y el mar Mediterráneo. Esto es fruto también de la investigación que he hecho en el campo de la ciencia, que me ha permitido entender de alguna manera cuál es el origen de una explosión, de un volcán. ¿Por qué un volcán entra en erupción? Entendí que está conectado con las capas oceanográficas, que se empujan unas a otras y que producen un efecto sobre los volcanes de la Tierra. Esto me parece fascinante en el sentido de que me permite entender que todo está interrelacionado. Al entender eso, me es más fácil a su vez entender que esto que nosotros hemos inventado, que llamamos estados, han puesto en juego una serie de muros y de fronteras que lo que hacen es provocar erupciones. El problema no somos los migrantes, sino las fronteras que están causando todo tipo de problemas, de violencias y heridas en todo el mundo. 

¿Cuáles son los "pájaros migratorios del tercer mundo"?

Son esos cuvivíes, que cada año hacen su recorrido migratorio desde Estados Unidos, y cuando están haciendo su trayectoria migratoria, cuando pasan por Ecuador, cuando atraviesan cerca de un volcán, que es el Chimborazo, suelen muchos de ellos lanzarse y morir sobre una laguna, la del Ozogoche. Esto ocurre cada septiembre pero nadie sabe por qué. Los indígenas tienen sus hipótesis, los científicos tienen sus hipótesis, pero no se sabe muy bien qué ocurre. Eso llamó mi atención y he puesto en juego la idea de pájaros migratorios como unos seres que lo que hacen es ir y volver todo el rato en un tiempo y en un espacio circular, que es de alguna manera lo que nos ocurre a las personas que hemos migrado. Porque el tiempo, el futuro, el pasado y el presente siempre están correlacionados, igual que el allí y el aquí. Además, los cuvivíes son unos pájaros que también experimentan las violencias que implica la migración de personas del sur global al norte global, en este caso a España. ¿Qué ocurre cuando un pájaro cuviví aparece en España? ¿Cuáles son los mundos que se abren dentro y fuera del pájaro? 

Todo empieza cuando se abre la "puerta hidro-cósmica" y se produce un gran terremoto. ¿Es un aviso? ¿Puede el mundo estallar si se contienen más duramente los flujos migratorios?

No, al contrario. Yo creo que el mundo ya explotó, pero por otras cosas. Yo creo que la puertita hidro-cósmica se abre precisamente porque reivindica el lugar y el derecho que tenemos los migrantes a fluir por el mundo. Lo que hace de alguna manera es cuestionar que ciertas personas sí tengan derecho a que se les abran las fronteras y otras no. Eso forma parte de las lógicas de un sistema que efectivamente explotó, y considero por eso que hay varios mundos que están en colapso, de distintas maneras y en escalas diferentes, pero interrelacionados. Esto reivindica nuestro paso por el mundo y esta puertita hidro-cósmica se abre porque es el camino que nosotros nos podemos inventar para imaginar conexiones entre allí y el aquí. 

¿Es este libro un intento de fomentar la empatía con los migrantes?

A mí me gusta más pensar en desarrollar una suerte de sensibilidad hacia eso que se llama la otredad: la capacidad de atender, de mirar y de acercarse sin que el otro sea un otro y una otra. Porque ese modo de enfrentarte o enfrentarnos al otro y a la otra, lo que hace es marcar o inventarse una palabra que es la extranjería. La palabra, la categoría extranjería, ya pone en juego toda una serie de prejuicios que en el fondo son completamente coloniales, sobre el otro y la otra, que es leído desde una serie de prejuicios que lo que hacen es colocarnos en etiquetas que nos destinan a un lugar como bárbaros, como salvajes, como incivilizados, como carentes de una serie de cosas. Siempre en lo bajo, en un lugar secundario con respecto a una jerarquía en la cual, claro, lo blanco, lo español, está arriba. Esto es producto de una historia colonial, de una historia de un sistema colonial que lo que ha hecho es radicalizarse durante los últimos años con la presencia de los fascismos. Pero esto no es solo un problema de los fascistas, es un problema de todos, en el sentido de que tenemos un inconsciente colonial completamente arraigado en nuestro modo de mirar, pero sobre todo en nuestro modo de sentir, pues tiene que ver con nuestra sensibilidad, que lamentablemente es colonial. 

"España no es blanca. Es una sociedad que desde hace siglos es mestiza"

Claro, por eso lo de "hemos venido a desintegrar el fucking hechizo colonial". ¿Se despojará Europa, el primer mundo, de esa actitud colonial sistémica?

Pues yo creo que solos no podéis (risas). Ya estamos aquí, o sea, Europa nunca fue blanca, ese es otro mito, porque yo creo que Europa vive varias ficciones, la primera de ellas que es blanca. Y como nos dice la gente afroespañola, por ejemplo, o mis compañeros y compañeras gitanos y gitanas, o los musulmanes que son españoles, España no es blanca. Es una sociedad que desde hace siglos es mestiza. Es un mundo mestizo que vive bajo la ficción de su blanquitud. Y esta es una ficción colonial que interesa sostener, porque cuando tú deshumanizas al otro y a la otra que no es español, que no es blanco, es más fácil ejercer cierto tipo de violencia. Pero no es cierto, y eso es súper útil para el capital, para que el sistema se sostenga. El caso es que Europa o España nunca han sido blancas y ahora tampoco lo son. Y está dejando de serlo a pasos muy grandes porque somos muchos migrantes. Llegamos, estamos aquí, y además no nos vamos a ir. Estamos cambiando esta sociedad, la estamos contaminando en el mejor de los sentidos. Venimos a desintegrar el fucking hechizo colonial y no nos van a echar porque tenemos derecho de estar aquí. 

