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ECONOMÍA

Las agencias, preocupadas por el desplome de la libra: “Podría frenar la llegada de turistas”

Un grupo de turistas en el centro de Valencia este martes.

Reino Unido se enfrenta a una etapa desconocida de su historia en medio de una gran incertidumbre. Inicia un nuevo reinado, con un nuevo Gobierno, que ha anunciado la mayor rebaja fiscal en 50 años y que debe abordar un contexto económico inédito, en soledad, sin la compañía de sus socios europeos. Además, debe soportar los efectos de la devaluación de la moneda, ante la desconfianza de los inversores internacionales que, de momento, no son optimistas con su futuro. La libra se ha devaluado en una semana aproximadamente un 5% respecto al dólar y al euro respectivamente. Esta pérdida de valor de la moneda esterlina preocupa en España, porque el Reino Unido es el principal cliente turístico y esta situación puede provocar un freno en la actividad.

Sin duda que podría frenar la llegada de turistas”, explica a infoLibre Carlos Garrido, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes. “Está claro que el mercado británico es el primero en España, en el sentido de que son los que más tiempo pasan aquí cuando hacen las reservas. Evidentemente un encarecimiento de los viajes, que es lo que supone la devaluación para ellos, es posible que tenga una repercusión en la llegada de turistas”, añade Garrido. 

El portavoz de la principal asociación de agencias de viajes asegura que no cree que afecte a esta temporada, porque los paquetes vacacionales suelen comprarse con antelación: “La temporada alta está terminando, por lo que en este momento, si es algo puntual, no sería tan grave, excepto para Canarias, donde sí podría tener una repercusión inmediata”, explica Garrido. 

El desplome de la libra

La caída de la libra empezó con el anuncio de la nueva primera ministra británica, Liz Truss, del mayor recorte de impuestos en Reino Unido desde el plan masivo de Ted Heath, en 1972. En esa ocasión, el plan de recortes de ingresos se saldó con una espiral inflacionista que duró 10 años y que provocó en 1976 la intervención del Fondo Monetario Internacional. Esta vez, el programa, anunciado por el canciller de Hacienda británico, Kwasi Kwarteng, implica un recorte de 41.000 millones de ingresos. El de 1972 supuso 52.000 millones.

Esto ha generado reacciones en contra desde diferentes áreas del pensamiento económico. Martin Weale, un reputado economista británico que formó parte del equipo de política monetaria del Banco de Inglaterra, sentenció en televisión que el plan de recorte “terminará en lágrimas”, anunciando que supondría un desplome de la libra. Otro economista, Danny Blanchflower, criticó en Twitter que el plan supondría un desplome para las perspectivas fiscales y económicas del Reino Unido: “Esto no es creíble para los inversores”. Los mencionados economistas representan respectivamente el ala dura y blanda de la política económica británica. Ambos coinciden en que el plan solo traerá “desorden”.   

La política económica dispone de dos palancas para gestionar los ciclos económicos: la monetaria y la fiscal. En épocas de alta inflación, los preceptos ortodoxos exigen que la política monetaria eleve los tipos de interés (para reducir el dinero líquido disponible en una economía, y reduzca por tanto la demanda). Por el área fiscal la teoría clásica pide subir los impuestos, por el mismo motivo, reducir el nivel de consumo e inversión de hogares y empresas. Ambas herramientas en conjunto implican destensar los precios por el lado de la demanda.

Los inversores han percibido, por tanto, el anuncio del recorte masivo de impuestos como una alerta de que la inflación, que ya es del 9,9%, empeorará, con los subsiguientes efectos perniciosos para el crecimiento de la economía británica. El FMI ha criticado abiertamente este recorte de impuestos, argumentando que beneficia a las rentas altas, que generará mayor desigualdad y que no conseguirá su objetivo de hacer crecer la economía británica. 

Un mayor desplome podría tener un efecto importante de desincentivo para los destinos europeos del turismo británico. Se da la circunstancia de que las perspectivas de la economía británica han cambiado en cuestión de semanas. Como contó infoLibre, en Reino Unido, en agosto, se ofertaban paquetes turísticos que aseguraban que un todo incluido en Canarias era más barato que viajar una semana por su propio país. Bloomberg contrastó los datos y verificó que era cierto. En cuestión de semanas, Reino Unido parece otro país, con otro plan económico y con importantes y difíciles retos por delante. La libra se desploma y los destinos turísticos en Europa se encarecen para los británicos.

Canarias ofrece “refugio energético” para turistas alemanes en invierno

Canarias se guarda un as bajo la manga, en caso de que se produzca un descenso del turismo británico. La consejería de Turismo, Industria y Comercio de Canarias ha lanzado una estrategia para atraer turistas alemanes ‘silver plus’ (personas entre 55 y 75 años) durante el invierno, ante la evidencia de que los gastos en las facturas de gas y electricidad se van a disparar. El Gobierno canario lanza esta campaña, con el fin de que los alemanes vengan para quedarse largas estancias este invierno, con base en “la alta preocupación mostrada por la ciudadanía alemana ante la crisis energética”: “Vamos a impactar en personas que ya tienen un interés potencial en viajar a las islas y que quieren huir del frío de su país y del alto coste del consumo energético que éste conlleva, por lo que están abiertos a prolongar su permanencia en un archipiélago que les ofrece sol y buen clima durante la época invernal”, explicó la consejera Yaiza Castilla. 

La campaña está financiada con 40.000 euros y ya ha empezado a lanzar algunos mensajes en las redes sociales de las islas dirigidas a los potenciales turistas alemanes. Esta campaña, según indica la comunidad autónoma, se une al conjunto de campañas internacionales que va a lanzar Canarias este invierno dirigidas al cliente europeo, con una inversión total de 10,5 millones de euros. “Por nuestra parte nos parece una buena noticia. Tanto por la mayor cantidad de luz como por el menor frío, el turista alemán consumiría menos energía aquí que en su país. Sería desde luego muy interesante, al menos para nosotros”, resuelve Carlos Garrido, el presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes.

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