Fallece a los 96 años el actor Héctor Alterio, la mirada profunda de un argentino español

Alicia García de Francisco | EFE

Argentino de nacimiento y español de adopción, Héctor Alterio se reconocía "de los dos lugares". "Vivo en un barrio alejado de mi país", afirmaba este actor de ojos expresivos, que hizo cine, televisión y mucho teatro. Fue sobre las tablas donde comenzó su larga carrera profesional.

Debutó con 19 años con 'Prohibido suicidarse en primavera', una obra de Alejandro Casona que representó en su Argentina natal. Su último trabajo estrenado ha sido la serie televisiva 'Su Majestad' en 2025 y antes de eso el largometraje 'Las consecuencias' (2021), de Claudia Pinto, y los documentales 'El viaje de Julieta' y 'La memoria del cine: Una película sobre Fernando Méndez-Leite'.

Como aseguró en una entrevista con EFE, actuar era lo único que sabía hacer. "Llevo setenta años en las tablas, haciendo de todo, desde obras buenas, a otras malas o regulares. Desde que tengo uso de razón que estoy allí y creo que no tengo otra alternativa que seguir, porque el oficio es lo único que tengo. Si me quedo sin eso, no tengo más remedio que estar pendiente de mi jubilación", afirmó.

Y allí siguió, en un teatro, hasta los 96 años. Dando lecciones de buen oficio, de elegancia y de un amor por la interpretación que supo transmitir a sus hijos, Ernesto y Malena.

Con ellos y con su mujer, la psicoanalista Ángela Bacaicoa, se instaló en España en 1975 tras recibir amenazas de muerte de la Triple A, organización paramilitar estatal que operó durante los años previos a la última dictadura (1976-1983).

"Aún recuerdo el calor de la mano de mi hijo cuando tenía 4 años y cruzábamos Bravo Murillo, la calle del hostal en el que vivíamos, y me decía '¿papá en qué idioma hablan?' porque no lo entendía", explicaba.

Le tocó empezar casi desde cero, pese a que ya tenía una carrera consolidada en Argentina, donde en 1950 había creado la compañía Nuevo Teatro, y donde había participado en películas tan destacadas como 'El santo de la espada' (1969), 'La fidelidad' (1970), 'La tregua' (1974) o 'La Patagonia rebelde', Oso de Plata en Berlín en 1974.

En España lo acogieron colegas como la fallecida directora Pilar Miró o actores como Nuria Espert -con la que hizo 'Divinas palabras'- y Juan Diego, que le dieron, como él recordó en varias ocasiones, la oportunidad de trabajar y le ayudaron en todo lo que precisó.

Se hizo popular en España por series como 'Santa Teresa', 'Segunda enseñanza', 'El Quijote' o 'La regenta' y por películas como 'A un dios desconocido' (1977) -premio al mejor actor en el Festival de San Sebastián-, 'El crimen de Cuenca' (1977), 'El nido' (1980), 'Don Juan en los infiernos' (1991) o 'El detective y la muerte' (1994).

Y siguió trabajando en el cine argentino, en 'Camila' (1984) o 'La historia oficial', ganadora del Óscar a mejor película extranjera. Además de 'Plata quemada' (2000) 'El hijo de la novia' (2001), 'Kamchatka' (2002) o 'El último tren' (2002). Una trayectoria en el cine por la que en 2004 recibió el Goya de honor.

También continuó participando en series televisivas. Una de las más destacadas, 'Vientos de agua', dirigida por su compatriota Juan José Campanella, y que contaba una historia con similitudes con la suya personal. La inmigración y el exilio centran esta historia en la que compartió papel con su hijo Ernesto.

Y nunca dejó de lado su amado teatro. En 2004 recibió un Max por su trabajo en 'Yo, Claudio'. Y en los años siguiente encadenó montajes como los de 'El túnel', de Ernesto Sabato; 'Dos menos', de Samuel Benchetrit; 'La sonrisa etrusca', de José Luis Sampedro; o 'El Padre', de Florian Zeller.

"En el teatro me siento casi patrón de mi trabajo porque lo manejo yo, respetando los elementos de la dirección claro, pero puedo decidir en qué momento se corta el silencio, en qué momento se apura", resaltaba el actor.

Además, en su afán perfeccionista, el teatro tenía algo único que no existía en el cine o la televisión. Y es que le permitía "mejorar cada día lo del día anterior".

Argentino de nacimiento y español de adopción, Héctor Alterio se reconocía "de los dos lugares". "Vivo en un barrio alejado de mi país", afirmaba este actor de ojos expresivos, que hizo cine, televisión y mucho teatro. Fue sobre las tablas donde comenzó su larga carrera profesional.

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