Hay una radicalización muy fuerte de la otredad que tiende al fascismo, el racismo y el colonialismo

¿Qué puede aportar la literatura al entendimiento entre los locales y los migrantes?

En mi caso hay un esfuerzo grande por intentar no ser excesivamente complaciente con lo que se espera que yo diga o escriba sobre mi condición migrante cotidiana. Es decir, intento escapar de una necesidad europea por configurar una mirada sobre los migrantes o sobre Ecuador que nos exotiza, que nos subordina, que nos romantiza muchas veces, que nos victimiza... Tengo mucho cuidado de no intentar complacer esta avidez del mercado literario. Por otro lado, la ficción ha sido y es una gran herramienta para generar otras narrativas, de manera que ya nadie habla por nosotras, sino que estamos contando nuestra propia historia, imaginando nuestros propios mundos.

¿Qué dice de nosotros como sociedad que estén tantos países endureciendo sus políticas migratorias? Si todos fuéramos pájaros migrantes, no sé donde demonios acabaríamos.

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Creo que hay una desorientación importante, así como una radicalización muy fuerte de la otredad. Hay una sensibilidad que está tendiendo la exacerbación del fascismo, del racismo y del colonialismo. Yo creo que eso nunca se ha ido, es decir, estamos hablando de una sociedad que nunca revisó su propia historia y su propia historia colonial. En España hay un problema con la memoria, no solo la de las últimas décadas, sino de los últimos siglos. Como no ha habido un trabajo con la propia historia colonial, con la propia idea de esta sociedad mestiza, ahora se están poniendo en juego una serie de factores que están permitiendo una radicalización de los fascismos, de los racismos, del colonialismo y de varias violencias también, como la sexista, la machista, etcétera. Me parece que es una reacción a la presencia de nuestras voces, y creo que esa reacción son los últimos coletazos de un monstruo que está cayendo. No sé qué va a ocurrir cuando caiga el monstruo del sistema capitalista colonial, pero está cayendo.

¿Qué significa para usted publicar en Sudakasa? 

Sudakasa, el espacio, y la editorial SDKSA, es un proyecto súper importante para quienes estamos aquí, porque es un lugar hospitalario y seguro para la resistencia. Sudakasa es un lugar que alberga nuestros modos, nuestras epistemologías, nuestras ficciones, nuestras prácticas, nuestras relaciones de amor y amistad, y que de alguna manera nos protege pero también nos permite estar, tener presencia, por ejemplo en un mercado literario que es bastante monstruoso también en el sentido de que está marcado por las lógicas neoliberales de las grandes editoriales. Son monopolios y como tales ponen en juego lógicas y leyes editoriales en las cuales se entra o no se entra, o se está ahí o eres completamente marginal. Por eso me siento completamente afortunada de lanzar al mundo Kotopaxi de la mano de Sudakasa, de la mano de mi editora, Gabriela Wiener, porque ha sido un proceso fantástico. Para mí, ha sido muy importante políticamente que sea Sudakasa porque creo que Sudakasa va a tener un lugar muy importante dentro del mundo editorial en España. Necesitamos que Sudakasa exista porque somos muchas voces que ya estamos aquí, por suerte.

Kotopaxi (SDKSA, 2025) es el nuevo y poderoso libro de la escritora ecuatoriana Mafe Moscoso, un artefacto antigénero que suma a la 'ciencia ficción andina' el ensayo anticolonial y el apunte metafísico. La fábula narra un evento en el Mediterráneo en el año 2057: la apertura de un agujero en la corteza oceánica por donde emergen "pájaros cuvivíes invertidos", que inician un viaje migratorio de regreso, el "reinicio andino", hacia su origen en el volcán Cotopaxi (Ecuador). La historia se entrelaza con las percepciones de una científica y las intervenciones de la voz poética sobre la migración, la identidad y la historia política y colonial de su país equinoccial. 

SUDAKASA

"Somos un colectivo editorial ligado a Sudakasa, formado por tres sellos originarios de Abya Yala: Esto no es Berlin, Los libros de la mujer rota y la recién nacida Sudakasa ediciones", explica la escritora peruana Gabriela Wiener. "El primer libro de Sudakasa ediciones fue Siembra, relatos de vida migra, una antología de los textos trabajados en las sesiones de trabajo y escritura como parte de nuestro proyecto con mujeres y disidencias migrantes. Kotopaxi es el segundo libro que editamos. SDKSA Ed. tendrá un catálogo que ponga en el centro la experiencia migrante con autorxs no blancos, más autorxs negrxs, marronxs, asiáticxs, que no tienen cabida en las editoriales hegemónicas, multinacionales o independientes españolas y el mercado del libro en general", destaca.

Esta aventura editorial es una vía de acción más a partir de Sudakasa, el espacio que pusieron en marcha en Illana (Guadalajara) en 2023 "varias escritoras y artistas sudakas" pensando en contar por primera vez con su "propio espacio cultural autónomo para la creación literaria y artística". "Soñábamos con tener nuestras propias infraestructuras sin depender de las españolas, gestionado por nosotras mismas para nosotras mismas, la comunidad migrante y racializada en Madrid y Castilla. Convertimos el insulto en casa", remarca.